domingo, 31 de enero de 2021

elogios

 Dijo  alguien: Consideras que el elogio es literatura vulgar hasta que te das cuenta de la sutil venganza que esconde el elogio.

--Llámame Bestia, no me gustan los halagos --dijo Bestia a Bella.

Otras veces el elogio es el engodo para hacerte un esclavo de la voluntad del elogiador.

Otro cuento es el de Confucio y Lao Tse. Confucio tenía malas referencias de Lao Tse y fue a visitarlo para comprobar si era cierta esa mala prensa. Cuando llegó a su chozo este no le dijo que se sentara y Confucio le preguntó si no iba a invitarlo a sentarse. "Si quieres sentarte te sientas y si quieres quedarte de pie te quedas de pie; yo no soy nadie para decirle a nadie lo que tiene que hacer." Confucio se fue enfadado y dijo que realmente Lao Tse no era un caballero. 

--Crees más a los que hablan mal de ti que a los que hablan bien --me dijo un amigo y cortó la amistad.

No creo ni en uno ni en otro. No creo ni en lo mal que habla de mí mi primo Wang ni creo lo bien que él ha hablado. Me costó entender su propósito. Cuando tienes mala salud no deseas luchar contra nadie. Y además, si quiere pensar eso, pues que lo piense. 

Nos liberamos uno del otro.

Prefiero a Nicolás el vecino, que en estos momentos de estar tirado (me dio un mal aire) me trae un caldo o un plato de sopa, sin pedirme nada, ni bueno ni malo.

Por lo demás, que el camino de cada uno dé su frutos y por mi parte, yo pueda salir de este estado de mala salud. En otro momento de mala salud Wang y Siao Ling me hicieron la cama, en el sentido vulgar de esa frase. Eliminar el rencor no es fácil pero es el único camino.

Adiós. 


martes, 19 de enero de 2021

silencio

Uno suele engolosinarse con lo propio sin darse cuenta de lo defectuoso que puede estar. La propia mierda no le molesta a uno mismo, pero cuando vas a compartir esa mierda, conviene que no tenga olores dañinos y contaminantes. Debes convertirla en mierda de burro (que es oro para la tierra) o retirarte. El sueño de hoy y el de ayer tiene ciertos avisos. En el de hoy yo hacía un negocio con una mujer joven, rubia. Íbamos desde el puente Zurita hacia Los Campitos a buscar parte del material que faltaba de algo, alimentos normales, que me había vendido. En su coche, rojo, brillante, impoluto. Anteriormente me dijo que no le había pagado lo que ya me había dado, y yo le dije que sí, y ella que no, y yo le dije "pues no te voy a pagar dos veces", pero luego decidí pagarle, pues no recordaba bien si lo había hecho. Subíamos y mi lengua se puso boba, en plan ligón. A medio camino paraba a la altura de Barrio Nuevo, en la carretera, donde su madre y unas tías tenían una tasca. Llegó otro coche y se bajó la poeta Carmen Paloma, con quien no tengo mucha amistad pero sí confianza amistosa. Fui a saludarla con un beso en la mejilla y apartó la cara. Seria, me dijo que ella no besaba hombres, porque los hombres podían contagiarla. Qué palo. Cuando fui a subirme de nuevo en el coche de la que me vendió los comestibles (recuerdo especialmente botellas de leche, blancas las botellas, como la ballena blanca) resulta que no pude entrar porque había echado el seguro de las puertas. Y no sólo eso, el coche ya no era de lujo, rojo y brillante, sino una especie de vulgar jeep furgoneta con rejas que impedían el paso. "Espérate aquí que voy a buscar eso y vuelvo". Y se fue. Yo me quedé en la tasca de la madre y las tías, con hambre, pero allí sólo tenían alimentos rancios y cerca no había ningún otro sitio donde comer decentemente. En medio del viaje con ella recordé que podía haberle pagado a su padre, que lo llamara, y lo llamó por el móvil pero no hubo contestación.

La mierda del sueño de ayer me indica también el error que he estado cometiendo en el trabajo con Vertical blues. Hoy al despertar se me iluminó el caso. Vi los episodios que desafinan y que hay que tirar a la papelera. Es como si en medio de un réquiem de Mozart sonara "dónde estará mi carro" y cosas así. Hay que quitar esa mierda para levantar la tienda. En fin, darse cuenta a tiempo es el principio de llegar a buen puerto. Eso espero.

