sábado, 4 de septiembre de 2010

política parda

Pésima democracia que nace de una dictadura, por necesidades de mercado, para convertirse en avispero de pequeños dictadores. Y más como los actuales, que entretienen al circo humano con las hojas y se olvidan de las raíces, las infraestructuras, y cuando los poderosos de la Tierra le ordenan ajustes, ajustan el gasto del chocolote de los loros que mal se sostienen en las zonas más débiles de la economía. Y mientras tanto la policía va a las zonas rojas a decomisar un par de medios gramos mientras el presunto honrado ciudadano delinque sin problemas tirando a los contenedores de materias orgánicas sacos de botellas vacías que originan sus negocios. Esto no es más que un botón de muestra. Y botones hay para cubrir por detras y por delante varias antiguas sotanas de curas. Es estúpido señalar que con la independencia seremos libres y volaremos felices por los montes. En los tiempos actuales dejamos que las compradoras de bragas y los bebedores de whiski (esto es una metáfora) sigan forrándose y todos mudos como putas.
A mí no me miren, yo no sé nada. Ese párrafo de arriba es lo que, más o menos, contaba un pescador la otra noche en el bar Castillo. Un pescador sin estudios universitarios. Y dentro de poco sin trabajo de pescador. Porque vendrán los yates con sus alegres proas nuestras aguas a surcar... y habrá fiestas en las cubiertas, y todos contentos, menos los que se quedan en tierra y miran a la luna detrás de las nubes.

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