Dios mío, qué cosas. No sólo se me perdió del bolsillo media gaviota voladora, sino todo un discurso que hice sobra Ana Rosa.
--Oye; Jesús, qué dijiste de mi abuela en la radio hoy¿?
Dije que era una buena cocinera, algo que es mejor que un buen filósofo, que sólo sabe que no sabe nada.
Y Marcelino, del que perdí la media gaviota, acaba de sacar el libro Y fumar pùede matar, de la mano del maestro Anghel Morales. No sé si buen cocinero, pero sí buen editor.
Y el día 5, en el TEA, otro libro imprescindible, en la historia de nuestra literatura, Los días prometidos a la muerte. Llamaré a Trini, para que vaya, y luego lo celebramos en la calle de La Noria. Márcel, viejo, escápate del curso de máquinas, y llega a tiempo, ¿vale? y Tú también, Jaime.
SOY MEJOR COCINERO QUE EDITOR, LO QUE PASA ES QUE NO ME DEDICO A ESO. COMO EDITOR CREO QUE ESTOY TENIENDO SUERTE Y UN BUEN EQUIPO. SI PIERDO CON LOS JUGADORES QUE TENGO ES PA MATARME,
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