martes, 15 de febrero de 2011

una de la madrugada

Viento a favor en la navegación del Bosque de Tijuana, con los hermanos empuñando briosos los remos, uno a babor y otro a estribor.
Con el consejo y beneplácito entusiasta de Anghel, paso la gorra de Capitán a Víctor. Hará los reajustes convenientes y las derrotas serán aún más brillantes, estoy seguro. Más tarde, la presentación del Libro de Lizundia sobre José Rivero Vivas. Cinco minutos de oscuridad. Debían institucionalizar esos cinco minutos. Brillante oscuridad. Al pueblo volví con Pepe, y después de una penúltima en el Monterrey, a seguir trabajando, reescribiendo, "Horizontal Plus" (ahora se llama así). La novela "El cuervo de papel", con futuro prólogo o epílogo de Lizundia, en manos de Anghel, no admite arreglos. Es una novela sin mácula, sincera, con fuerza y arcano. Sé que Lizundia hará un prólogo (o epílogo) favorable, con viento a favor de la corriente.
Bueno, me voy al patio de abajo. Me espera la reescritura de la obra perdida. La crítica de mi amigo ya fue miel de palma en la reelaboración que perdí. Sigue siendo las velas arriadas del trabajo actual. Esa es mi virtud, saber rodearme de gente valiosa, cada cual a su manera.

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