miércoles, 14 de junio de 2023

 No he podido seguir leyendo la novela de una amiga. La pesadez estilística se sobrepone al interés del contenido. Son tiempos estos de ramalazos de falta de energía que me tienen preocupado. Especialmente. También me cansa La vida breve (de Onetti). El estilo tiene su esplendor, es admirable, pero la historia tan triste que cuenta me tumba. 

 A las realidades melodramáticas les sientan bien la comedia. Ayuda a equilibrar la navegación. Igual que en tiempos risueños ayuda el drama, la tragedia. Yo tiendo a la comedia, si la fuente de la ficción es la realidad. Ahora solo veo comedia en la realidad política, vodevil en medio de una amenaza invisible. Lo de Sumar es un cuento que se desbarata. El juego del poder. La adrenalina del poder. Todos quieren estar ahí, bien pagados. Parecen marionetas. El Gorgorito en el parque Sanabria a las seis de la tarde. Dando palos a diestro y siniestro. Uno se cansaba de que la bruja mala fuese la que siempre recibiese los palos de Gorgorito.

Y me voy por hoy. Quedan muchas cosas que contar, pero me cansa escribir. Cada vez más. El sentir que te están estafando no ayuda nada a la comedia, y escribirlo al pie de la letra sería un drama. No.

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