jueves, 13 de enero de 2011

rumbo a Tacoronte

El mago, de cerebro neurótico, persistente en el error, literato en sus horas libres, decidió que el abogado Fiscalio tenía razón, y podía dejar arrimada por el momento Hrzntl blues y decidirse por Kioscos, una novela novela, donde había logrado aunar por fin sus dos voces, la literaria profunda con la narratividad diarista de personajes disfrazados, o incluso decidirse por lo que por el momento era su última obra: Informe para cumplir una condena, instalada en un 90 por ciento en la imaginación, donde el pantano biográfico se había quedado reducido a un pequeño motor de arranque. Esto le recordó que el Clío de triste memoria estaba en un taller de Tacoronte. Ya lo habían arreglado. Y lo arrimar, ni loco. Claro que a Hrzntl blues le faltaba algo y le sobraba otro algo. Sacó del cuarto de las herramientas la cuchara de albañil, el martillo de carpintero y la brocha de pintor. Y previó que después del prólogo, tendría que pedir a Fiscalio un epílogo. ¿Aceptaría tal trabajo de Titán su amigo de Tijuana, el vascongado con acento de voz canarizada?
--Encájate allí a buscar el coche --dijo su padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario