lunes, 27 de septiembre de 2010

José.

a José Rivero Vivas

En la gesta del ensueño,
la perla de Laurimor.
De la Anaga es el cantor
de todos los males dueño.
A este autor yo les enseño
de San Andrés escritor.
Más que un maestro, doctor
de diamante bien pulido
de todos los que aquí han sido
de las artes, pescador.
Campesino de palabras,
pastor de chivos y cabras
en este pueblo cabrón.
Divisa de las más grandes
mientras ángeles demonios
con ritos del estramonio
afilan colmillos, y blanden
lo chico que son los grandes.

Ama el ángel caido
al levantado demonio
en un volar de estramonio
por las vidas sin sentido
y el corazón dolorido.
Hombre libre en San Andrés
en Kessintong y en París,
alumbrada flor de liz.
Es la vida un ajedrez
color de agua y de sed,
y sinfonía su novela
del hombre pobre, sin vela
que alumbre su parecer,
penumbra que quiere ver
aquello que más anhela.

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