Le sugerí a una persona amiga que tuviese un tiempo de silencio. Me aplico el cuento. Eliminar la diarrea a tiempo es sensatez. En cuanto a la escritura, la medicina es el silencio. Un tiempo de silencio.  

lunes, 18 de enero de 2021

el día más triste del año

 personaje parecido a luis


Segunda parte

ni la mujer disfrazada de virgen y gran señora ni las otras que ella descubre en el piso lo descubren porque va disfrazado después de ver la peli porno y salir pitando porque lo cogen desnudo magreandose en la última fila, se esconde en un rincón oscuro, golpea a uno que casi lo descubre y sale pitando. A la salida hay uno al que le hace no sé qué pero tampoco lo puede coger... deambula por la ciudad... NEGRO   va a un coche años cincuenta donde le vende viagra en goma a los que ocupan el coche, tres filas de asientos, petados (años 50) y al momento se ponen todos a darse por saco, en la última fila del coche una mujer fea fea y un tipo.... el tipo pasa al asiento del medio y le dice a ella si quiere, él se tira vestido con todo sobre los folladores y ella lo pajea por detrás, le pajea el culo... él (el protagonista del sueño) se va, pasa por un pequeño parque donde encuentra a unos con ganas de coca... en el parterre encuentra bolsitas de coca y se lo dice al otro... y dos que estaban sentados, barbudos, lumpen, se acercan por la coca, que es de ellos... pero terminan cogiendo amistad y él hace dulces con la goma de viagra y la coca y la van a vender a una dulcería... los clientes que están detrás comienzan a comprar... ellos se van a buscarse la vida... encuentran a uno, parecido al bobo de Ibra pero cara cuadrada, nariz muy pequeña cerca de los ojos y alejada de la boca que dice que tiene una casa en Tenerife y que si quieren ir a vivir con él con la condición de que cada cual compre su comida y no toque la de los demás... eso no les conviene... van a buscarse la vida, dónde dormir... en otra plaza ven que en un lado uno ha montado su tiendita de lona para guarecerse de noche... uno del grupo empieza con una pala a quitar boñigos en otro rincón... (para adecentarlo y montar otra tienda de lona) boñigos de mierda humana canelo claro y maloliente... eso no es mierda humana, dice otro...

Primera

es un trabajador que vive con su mujer y está acechando a uno que roba cosas de las obras que están haciendo en el edificio, telas metálicas, pero se le escabulle el tal pícaro... se enrolla ese individuo con una vecina a la que se juntan otras vecinas para hacer orgías... viejas formales pero gozosas de la vida alegre en secreto... las peripecias del nota para cogerlo son innumerables, todas fracasadas..., él se adentra en la casa de donde están las vecinas porque sospecha que allí está el ladrón y participa en el juego y otro dia organizan en la casa, la suya, otro meneo y cuando están en lo más colorido entra la mujer, vestida con traje de señora y manto de virgen... sale corriendo y desaparece, y nada, que el tipo se cambia de nombre, de atuendo, y se vuelve maricón... no es simulado lo  del cambio... él ha perdido su personalidad y se cree otro.

Yo despierto del sueño sin dejar de soñar... y paso por un cine donde ponen una película que se anuncia con un número de Lunula que es la publicación de la segunda parte de esta historia, formato antes de intervenir Amez,,, y nuevo director otro, no sé qué Moren no sé qué... Me desconsuela no haber hecho yo ese número...

*

Dejo el sueño escrito tal como le redacté después de despertar de verdad, sin siquiera calentar un café.

Salvo cuando aparece el cartel de cine (años 50, en una ciudad que ahora se me antoja Madrid) con la película basada en la novela publicada en Lunula, yo no soy personaje del sueño sino un observador anónimo, invisible. Y ningún personaje tiene que ver con mi realidad. Que el protagonista lo relacione con Luis (el vecino ahora menos parlanchín, que arregla de vez en cuando su jardín con la ayuda del buhonero tocayo suyo) fue después de despertar, y también la relación del otro con el que llaman el bobo, aunque en este caso no hubiera ningún parecido físico. En el caso de Luis no era solo el parecido físico sino también el temperamento, nervioso inquieto.

