viernes, 26 de noviembre de 2010

la policía quince...

La policía quince veces con el coche patrulla por la calle La Cruz. No, no están vigilando a José Rivero Vivas. Los escritores han dejado de ser peligrosos. Si alguno levanta la cabeza, le aplican la ley X, y ale. A callar la boca o te quitamos las prebendas. Total, como las cucarachas debajo de un contenedor de vidrios. Lo levantan y un cuadro en movimiento. Todas buscando donde esconderse. Los escritores lo mismo, pero buscando donde brillar más. La destreza se aprende, el estilo se elige y la energía ni se crea ni se destruye. Hay leña pa rato. Pero el fuego está frío.
Y Ferni está triste, meditabundo. No van clientes, no va la marrokí Karima. Una de dos, y el mar se llena de barcos fondeados. Viento. Lluvia. ES una tontería, pero tengo que decirlo. Urgencia funciona bien, el Hospital de paliativos funciona muy bien. ¿Dónde está el problema? Yo sé dónde está. Está en el olor. No en la madre que clama porque le han quitado a su hija y tienen que amarrarla a la camilla. El problema es el olor. El olor a medicina. La policía quince veces...

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