miércoles, 18 de agosto de 2010

ý a otra cosa.

Saben darle la vuelta a las cosas. Son listos los recurrentes de la palabra "facista". Los que van de globales. Los que te gritan "rompe el carnet y marchate de aquí" y te hacen caer en la trampa de devolverles el grito. Son ellos las auténticas víctimas. Los que cuentan la historia al revés. Yo soy yo, no soy nadie que vaya diciendo por ahí "godos fuera". Lo dije pero hace tiempo. Ya ni lo creo ni lo digo. Pero que tampaco me digan a mí que me vaya, ¿o no está claro?, ya recibí demasiadas órdenes y no las aguanto, lo siento.
A veces creo que su visión de los demás no existe. Tienen delante un espejo. Gritan y se creen con derecho a todo, pero no les digas nada. Una mierda si el godo es así o asá. Esto no es un cuento de godos. Es un cuento de nunca acabar, si lo dejas. Gloria a deus, victoriosas banderas. Cada cual arrastra su sombra. Se acabó lo que se daba. Fue así como se me ocurrió este poemita:

Oh, Radio Unión,
despedirme no quisiera,
pues buenos ratos pasé
con los sacros hermanos,
aunque el de la reina blanca
no pocas veces me hiciera
toquecillos en la cara.

O el nadador de la piscina,
tan metido hasta las orejas
en el agua,
no oye pero luego cuenta
el cuento a su manera.

Los mártires martirizan,
los habladores hablan
como gallos, ratas y gatos.

Yo como gallo fui poeta,
que fue mi modo de cambiar
el grito en canto.
Como rata, narrador
a veces de basuritas varias
y otras de cosas que quisieron
ser más serias.
Como gato, escaldado
huyo del agua fría.

Oh, Bosque de Tijuana.
Las setas se han vuelto venenosas
y el buen invitado
sabe cuándo es hora de marcharse.

Es buena cosa, dicen,
dejar la política,
la poesía y la ficción.
Todas esas cosas son motivos
de absurdas guerras entre idiotas.
Sólo hay un espejo
donde todos vemos lo que somos
y decimos.

Oh, Radio Unión Tenerife,
llegó el momento
de romper el carnet de tripulante,
salir del barco
y pisar tierra firme.

2 comentarios:

  1. Pero Ud. no puede dejar la radio porque haya tenido una discusión con sus tripulantes.
    En todo caso debería ser al revés, ud. es el capitán y ellos los "invitados" al barco, que quede claro, que lo dejen ellos si no están a bien con ud.
    A ellos se les invitó en su día y se creen los protagonistas "number one" cuando en realidad no lo son.
    No puede plegar velas y marcharse así porque sí, eso sería dar un triunfo a quien no lo merece.
    Los oyentes queremos escucharle a ud. recitando poemas y hablando de libros y otras cosas, no sólo de política, que de eso ya hay otros programas.
    Espero que lo reconsidere y que como capitán, sea ud. el último en abandonar el barco, ¡hasta ahí podíamos llegar!
    Estaré en la palmera por si quiere dialogar.

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  2. Hay cuentos que me recuerdan un juicio de Sancho en la ínsula Barataria. Una mujer acusando a un tío de violencia de género, y contando los hechos de una manera que eran al revés, según Sancho Panza descubrió después. La autolesionada masoquista que luego dice que fue el otro el que le pegó y cosas así. Por lo demás, lo de la rata abandonando el barco me no sé qué... Vale, a menos que me convierta en molestia, no seré yo el primero en irme. Rectifico. (Aunque unas semana en Tánger no me vendrían mal).

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