sábado, 22 de octubre de 2022

apuntes

Cuando la máscara no vale la pena, y cada vez hay menos máscaras valiosas, es preferible no tener ninguna. La protección de la máscara, la forma en que la verdad nos permite decirla y ser libres, ha desaparecido. Lo que queda, en el inicio del juego, de cualquier juego, es esa cara de idiotas que tenemos. Reconocer la desnudez con la palabra que la nombre es hacerla más fuerte que cubrirla con la máscara de un huevo sin clara ni yema, porque "no hay sinceridad, no hay huevos para decir la verdad". 

La dama del bosque del lago me dedica una canción y luego la quita. Canción de amor. Dios es amor. Todo lo que venga del amor se agradece. Sea etéreo, acuoso o terrenal.

El párrafo de arriba es un añadido al prólogo de Balada sin poesía. Quedé en mandárselo al Emperador. Pero ampliado. Con ejemplos que estén en el libro. Un prólogo no esta mal si es como el trailer de una película contado por el proyectista.  El orden de los días me exige disciplina. Organizar el caos. El caos no se destruye, simplemente se organiza. Luchar contra algo es contagiarte de ese algo. Todo está ahí porque tiene que estar. Tu dilema es recibir la luz, el orden, o dejarte arrastrar por lo oscuro.

Esto vale decirlo cuando uno está oscuro. El libro de Marcelino es una fábrica de plata. De los albañales brotaron la 1001 Noches. De la oscuridad más grande brotó Balada sin poesía. Un libro luminoso. Vale no estar de acuerdo con el poeta, pero el poeta sabe decir lo que él piensa, lo que él siente, lo que él pisa y toca y ve y oye...

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