martes, 22 de febrero de 2011

escrito con jaqueca mental

Debe de ser la falta de ejercicio físico y el exceso de sal en la comida, aparte de las emanaciones humanas en la casa Usher. Hasta hace poco tiempo pensaba que el dolor de cabeza era un mal femenino. No sé.
Hoy apareció un libro sobre la mesa del patio. "Mis memorias", de Porfirio Rubirosa. El tigre dominicano, artista del amor, que comenzó a ejercer públicamente con la hija del dictador Trujillo, me despierta recuerdos de la estancia en la isla de La Española. El contraste entre las zonas turísticas y las nativas, y el contraste entre el humor y la desesperanza, el verdor y la miseria. A veces hay que recordar oscuras estampas, aunque sea por egoísmo. Nos evita caer facilmente en la pringosa autocomplacencia y autocompasión del melodrama doméstico.
El Escobillón apunta hoy la total ausencia de humor en los intentos de cine que se hace en Canarias. Otro motivo de reflexiones, cuando me entre un poco de aire fresco en la cabeza y pueda pensar. Ahora no puedo ni leer. Ni lo de Rubirosa ni el libro Togas y Letras, edición de Isla Varia. Editor depurado Pepe Varos. Lástima que ya no esté entre nosotros.
Entre los amigos que colobaran en la formación del libro, uno nuevo, reciente: José Antonio Manzano Obeso. Esperaré la llegada de ese aire a la mente para leer sus páginas, y la de los otros. Hoy fue invitado especial, en un programa especial: el debut de Víctor en la silla dirigente. Un poema en alemán. Lo que tiene buen sonido, tiene buena filosofía. El sonido de la verdad, lo llamaba Antonio Bermejo. Y luego, en la despedida, traducido al español, una página de otro alemán, hablando del sentido trágico de la vida. Tragedia fue que no nos dejaran entrar en Atlanty city. No pudimos alternar con las azafatas griegas. No estuvo mal la alternativa: El Rincón Andaluz. Me agradó cómo Manzano habló de lo árabe. Me evocó las mil y una noche y el collar de la paloma...
Y nos invitó a comer el viernes en El Casino de Santa Cruz. Nos convenció hablando del cocinero, por lo menos a Víctor y a mí. Lizundia se hizo más de rogar.
En fin, pillar a Chani (si no está tumbado en la UVI) para que se quede aquí de cuidador, elegir un ropaje acorde con la burguesía y...

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