domingo, 12 de mayo de 2024

con Alicia

 En el País de las Maravillas, Alicia se pasa las aventuras oyendo a otros personajes ordenando cortar la cabeza a otros. En esto quien se lleva la corona es la Reina de Corazones. No termina una perorata sin mandar cortar la cabeza a este o a aquel. Esa parte de la historia, dibuja a un reinado compuesto de una reina cruel y un rey idiota. El final es un despertar de un sueño. Todo ha sido un sueño, como en la película La mujer del cuadro. A ver qué pasa ahora en el segundo libro, cuando la jovencita atraviese el espejo. La verdad es que prefiero El viento entre los sauces, donde hay buenos sentimientos y no horrendas y absurdas actuaciones, sapo banquero aparte, con un final donde el viento sopla en armonía con la flauta del dios Pan.

Por lo demás suelo sentarme afuera en la calle a fumar un cigarro y a esperar. A veces nada pero ayer a Nguyen, con gran contento de Darío que sabe que sus visitas acarrean una rica rica rica golosina. Ayer Sibi montó la silla cómoda, que llegó de Ikea. Menos mal, la otra me tenía el culo molido.

viernes, 10 de mayo de 2024

herencias

 El cardiólogo me da dos noticias. Una, que la válvula averiada está mejorando Otra, que la avería es hereditaria. Cada cual carga con su herencia.

Ahora encontré los libros de Lewis Carroll. Me pongo a leer las aventuras de Alicia. Psicotrópicas aventuras. Por lo pronto la niña no hace sino crecer y decrecer. La historia se abre después de encontrar a la Oruga que fuma opio subida en un hongo alucinógeno. Hay poemas trastocados por el autor. Uno, el de un viejo que harto de las preguntas que le hace el hijo le dice que como siga preguntando lo baja de la escalera con una patada en el culo, me recuerda una de las canciones que los niños solíamos inventar en el pueblo: Seña Petra se cayó / en un pozo muy oscuro / y Ceferino la sacó / de una patada en el culo. 


lunes, 6 de mayo de 2024

sabores

¿Puedes comprender la realidad?

Preguntan por ahí.

Y yo hablo de fútbol y política con Nicolás ahí en la calle. Sentado en la silla incómoda. La de Leroy Merlín no acaba de llegar. Habrá que poner una instancia. 

También me habla, vía móvil, el amigo del Sur. Me cuenta sus desventuras. Ya me sé de memoria el relato. Las tres heridas que le dejaron su paso por la cirugía, o el mosqueo que tiene con el cuervo de Las Galletas, que no cumple como cumplieron con el profeta Elías los cuervos de antaño, o el mosqueo con el cernícalo de Charco del Pino, y para más, el que tiene con el guirre de La Laguna. También hay pájaras en su relato. 

Como siempre, recuerdo muchas cosas del pasado. Esta vez abunda lo que pudo haber sido y no fue, y peor aún, lo que fue y no tenía que haber sido. Los más gratos son los de los sabores de ciertos alimentos, la primera naranja, la primera granada o las primeras zanahorias estofadas... Tiene su historia el recordar solo sabores.

También recuerdo las primeras novelas que leí. Fueron las de Samuel Beckett. Tres novelas. Cuando llegué a Malone muere, la dejé sin terminar. Me entró la superstición (tuve demasiada tercera dimensión semántica en aquella tierna juventud) de que si la acababa, el que me iba a morir era yo.

Ahora no leo. Solo la novela que me llevó Juan a la habitación 603. Una peculiar versión del cuento de La Cenicienta. Y tampoco escribo. Contemplo afuera la danza de las mariposas, en contraste con la de las abejas. Pienso en Isadora Duncan. Quién pudiera bailar.

sábado, 27 de abril de 2024

 La verdad es es que no grabo nada. Lo pienso pero luego desisto. Lo que tengo claro para qué lo quiero decir. Y de lo que tengo oscuro, no encuentro el interruptor para encender la bombilla. Lo más oscuro es la historia de los dos hermanos, el hermano tonto y la hermana lista. No entiendo cómo la hermana toma como gran ofensa que la sobrina no quiera revolver el pasado y sin embargo siente, por lo que se ve, como hazaña bélica que su hija haya robado papeles importantes a su tío carnal. Cuesta entenderlo. Lo única ventaja actual del hermano, si es que lo es, es que ahora sabe a ciencia cierta que le están haciendo la cama. Observa y calla, intentando comprender. En contrapunto, lo que tengo claro es un repertorio de poemas, vamos a decir poemas, que podrían estar en la corriente de papeles encontrados de Cucarachas con Chanel. Ejemplo, los avisos mortuorios en las cajas de tabaco. Baladas tenebrosas. 

Por afuera de casa, si no está Nicolás dándome consejos de supervivencia, suelen estar el diógenes del barrio, recogiendo colillas y filosofando con la maleza de los jardines, y el hombre al que su perrito ratonero se le escapa cada dos por tres. El pequeño teatro por detrás de los aloes floridos. El de las abejas susurrando en las flores también tiene su interés.  

domingo, 21 de abril de 2024

la escalera

 La literatura que vale la pena es la que toca la llaga del lector, dice Maestro. Pero también hay una literatura que toca el alma, y la revivifica.  El alma también ha sido mal tocada, La casa de las bellas durmientes o Saló son novelas donde el sexo es estiércol. Un estiércol que ahoga el brote de la flor. O Edipo, donde una doble hazaña, matar a un enemigo y casarse con la reina, ha sido matar al padre y preñar a la madre. En fin, que la literatura valga para lo que ella quiera.

Pepe, el grato reencuentro en horas de hospital, sin olvidar la pella de gofio que me llevó Cristian, los rosquetes laguneros que me trajo Juan o las galletas que me traía Nguyen,  me dice que siga con el blog. No sé yo. De la estancia en el centro clínico hago memoria en verso y en prosa, y recuerdo la bàscula que me bajaba de peso cada día, a las enfermeras ayudantes aliadas y a las adversas y al vecino. Cuento lo mío en mi cabeza en diez versiones diferentes, pero lo del vecino, que contiene la historia que vale ser contada si se quiere tocar realmente la llaga, procuro olvidarla. Pensar y escribir son dos actos relacionado pero separados entre sí. Es como expresar hacia otro buenos deseos en voz alta. El deseo se disipa y se pierde, pierde su fuerza, su potencia. Escribir ahora se me hace cuesta arriba. Trabajoso. Pensar no, pensar, simplemente pensar, pienso son cierta facilidad.  

Debería ir otra vez a la obra inédita. Pero como dice el enterado, no digas dónde vas a poner la escalera, porque siempre hay alguien que la cambia de sitio. 

jueves, 8 de febrero de 2024

notas

 no te demores

vete a la guerra

deja la tierra

seca de flores

siembra dolores

hambre y miseria

vete a la guerra

no te demores


Lo asusté, a Rafael, como mi padre me asustaba a mí y como su padre lo asustaba a él


En barca sin remos

voy a la deriva,

miro al cielo

la espalda tendida,

se oyen sirenas

entre las islas,

unas con penas

lloran el canto,

otras apenas

cantan su llanto.