miércoles, 13 de enero de 2021

metaliteratura

Jordi Solsona habla hoy de Juan en fb: 

Leo una novela de Juan Royo, un hombre que me ayudó a pagar el arreglo de la moto cuando le ofrecí un cuadro de Óscar Domínguez y no dudó en comprarlo sin rechistar sobre el precio, tipo curioso, callado, enigmático. El texto se ubica en la ciudad de Santa Cruz (Puerto Santo) cuando la guerra de Cuba. Cunde el pánico en la capital porque se teme la llegada de la armada estadounidense para conquistar la isla, un retrato donde la sociedad, el clero, la burguesía y la política exhiben sus vergüenzas éticas. Un caleidoscopio de clases sociales que explica muy bien lo que vino años después con la represión franquista. Tantas muertes desde la conquista. Tanto desprecio a la vida.

Lees esto y parece que la novela es un drama. Estos que se ponen dramáticos para darle gusto a sus cuatro ideas fijas, vade retro. Si no la relaciona con el franquismo le da un patatú. En fin, lo importante es que "hablen de uno aunque sea bien". En persona Juan será eso que dice Jordi, y lo que comenta Agustín Pacheco

... conozco a Juan Royo de Iranzo desde hace años, y dices bien sobre el carácter de Juan Royo, y es que aparte de buen escritor es una excelente persona, un perfecto caballero...

pero escribiendo es otra cosa. Además en Canarias, caballero a veces suena a sorna, como la palabra "artista", que pasa de ser noble a señalar a un listillo.

El otro día Jordi puso la foto de una tortilla que hizo y comenté qué bueno tener un compatriota catalán que sabe hacer tortilla española. Me contestó que él no la llamaba española. Hasta aquí bien. Pero a continuación me salta un desconocido --amigo suyo-- reciminándome la broma. "Todas las culturas merecen respeto" y bla bla bla. Un tipo hablando en nombre de otro y el otro nada, casi nada, que nos quería a los dos. Qué bien. No lo mandé explícitamente a cagar por no liar la madeja en el muro de un amigo, y además lector de Puerto Santo. Una novela más acorde con la comedia de Aristófanes  que con el drama, y nada que ver con la tragedia.

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La película de Pepe sobre mí ya la he puesto a circular. Se la mandé a mi hermana. Y ayer estuve con Ramón en San Andrés. El cherne bien preparado pero congelado. No como el cherne que comimos una vez en el patio de mi casa Ramón, Juan y yo para hacer la portada de Puerto Santo. Sal de Himalaya trajo Juan. Ramón trajo la cámara. El cherne no dijo nada. No como el de la novela.

--El cherne parlante --dijo Ramón.

--Si el pescador le hace caso no le hubiera pasado lo  que le pasó. Tenía tanta hambre que ni se le ocurrió pedirle un deseo...

Qué frío en la terraza, mi madre. No daba gusto comer así. Le pasé la película de Pepe, no sé si la habrá visto.

Pamela escribe sobre esa grabación. Casi un poema. A lo mejor lo copio aquí; merece la pena, y los relatos que ha escrito de un bar con una gorda mandona y... Muy buenos. El poema empieza de un modo que me recordó a esos que iban en el carro (tiempos de Roma) con el general victorioso después de una batalla, que decían en la oreja del gran hombre "acuérdate que eres mortal". Y en el penúltimo verso, de un modo misterioso, expresa sus ganas de bailar un tango a media luz con...

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Emoción también me dio la agenda que hizo Sita. No está nada mal. Preciosas las fotos. Los textos piden otro repaso. 

Y... bueno, se me acabaron las palabras de hoy.   


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