lunes, 7 de marzo de 2011

la mañana es azul

... "azul es la mañana". Recuerdo la canción de Orfeo negro, una película que tendría que ver de nuevo para comprenderla. En su momento, no la comprendí pero me llegó a los huesos. La canción justifica todo el filme. Brasil. Día-noche de Carnaval.
--Yo me las ventilo para ir al wáter. Claro que si tú estás aquí, me llevas, pero si estoy solo voy. Así que si tú sales, no tengas problemas de que vaya a cagar --me decía el viejo hace algunas semanas.
Anoche, compadecido de que me acosté a la tres de la madrugada, no me despertó. Y oí "Chito, Chito, por favor levántate, que me caí". Estaba tirado en el suelo por fuera de la puerta del cuarto, con la cabeza sobre el escalón que separa el patio del comedor. No sé cómo no se rompió el cuello.
--Los del Tenerife --dijo hoy, después del partido-- parecen un ganado de cabras, unos paká y otros pallá... La pelota la perdían más veces que el carajo... No tienen defensa ni tienen delantera.

Lo siento Por Ramón, que hoy, antes del partido, me invitó a comer en el Petón. Esther, la hermana de Beba, la mar de cariñosa. Y luego Beba por la noche en el Monterrey. More esto y lo otro. En fin, y Pedro el carpintero en una esquina viendo que después de la lluvia, no se mueven las hojas de las palmeras en la avenida.
--"No sé qué hace Juanito en el blog de Jesús" --dijo Ramón que se quejó Lizundia.

Es curioso, el culpable de que esté aquí --bueno, un poco lejos de aquí ahora-- el tal Juanito, va y se me queja. y mañana, ¿habrá ese programa?
--Jesús, ¿cómo está El Castillo? --pregunta el Fatiga cuando regreso a la casa de mi padre, en medio de la plazoleta, con el cachorro espabilado...

La noche es azul, azul es la noche...

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