Qué voy a hacer
si Márcel no contesta,
ya no oyo su voz
de clara experiencia,
ya no encomia
mi alta poesía,
mi encomiable prosa
ni mi soberbia
sabiduría,
que usa la ciencia
y la retórica.
Ya no escribo
de las artes dóricas
ni pido al tinglado
que ponga ganado
como es debido.
Y de mujer no digo
nombre ninguno
de las alejadas
de mis rebuznos,
ay que infortunio,
Con mandinga tiesa
y no tengo presa
para guarecerla
ni en el plenilunio.
Ahora estoy mudo
porque me tienen
en goro metido,
comiendo crudo
lo mismo de siempre,
siempre lo mismo.
Ramón no contesta,
no suena la orquesta
ya no viene raudo
a buscar un cuadro
en rojizo carro
a la calle estrecha.
Los vendo caros
o los regalo,
ese es mi premio,
y cada día
soy más tacaño;
si no gano algo
lo escondo y lo guardo.
Comprar con dinero
es lo más barato.
Forma de gilipollez
es amar sin estrategia,
conduce a la comedia,
reír ahora, llorar después.
Me dejaron ellas
con quince euros,
la de los calderos
y la soltera.
Mala cocinera
la que manda platos
por esta red,
acto ingrato
de esa mujer.
La otra no sabe
arte de cocina,
no me trae fabes
ni golosinas.
Que les vaya bien
aunque nos las pruebe,
que tengan delicias
y nunca se quejen.
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