las cosas corren ahora en mi contra. Creo que he sido un necesitado toda mi vida, he actuado para cubrir con los otros mis deficiencias, defectos, etc. Y no veo la hora de cambiar. Cambiar supone un esfuerzo y una voluntad de la que carezco.
De facebook, ya te lo dije, estoy convencido de que tengo que dejar de escribir ahí. Hoy iba a borrar, empezar a borrar, todo lo que no tuviera que ver con Nguyen.
No la supe tratar. Los versos no me redimen, no quitan la escarcha que me cubre y que me aleja de ella. Pero ya no sé si es amor o mi última necesidad en este mundo. Siento que le he hecho daño y no sé cómo repararlo. No sé si seguir en lo abierto o esconderme. Ambas cosas no son solución ninguna, pero algo habrá que hacer pues me estoy congelando.
Estar defraudado de casi todo el mundo, darme cuenta tarde de los engaños y trampas que me han tendido, y en las que he caído como una pardela, es lo de menos. Al mundo y su basura te puedes enfrentar y a veces ganar, pero contra tu propia basura, la que está adherida al cuerpo, es más complicado tomar medidas.
1 comentario:
Excelente relato, desnudando el alma precioso trabajo, un abrazo desde mi brillo del mar
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