Israel,
te saludo, patria
de Cristo
y sus bienaventuranzas
y sus cuarenta días de ayuno
en el desierto.
Israel,
oigo el viento
que canta en las ramas
de tus árboles.
Israel,
te saludo,
por la miel
que apaga la sed del pensamiento.
Israel,
te saludo,
refugio de este peregrino.
1 comentario:
Me encanta.
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