Con Marcelino en San Andrés, en El Petón, abierto por fin. Malamente vimos a Beba, si es que era ella quien estaba en la cocina. Luego un café en El Monterrey. --Mataste a Orlando y mataste a Deivi y tú sigues aquí --me recordó Carmita los amigos idos. Ferni me dijo que llamara a Chani. Pronta derrota y más ganas de volver a casa, más bien.
El doctor Maestro me ha hecho pensar en una continuación, menos ambiciosa, del Quijote. Curioso que ese hombre, Maestro, que denosta a Borges sea quien más me haya inspirado superior simpatía por el escritor argentino con flema británica. Dicen que Cervantes se inspiró o plagió en los inicios El entremés de los romances para construir su novela del caballero andante. Ese entremés trata de uno que se vuelve loco leyendo romances. La continuación actual puede ser de uno que le pasa lo mismo leyendo a Borges. Es devorado por un tigre, como Garbancito; es engullido por un espejo, como Alicia; y es aniquilado por un anónimo y borracho marinero, como el hombre del cuento El Sur, entre otros episodios donde no faltará una biblioteca.
Veo una película donde cuatro hombres van a un lugar de indios detrás de una mujer con intención de rescatar a su marido, atrapado por un derrumbe en una mina de oro. Entre los hombres dos héroes, y un mexicano echao palante y un ambicioso sin moral. El héroe 2, un jugador que sabe hacer trampas, le dice al otro que se interesa por los demás por si tiene que jugar una partida con ellos y por poesía: "También soy algo poeta, por eso toda clase de gente tiene interés para mí".
Sibi me trae al podenco Rafael. Tendré compañía. Ella hace un viaje a Transilvania. Le enciendo una vela al diablo para que no joda y otra a Dios para que la ilumine. Mi amiga Ana me dice cómo hay que contar ovejas para dormir. Ahora lo que me falta es ver las ovejas y contarlas, empezando por la última. Nguyen viene diosmedante el miércoles. Ella es la dueña de mi pelo. Sabe manejar la tijera y el peine. Recuerdo la vieja historia de una tijera, pero no era para pelarme. Tuvo otra función y yo fui un cobarde. Si la cuento, haré que mi personaje se porte como un valiente.
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