El día 11 de junio es una fecha luminosa, hasta ayer porque ayer fue el cumpleaños de mi hija Sibisse, y desde ayer, porque se celebró, en un hogar acogedor, el inicio de una aventura que vale la pena.
Lunares no faltan nunca, sin embargo. Comuniqué a Víctor la intención de regresar al puente de mando. Es curioso (y tenía razón don Juan yaki), cuando el dasapego es absoluto, el logro es más sencillo. En fin, mande quien mande, el martes seguiremos, con la venia de Curbelo y la protesta de Anghel, abriendo esa Puerta (si Dios quiere), y luego a Cajacanarias, a celebrar el alumbramiento de --eso espero-- una atractiva novela.
Gracias, Irene. Acogedora, bella y grata mujer israelí.
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