martes, 29 de julio de 2025

el valor de la literatura

 viejo, me acuerdo de dos casos, uno de amor a las ratas y otro de necesidad de las ratas

el primero lo conoce juan porque conoció a la persona; era esa mujer, multimultada por el ayuntamiento, que en santa pus daba de comer a las ratas y a las palomas; según ella, si no miento, era porque cuando damos el batacazo nos convertimos en ratas o palomas

el otro es de una noticia leída hace tiempo: en un lugar de alemania decidieron eliminar a las ratas de las alcantarillas, y luego tuvieron que reponerlas porque esos animalitos eran los que destupían las obstrucciones

pregunta; yo temo que se me acerque una rata; otros, que se les acerque un negro, un fascista, un comunista, el hambre, el frío, la humanidad... motivos: el miedo, el odio...

explicación peregrina: vivimos comiendo el fruto del árbol del bien y del mal; no estamos a la sombra del árbol de la vida

en audiolibros estoy ahora con el de las noches; ya sabes, el califa iba de viaje y volvió al palacio porque se le había olvidado algo (el chiste pervive), encontró a su mujer folgando con el más bajo de los esclavos, y los mató; desde entonces, durante tres años, se acostaba con una doncella, la desvirgaba y al amanecer la mataba... , hasta que llegó al palacio la única doncella que quedaba en el reino, la hija del visir, que se puso a contarle cuentos que a ella le salvaron la vida y ablandaron el corazón del califa; valió mucho su literatura 

sobre los lagartos, no sé si había un gato en el tanque que los cazaba, pero sí recuerdo, me lo contaba el vecino nicolás, que un cernícalo del barranco era un hacha para lagartos, y alguna rata también cayó

el cielo tenga misericordia y nos ayude, pepe

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