sábado, 13 de noviembre de 2010

preocupaciones

No ensalzo ni denigro a nadie en esta comedia humana, ni a mí mismo. Los supersticiosos creemos que cada vida está escrita de antemano. A unos les toca destacar en el guíon, para bien o para mal, y a otros agrandar el bulto sin que casi nadie se fije en sus caras, en sus alegrías o sufrimientos. Al final, como en los danzas medievales de la muerte, a todos nos toca bailar con esa fea. Santa Muerte es venerada en México, temida en otros lugares. Se piensa que nos ayuda a tocar las teclas que nos han dado. Lo demás son abogacías. Defender a quien nos paga, nos alegra o nos empatiza, y denigrar al contrario. Vitorear al arbitro cuando se equivoca a nuestro favor y apabullarlo cuando lo hace en contra. Nada que, en buena ley, merezca condena ni desprecio. Sin embargo, hay hechos y cosas que molestan. A mí, que haya gente que se lleve a escondidas mis libros o cuadernos, y algunos ni siquiera para leerlos. También que me vigilen, que se metan en mi vida y mis asuntos con identidades falsas para descubrir en uno sus propios errores y deficiencias. Como cualquiera, uno tiene muchas. Algunas puedo corregirlas. Otras, por falta de voluntad o destreza, no. De todos modos esta noche me preocupan otras cosas, nada que tenga que ver con una condición humana torpe o retorcida. Me preocupa...

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