a Alberto Linares
Lagarto de Los Cristianos,
por eso lleva esa cruz,
se enfada y es una luz
veloz de un verbo claro
y con sus carnes aladas
asciende allende las cumbres
y enciende en la noche lumbre
cuando la luna se apaga.
Cuenta leyendas airadas
en la orilla de la mar.
Y en lo alto de la montaña
otras son sus diestras mañas:
habla cuando debe hablar
y calla si ha de callar.
*
a Ramón Herar
Desde el Sur a La Laguna
en su jeep viaja a menudo
deshaciendo los innudos
de la vida y sus roturas,
de su isla y de su alma.
Sabe de la condición
del hombre y de su dolor,
de sus gritos y sus calmas,
de sus diversas costumbres,
de sus brillos y sus rumbres
de las miserias y glorias
y del símbolo de la noria
como fortuna y reloj.
Nos anima con su blog
a tener más picardía,
y también sabe a porfía
hacer de los gastos cuentas
--aunque ezo lo revienta,
el haber es una lata--
mas nunca la de la pata.
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