El relato del mussolini arrepentido no tiene desperdicios. Mira que trabajé en un periódico, y sé cómo se manipula una noticia, hasta presentarla como algo que no tiene nada que ver con la realidad. Pero lo del mussolini arrepentido se lleva la palma. En ningún momento dije al godo que se marchara de aquí. Una, porque no me nace, y otra porque por mí que esté donde le dé la gana. Aquí, en Estambul o en las Termópilas. Me da lo mismo. Fue el godo, primero el godo canario, tan asimilado al godismo que pronuncia como ellos, el que me sugirió (sugerir, es el verbo que emplea el mussolini arrepentido) que si yo no era español, que rompiera el DNI y cogiera un barco y me largara. No es la primera vez que me lo dicen. Cuando militaba en las Juventudes Comunistas (españolas), una tarde en el parque García Sanabria se acercó un fascista de Franco y me sugirió que si no me gustaba el régimen, lo que tenía que hacer era largarme de aquí e irme a Rusia. Le sugerí que el régimen estaba moribundo y que tuviera cuidado, no fuera él el que tuviera que largarse de aquí, no sé si a Rusia o a EE.UU. Me dejó tranquilo. Formaba parte de un grupo Fascista donde también militaba uno que no recuerdo su nombre. Era el jefe de todos ellos. Fue uno que tuvo una pelea con Raimundo en el patio del instituto Andrés Bello (el lingüista canario afincado en Venezuela), y yo me metí por medio, y el nota quiso darme una morretada y me libré por poco. Cosa curiosa es que este hombre me tomó una simpatía exagerada, y cada vez que me veía, me advertía de los peligros que corría y que no fuera a tal o cual sitio. A mí me importaba un carajo que fuera fascista o monárquico, me caía bien ese tipo y tomaba cervezas y otras sustancias con él, y nunca me sugirió que rompiera el carnet de las Juventudes. Esas las dejé yo motu propriu. Peor que los fascistas. Estos tenían una sola palabra. Los comunistas de Carrillo tenían varias y todas torcidas, enrevesadas, falseadoras de la realidad. Más tarde, los libros de Gómez Fouz, que fue campeón de Europa de boxeo (del que fui corrector), me convencieron de que Carrillo era un pajarraco. En fin, otra vez que tuve relación con los fascista, fue una noche en Oviedo. Roger Wolfe me llevó a un pub donde todos eran fascistas. Portaban pistolas, y navajas y puñales. Qué buen actor era el poeta discípulo de Bukowski. Esa noche fue más fascista que todos los auténticos fascios. Nos llevaron, invitados, a una casa de uno dellos. El arsenal de armas era tremendo, entre cruces gamadas y fotos de Hitler y de Franco iluminando las paredes, y nos enseñaban las fotografías de depravaciones sexuales que habían organizado allí mismo, daban un poquito de asco, la verdad. El caso es que en un momento dado, no sé por qué, los notas se mosquiaron con Roger. "Este no es trigo limpio", me dijeron cuando el poeta había ido al wáter. "Lo vamos a degollar aquí mismo, ya verás", dijo uno, y sacó una navaja que no sé si era de Albacete. No sé cómo me las compuse, pero los convencí de que sí era trigo limpio, y al final de la noche salimos de allí sanos y salvos.
Bueno, esto porque esta noche, el oyente Marcelino vino por el pueblo. Y la verdad, con su estancia de unas cuantas horas, Cajonera City se animó, y me contó que había visto a Roger ayer en La 2, que lo entrevistaron, y frente a la luna llena nos encontramos con José Rivero Vivas, que volvió a insistir que si mañana martes iba a ver al leguleyo...
--No le parto la boca porque...
--... porque mide un metro más que tú --dijo José, y como ya no bebe guisqui, se fue a dar un paseo por el malecón frente a los petroleros iluminados... y antes, por la tarde, mi hermana (que compró kilo y medio de pescado al Fatigas) y mi cuñado (que cumplió años el pasado sábado) vinieron también al pueblo, y contaron sus aventuras en Napoles, ciudad sin policías, y la historia de San Nicolás de Bari después de muerto... Y... y mañana radio, me temo que solo ante el peligro, y no soy Gary Cooper, ni de lejos.
Pero me acordaré de mi hija Atteneri, que me llamó ayer desde Inglaterra y me recordó que mañana es el cumpleaños de su abuelo, sí, jus sanguinis, su abuelo... Una llamada en el día que hubiese cumplido año mi mujer...
Otra cosa es un barco llamado El Bucanero. Suerte mañana en el Sur, amigo, tanto para comprarlo como no comprarlo....
Homo sum: humani nihil a me alienum puto.
Ojalá que el Bucanero (un nombre precioso, por cierto) pueda ser comprado y el comprador realice uno de sus mayores sueños.
ResponderEliminarP.D. Si hay que hacer un viaje de reconocimiento, yo me apunto ¿eh?.