Por la mañana, una noticia casi de obligación, arriconada en una página, da cuenta de cuatro muertos kurdos en territorio iraquí a mano de tropas turcas. Sin comentarios. Estoy esperándolos.
A mediodía, carne con papas fritas y mi padre brioso de nuevo con la transfusión que le hicieron en el hospital.
Por la noche. encuentro con Antonio Cubillo. Este hombre no es sólo gente de respeto sino un símbolo en los anhelos independentistas. Anghel supo llevar el acto, como él sabe hacerlo. Creo que debió aceptar el reto de una mujer del público, de acudir al salón de actos del Parlamento canario el próximo miércoles, donde varios economistas independentistas hablarán. De vuelta a San Andrés, le saco prestado a José Rivero su último libro publicado, aún con la tinta fresca: Hilván insinuativo de San Andrés, de editorial Benchomo.
Y por hoy más nada, que yo recuerde.
2 comentarios:
Yo si acepté el reto de la señora Aida de ir al parlamento y que fueran los que quisieran, lo que me parece una falta de respeto es que en la presentación de un libro aparezca otro autor a vender los suyos, pero más falta de respeto me parece que en medio de un acto mal o bien llevado alguien se levante sin previo aviso para anunciar y hacer propaganda de otro acto. No es el hecho en si, sino las formas. Como dice el mago: "el respeto es muy bonito". Por lo tanto empecemos a respetar. Sobre todo cuando en ese acto del Parlamento interviene un economista de moda que echo literalmente de un acto suyo a un compatriota por enarbolar una bandera con las siete estrellas verdes.
Segregación se llama la figura. Independentistas de nuevo cuño que reniegan de Antonio Cubillo y de las siete estrellas verdes. La investigación está en marcha. Por una parte, el independentismo pasional, y por otra el independentismos estructuralista ecónomico antilizundiano. A ver si la poesía el próximo jueves en librería el Cabildo (antiguo teatro Baudet) acierta a ver esta realidad.
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