Leo el viaje a Grecia de Juan. Casa bien, con amenidad, el tiempo presente, el real, con el antiguo, como si más que imaginarlo o sentirlo fuese también él, y el lector, viajero de los dos mundos. Y el personaje que narra, el propio Juan, está bien llevado, bien logrado. Hasta ahora. Me queda bastante trecho todavía.
Berto me avisa que el día 20, en Los Cristianos, en la Casa de la Cultura, presenta Ignacio su último libro publicado. Salón de África. Y que este domingo Eduardo publica en sus páginas de Diario de Avisos una reseña sobre el suyo: Sobre una tumba, una rumba. Eso le entendí.
Llegó a la librería Santa Bárbara, en Los Cristianos, un ejemplar de la novela de Belén. Compradora, Pamela. ¿Habrá comunión entre el libro y la lectora? ¿Comprenderá una mujer a otra mujer? La respuesta está en el aire.
Me invento un temor para amortiguar el deseo de que salga ya a la calle Barrio chino. El temor puede ser una entelequia o no serlo. Que salga cuando quiera. No sucede sino lo que tiene que suceder, dicen los brujos sabios que en el mundo son. Puede ser. Quién sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario