martes, 20 de diciembre de 2022

 Te espero en mi huerto apoyado en el bastón ...

escribí esto hace siglos. Paradojas, Entonces no tenía bastón y ahora sí. Entonces sí tenía huerto y ahora no.

Lo cedí porque no podía mantenerlo. Una enfermedad inhóspita me dejó tocado, sin posibilidad de movimiento, y no tuve el coraje de ir a vivir en la casa del huerto, en aquellas soledades. Allí germinó la obra que Juan comenzó a leer y vio confusa. Algo en ella le desagradó. No importa. Lo que importa es que alguien espere nada de quien no tiene nada que ofrecer.

Candelaria me manda un poema que termina con un niño llevando el ataúd de su madre. Pienso en Li.

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