Da igual como haya salido el programa. Por fin tenemos una mujer que vale la pena, en todos los sentidos.
--Qué ...-- dije yo.
--Qué ...--dijo Jesús el Niño.
Y seguimos caminando los tres avenida de la cárcel hacia arriba.
Yael se fue con Víctor, vestido de invitado a una boda, y ella de rojo y negro. Stendhal. El hombre que le tenía miedo a la belleza.
El próximo prógrama, si hay suerte y gracias a Yael, sexo y vino, con un monje de invitado especial.
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