--Si es pa usted, en cinco minutosa está AQUÍ.
Aquí era el bar de Efraín, otro gomero, en la plaza del Superchito, el del puño izquierdo, el revolucionario, sobre un atril de música sin partitura, y el derecho deteriorado, mejor que se esconda. Plaza del Superchito, barrio de La Maldad. Espléndida plaza del barrio La Maldad, patria del poeta Ezequiel Pérez Plasencia. Aquí está el bar de Efraín, el gomero. Hoy un cliente le daba la turra con que los de Barcelona son españoles, y como son españoles no tienen por qué estar hablando catalán. Un idioma no español. Mira, dijo Efraín, yo soy gomero, a mí no me vengas con españolismos. Gomeros al poder. Fernin el del Monterrey, en San Andrés, con su hermana Carmita reclamándome un poema que le escribí y que perdí y ahora me lo reclama como Fernin el joropo Venezolano a nuestro Cuervo. A ver si Anghel Morales me salva del compromiso. (Al Cuervo que lo salve el gavilán.) Lo quería enmarcar, Carmita, el poema. Un plagio de la etiqueta de una botella de licor, en los que está especializado Lauréano de Lorenzo, el rapsoda onanista. No sé qué tengo yo, desdentado, feo, roncador, fumador, bebedor de ron, que cautivo a las damas, para envidia de mi mero jefe Víctor Roncero. La miro, la hipnotizo, y la dejo a mi merced. Hasta mi hermana si me lo propongo la meto en el saco. Mejor la dejo con su Inriburno, el barribundo moribundo.
El Cuervo voló. Supongo que habrá encontrado la salida del laberinto oscuro. Barrio de La Maldad.
San Andrés, tiembla; no eres nada. El material está aquí. En este nuevo barrio.
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