--Qué tal tu padre?
--Mal.
--Te llamaba para que me des el número de Curbelo... y el próximo ¿cómo vas a estar? --no sé cómo estoy hoy y me pregunta cómo voy a estar el próximo martes--... ¿podré ir yo?
Pienso que la historia estaba mejor cuando nadie se interesaba por esas tonterías de la radio. No sé si cantar un bolero o colgarle el teléfono.
La conozco de lejos, su egocentrismo atroz, su izquierdismo progre, su aguachirre anímico...
Sí o no no es siempre la posible respuesta.
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