martes, 17 de agosto de 2021

día de San Roque Montpellier

García Martín esta semana hace un cuento en el que aparece el rey Juan Carlos, cuando todavía era rey de verdad. Lo coloca en una orgía en la ciudad de Ginebra donde alguien, con disimulo, saca fotos que da vergüenza mirarlas. A la novia del fotógrafo. 

--No quiero ver más esas cochinadas --le dice ella.

Me acordé de otras fotos que sacaron en Interviú, hace mil años, donde los protagonistas, cada uno por su lado, eran un duque andaluz y el guardia civil Roldán. Las fotos daba pena verlas. Cutres con delito.

Del rey Juan Carlos recuerdo que leía los discursos. Lo más valioso que dijo sin mirar un papel fue "¿por qué no te callas?" y "perdón, no lo volveré a hacer?". Su biografía da para una novela blanca picaresca palaciegra, al revés del Lazarillo de Tormes, pero con iguales tintes de novela negra. Una novela en tres actos. Comenzaría cuando sin querer mató a su hermano con una pistola. Segundo, cuando cedió el Sáhara a Marruecos a cambio de la corona, presionado por EE.UU. Tercero, lo que hizo con la corona. Puede que ya esté escrita. Hay literatura sobre el rey ya bastante.

Nicolás viene y va. Ahora el estribillo verbal es "venga tú", cada vez que regresa a su casa, como decir adiós o hasta luego. Ahora lo llamo Vengatú.

--¿Estás escribiendo todos esos nombres que me estás poniendo? --pregunta.

--Supongo que sí. 

Hablando del rey me acuerdo ahora de una idea que nunca se materializará. Quedará en idealismo. Un libro titulado, una antología titulada El harén de Chita, y de subtítulo Antología de una mujer lesbiana. Tendría que declararme legalmente mujer. Eso me da pereza. Y eso que el criterio seleccionador es estrictamente científico, matemático. Sería con textos de autoras que han puesto alguna vez en mi muro, en fb, un corazón. Sería una antología con corazón. Y sería una edición clandestina, corrupta, que circulara callada. No soy Fu Manchú. Lo dejo correr.  

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