Si esta carta te llegase,
te la lleve una calandria
y la lea un gorrión,
y recuerdes al jefe de las brujas
de Güímar
y recuerdes un jardín
y entres en su palacio.
Allí, devota de la danza,
suena la música
de una canción. La letra,
cualquier letra, la música
cualquier música
y el baile, un baile
de adónde te fuiste
y dejaste
un siervo herido.
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