Cierro la versión concursante de Vertical blues. Voy a Injertos. A esta obra le pediría un repaso operativo de Dr. R.
A Ramón no le digo nada porque vino por aquí, miró la tonga de viejas hojas de periódico y no le interesó porque en la batalla que quiere montar en el cuartel de Almeyda la guerra de Vietnam no entra. Pienso que esas hojas podrían nutrir el libro de cuentos. Entre ellas, acogería con complacencia el relato de una vietnamita inteligente, hábil y valiente. Del reportaje del periodista me acuerdo del traje que llevaba la muchacha, no sé cómo con ese vestido podía correr tan veloz.
En fin, entro en Injertos como un narrador poseído por la electricidad de Dr. R. y por el humor categórico de Juan Royo. A Marcelino no lo toco. Le dije que le iba a mandar una nueva versión de Agosta escribe, pero no lo veo con ganas de meterse en esas páginas.
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