operación jíbara en un poema de Valente:
Cerqué, cercaste,
cercamos la noche.
Alzose la voz que rezaba,
tierra ajena, en lo lejano
oí la voz,
se abrió, almendra de ti.
Subí.
Oí la voz
nacer
del día y de la noche
y tú quedaste
encendida.
*
En horas vacías a veces me entretenía reduciendo poemas ajenos a la mitad o a una cuarta parte. Un alegórico diría que el resultado es un poema parido por otro poema. Puede ser. Ahora, quitando libros de debajo de la escalera, para aligerar el peso de la cultura, encuentro un cuadernillo, dedicado especialmente, de Jordi Doce, del tiempo de las tertulias en el Ateneo Obrero de Gijón.
De ése la reducción jíbara a lo mejor la pongo aquí mañana. Ahora tengo posadas otras coplas.
En la ventana
ya no está Luisa,
en el banco
ya no está Teresa,
ya se han ido
las viejas vecinas,
una me daba manzanas
la otra pastel con guinda.
Ya no subo a la huerta
ni paso por la cocina,
ya se fueron ellas,
las gratas vecinas,
a Narayama.
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