De lo divino no hablo,
hablaré de lo terreno,
de cuando corre el barranco
y están los mares llenos.
Hablaré de lo blanco
y hablaré de lo negro,
los tonos necesarios
en el tablero de juego,
del carbón tan usado
y del diamante tan lejos.
***
Dios, por dios, quítame este pensamiento
de mierda que me reconcome el alma
si de la venganza no me das armas
que acribille la hediondez del tiempo
que me ha soltado todo su excremento
sobre todos los sueños que he tenido,
y los hizo pesadillas sin sentido
y me hizo repudiar los sentimientos.
¿No fue más sencillo no haber nacido?
Sean loadas las viñas de tu huerto.
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