Retiro todo lo dicho. Retiro todas las promesas e intenciones. Ya no hay camino que andar ni nada que encontrar, ni que comer, que merezca un paso. No he subido a la montaña y tampoco puedo bajar. Imposible subir o descender. Apago la vela del diablo y la vela de dios. Adiós los viernes prometidos. Sigo llorando el drama pero la comedia ya no me hace reír.
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