Pepe, entre Tarife-Babalú, el uno arrasador de preciosos arbolitos y el otro no haciéndole caso a los caracoles ni a Shangó porque encima dellos estaba Dios (el alcalde que puso empeño en convertir Santa Cruz en Santa Pus) y la noticia de Nagyrev (Hungría), escojo esta
pueblo donde las mujeres envenenan a los hombres, amaestradas por la partera, con arsénico
dice la noticia A las mujeres las llamaban hacedoras de ángeles
no puedo evitar la Kabala, y esto te lo digo cuando no veamos dios mediante
revisando pendrais he descubierto, con voluntad de novela, un diario, diarios y cartas, de 2004... todo real, realismo punto cero, nada de imaginación, todo realidad; la imaginación viene ahora, cambiar nombres de personajes y sitios, a santa cruz a lo mejor la llamo Puerto Escondido, y pongo al gerente de carnaval amargo ordenando, por orden del concejal Tarifa Babalú, limpiar de grafitis el guerrero de la rambla; no te hará gracia, viejo, pues hay en esa obrita una inconmensurable reseña a la obra de un autor que tú no estima, pero la he jibarizado, por el bien de la presunta novelita
me acuerdo de tus moscas con el cambio de compañía telefónica, no te cuento esa jaqueca
injerto puede esperar tres fiscos, para que Fortuna dé perras y editarla queda un buen rato
mañana van a venir belén y un amigo a hacerme una interviú, para un libro que piensan hacer; no sé quiénes son los otros entrevistados, a ver si me entero
cada día tengo menos que decir pero la vanidad manda, y yo obedezco
y dale la mano al invasor, a todos, el mestizaje evapora la endogamia, y a los naturales e invasores depredadores no hace falta que les des agua, se la llevan ellos
un abrazo fuerte
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