El narrador me pide aumento de sueldo. Dice que soy un usurero. Lo mando al carajo. responde que se va a buscar otro patrón. Pos vete, le digo. Me pongo farruco porque lo tengo atrapado, con una argolla en la nariz. Y si se pone bobo, le bajo el sueldo. Y eso que sé que otro como él no voy a encontar aquí en esta estrecha isla. Ya he conectado, por si acaso, con Lizundia, Ramallo, Marichal o Anghel Morales. y también con el Cuervo, y con Ignacio Gaspar, pero estos son duros, hombres duros que no leen poesía. Y ese es otro: el poeta. La musa lo dejó por otro, más guapo, más interesante y más rico. Pos nada, que vaya a buscar otra musa el poeta. Me dijo que se iba al fulgor del barranco a ver si la encontraba. Ojalá encuentre a Juan Royo y lo guíe como Virgilio a Dante por estos infiernos, purgatorios y paraísos de la escritura. Y el periodista se me está yendo de la lengua. Periodista que cuenta lo que sabe, machetazo. Lo despedí. Y los personajes amenazan con levantarse en armas y llegarse a esta calleja del barrio de La Maldad y ponerme en eminencia delante de los vecinos. Ni el largato Berto Linares, con sus artes de mono, me salva del asedio. Yo, el autor, creo que debo cerrar la empresa unas cuantas semanas. Además ya no me acuerdo de las homilías de Pedro ni de las maldiciones de Ramallo la noche del taco con bolas. No me acuerdo al pie de la letras. Sólo de la palabra "mantequilla", con un significado que en este caso nada tiene que ver con el tango en París. Así que vacaciones , como hoy en La Puerta, el último programa de invernadero, nos retiramos y volvemos a últimos de agosto. Con frutas olorosas, como nuestra consorte radiofónica Candelaria, y su programa La Candela...
En fin, como me dijo hoy el autor de Ensalada de canónigos a la salida del programa, ahora ponerme fuerte, caminar... Así que dejo este blog hasta dentro de unas cuantas semanas. Si siguen ahí, ya nos veremos. Un abrazo.
2 comentarios:
Aquí seguiremos. El mundo es redondo y no hay manera de salirse.
Te esperaremos tus lectores, que a nosotros sí que no puedes despedirnos.
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