domingo, 27 de diciembre de 2009

Cuento sin título (1)

La curiosidad es la madre de todos los vicios, pensó K cuando vio que era vigilado por A. A se mostraba demasiado inocente siempre que tenía oportunidad de hacerlo. Cuando enseñaba su bolso a K es que ya había sacado de él todas las pruebas de sus delitos, pero A no se conformaba con creerse inocente. Necesitaba comprobar que K también era culpable. Eligió el peor momento para vigilar su pasos, su correo, sus llamadas telefónicas, sus conexiones en la red... No da buenos frutos vigilar a alguien que está intentando arreglar su vida en esa edad en que ya parece que la vida no tiene arreglo. Y sucedió lo que sucedió.

1 comentario:

  1. Esperemos que el cuentito
    tenga capítulo dos
    pues me he quedado intrigada
    sin saber qué sucedió.

    Como dice aquel refrán
    por curioso murió el gato
    pero a todos ese mal
    ataca de vez en cuando.

    ¿Y qué tal va por Madrid?
    suponemos que muy bien
    porque ni asomarse ud.
    un ratico p'a escribir.

    Aprovecho la ocasión
    y a D. Anghel contestarle,
    me fastidió defraudarle
    pero estaba con bajón.

    Jesús se marchó a Madrid
    y solita me dejó
    ya no podía escribir
    se me fue la isnpiración.

    Si lees esto, Ramón
    un abrazo muy especial
    porque sé que en estos días
    lo estás pasando muy mal.

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