--Volaron los platos, llovieron los cuchillos, un hombre se quemó...
--Ese sufrió daños colaterales.
--Pedro, dame una goma para borrar el mundo.
--¿Qué pasa, niñato?... ¿a mí? ¿a papi?, ¿a gorila viejo, plátanos verdes?
El collage del mejor español hablado en el mundo, el del bar Castillo, que unido al del Castillo que frecuenta nuestro hermano nahualt, completaría ese esplendor en la página sonora que transmite el nuevo gobernador de Tijuana.
En fin, no estaba hoy para perfeccionar el idioma. Loro viejo, ya sabes.
Tenía la cabeza en las nuevas mañas del niñato andrógino, digno continuador del rastrerío de su macho progenitor y de la hembra que lo alumbró. ¿Estrategia? Oh valiosos estrategas, ¿qué hago? ¿sigo con el numerito paciente de la guerra fría o pongo a bailar las catapultas? Y que gane el peor, que soy yo.
En fin,
Muchos defectos, pocas virtudes.
¿Con quién me caso?
Con Gertrudes.
Enemigo del bien, amigo del mal.
¿Con quién me caso?
Con Pilar.
Me gusta trabajar, llevo vida sana.
¿Con quien me caso?
Con Mariana.
Me gusta leer, de Anghel su poesía
¿Con quien me caso?
Con María.
Dicen que sale el Sol todos los días.
Me temó que me cazará
la tontería.
Y si te gustó este desatino,
invitame a una copa de buen vino.
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