martes, 8 de agosto de 2023

El éxito, la escritura y la ley

 El escritor no necesita libertad económica. Todo lo que necesita es un lápiz y un poco de papel. Que yo sepa nunca se ha escrito nada bueno como consecuencia de aceptar dinero regalado. El buen escritor nunca recurre a una fundación. Está demasiado ocupado escribiendo algo. Si no es bueno de veras, se engaña diciendo que carece de tiempo o que no tiene libertad económica. El buen arte puede ser producido por ladrones, contrabandistas de licores o cuatreros. La gente teme descubrir exactamente cuántas penurias y pobrezas es capaz de soportar. Y a todos les cuesta descubrir cuán duro pueden ser. Nada puede destruir al buen escritor. Lo único que puede alterar al buen escritor es la muerte. Los que son buenos no se preocupan en tener éxito o hacerse ricos. 

Veo esa cita atribuida a William Faulkner en un muro de fb. Hay que ponerla en cuarentena. No siempre es verdad que el buen escritor no busque el éxito, pero consuela a los que no lo han tenido el discurso de Faulkner. Cervantes anhelaba el éxito, Galdós movió hilos para tenerlo. Casos hay. Y también los que tuvieron celebridad en vida casi sin proponérselo. Juan Rulfo pagó una primera edición de Pedro Páramo y, si no recuerdo mal, tuvo que regalar los ejemplares porque no vendió ni uno. El éxito le vino después sin él proponérselo, Caso similar, aunque con variantes, fue el de Proust. Gide, en su papel de editor, se negó a publicarle la primera entrega de su magna obra. Proust, que tenía bastante dinero, hizo una autoedición y el éxito fue inmediato. Gide se echó atrás y aceptó la edición de lo que sería La busca del tiempo perdido. 

Escritores que no hayan atendido el mundanal ruido y hayan elegido la senda por donde los sabios... apuesto a que hay pocos. Otra cosa es vender tu talento al mercader y ofrecerle lo que él te pide. Difícilmente creará obra auténtica, sino que se quedará en lo que Jesús G. Maestro llama kif, es decir, literatura de imitación, pseudo literatura. Curioso, en relación con la cita de Faulkner, la idea que tiene Maestro de que el escritor, el buen escritor, y el delincuente están en el mismo bando: no hay libertad si no se traspasan los límites de la ley. El delincuente y el buen escritor se limpian el culo con los papeles de la Ley. Exagerado aforismo pero bien cierto en muchos casos.

Sobre esto de la ley hay una estrofa en el Martín Fierro que la canta el moreno:

La ley es tela de araña, y en mi ignorancia lo explico, / no la tema el hombre rico, no la tema el que mande, / pues la rompe el bicho grande y solo enreda a los chicos. // Es la ley como la lluvia, nunca puede ser pareja, / el que la aguanta se queja, mas el asunto es sencillo, / la ley es como el cuchillo, no ofende a quien lo maneja. / La suelen llamar espada y el nombre le sienta bien, / los que la manejan ven dónde hay que dar el tajo, / le cae a quien se halle abajo, y corta sin ver a quien. / Hay muchos que son doctores, y de su ciencia no dudo, / mas yo que soy hombre rudo, y que de esto no entiendo / diariamente estoy viendo que aplican la del embudo.


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