Nadie muera de celos
como a mí me han morido.
Lavé la camisa
en el agua clara
y salió estampada
con burla de risa
y azul la mañana...
Te amo más que nunca,
más que al ron divino
que va a mi garganta.
He perdido el tino
y del mar la gracia.
Tú me has embrujado
mujer de mi raza.
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