Hay que estar cinco años con un libro para conocerlo bien. El de Berto por lo pronto lo dejo aquí. Tiene más tela que cortar, pero no hay que hacer un trabajo lo que es un entretenimiento. Los chistes cortos son lo más logrados, lo demás es retórica que no le interesa a nadie. Y fuera del móvil y la pantalla, también hay realidad. Las pláticas con Nicolás en la calle, las visitas del Peque, las pedradas fallidas a una rata, y las noticias de otros amigos más lejanos.
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