--Tú adulas a Anghel --dice Lizundia mientras esperamos iliadas en Atlantic city.
Claro que lo adulo, y lo celebro. Buen vasallo cuando hay buen señor. El nahualt defiende que Anghel es bueno cuando narra e infantil cuando hace coplas. Yo no le discuto lo primero, sino lo segundo. Cada dos coplas infantiles, nuestro poeta acierta como un plato de caballas en un día gris. Lo ilumina. Las caballas me las trajo Chani, él las había preparado, y aquí guisó unas papas, impregnadas de orégano, que quedaron dignas de las caballas.
--Eso es lo que tú tienes que decir en la radio: "Mi amigo Chani me llevó hoy unas caballas y pam pam pam guisó unas papas...
A las doce de la noche ya es la octava vez que Chani celebra las caballas del mediodía.
--Eso es lo que tienes que decir en la radio, porque eso es poesía.
--Ya lo digo en el blog.
--En el blog no vale, que eso no lo lee nadie. Lo tienes que decir en la radio, la poesía gastronómica de Chani.
A ver si me acuerdo y logro burlar al mandarín de la nave. Por lo pronto, hoy viernes él, Víctor Roncero, escudado por su hermano José Lizundia, celebrarán a Israel (también mi Israel) en Al Faro, en la ciudad de... me acuerdo de una frase que hay en Agosta escribe (editorial Idea) pero esa frase no es mía, a mí que no me digan nada los cota 600.
Y otro acontecimiento que me toca de cerca. Mañana también, pero en Las Palmas, se celebra la presentación de Los días prometidos a la muerte, con Javier Hernández (autor) y Anghel Morales (ahora en su papel de editor, que eso es otra).
Mientras tanto, que la locura atómica amaine y un Samurai sepa derrotar la máscara enemiga, y que el séptimo de caballería le ataje las ínfulas a Gadafi.
Hoy no más que decir, abajo en el patio me espera trabajo. No puedo ahora contar lo que pasó con Juanito, Griselda, la institutriz y el mago. Imaginen, acertarán.
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