Después del café y lavarme la cara, abro el fb y lo primero que veo es un poema de Candelaria Villavicencio:

Estoy en mi casa nueva / Anoche me echaron de ella / Pero no hice caso / Es difícil pensar que todo sigue en su sitio / Que no fue ayer cuando ardió / Volaba hacia Londres / Allí lloré lo que pude / Yo vi antes las llamas en la que era mi casa / Recuerdo ahora el aliento de las puertas / Las habitaciones cuadradas donde jugaron nuestros hijos

Recuerdo como era esa casa / El ruido de la madera / El calor de las paredes / La maldad de las piedras en las ventanas / Pero el fuego arrancó mi casa de la calle /  Me dejó con los brazos al descubierto / El fuego me arrastró al mar / como agua sucia / Ahora vivo en otro lugar / con nuevos inquilinos / Sonrío a veces / La bondad del mar me guarda la alegría / Sí / Sonrío a veces

*

Lo segundo que veo es el muro de Jordi Solsona:

Mejor me callo

y en un comentario le responde a alguien que se quedó con la curiosidad, que solo tiene ruido.

*

Y lo tercero, en el muro de Pamela Álvarez:

Este 18 de enero es el primer lunes del mes de enero. Según el psicólogo Cliff Arnal, esta fecha es la más triste del año y es por eso que se conoce como Blue Monday. // Chorradas puras y duras.

*

Pues algo triste está siendo, tristeza metafísica, pues aparentemente hay alegría. Mediodía soleado en la escalinata.

--No hay ni una nube --dijo Esteban el cazador.

Y Z habla por el móvil con Marcos como el buen hombre de La llamada de la selva habla con el perro protagonista, frases donde los aparentes insultos (subnormal, pollaboba, hijo de puta...) son halagos afectivos. Al rato llega su ex mujer, en una moto vespa pequeña y Z le pregunta si ha comido y ella dice que no y él la invita a que coma en Ibrahim. Recuerdo que hoy era el día del pelado pero no digo nada porque hoy no tenía muchas ganas. Cuando la ex se va, me dice:

--Por fin ¿quieres pelarte? --le digo que sí--. Es que me dijo C que para mañana mejor, porque hoy no puede.

Sí, mañana mejor, cuando pase el día triste.

Por la noche toca Carlos a la puerta. Lo invito a entrar. Me dice que si quiero una mesa grande por 50 euros. Por ahora no. Cuando sale, vemos a su mujer, la que baila sin darse cuenta. Le acaricia la cintura.

--Qué mujer más guapa tengo --dice, mirándome.

--Dímelo a mí que cada vez que la veo me desconsuelo.

Él baja hacia su casa y ella y yo quedamos a solas unos segundos mirándonos. Dios,que luz fluye de sus ojos.

Cuando entro y cierro la puerta vuelvo a recordar el día en que la acción generosa de Carlos evitó que mi casa se quemara. Si no es por él, hoy podría escribir algunos de los versos de Candelaria Villavicencio.

sábado, 16 de enero de 2021

gentíos

Soñé con Juan. Si lo recordara entero, el sueño sería un cuento de los suyos, Sin desperdicio. Me invitaba a mí y a otros a una casa en La Palma. Recuerdo el cielo nocturno. Nubes espesas, preñadas de rayos contenidos. La casa era funcional y muy bella y muy agradable. Daban ganas de quedarse a vivir. Había uno--el judas de todas las cenas--  que lo quería perjudicar de malas maneras y con malas artes, y Juan intentó acabar con ese tipo, canijo, astuto y maligno. Y lo que hacía era darle más motivos. El nota se hacía el inútil para denunciarlo y que Juan tuviese que pagarle un dinero de por vida. Pero la casualidad dio en descubrir el tinglado que se traían él y otro (un tipo con pinta de Mefistófeles de una versión cinematográfica que vi hace tiempo en el TEA) . Una máquina grabadora que sólo puede existir en un sueño, que nadie sabía que existía y que funcionó por casualidad, descubrió los manejos del taimado y su compinche. Se quedaron con el culo al aire y si Juan hubiera querido, y no recuerdo bien si lo quería, esos dos iban a ir al talego de cabeza. El amigo me ofreció quedarme en esa casa una temporada, pero yo no llevaba ropa para mucho, así que quedé con él en volver a Tenerife y regresar a La Palma, y olvidarme del mundo en esa casa estilo Le Corbusier, pero apartada de la civilización.

*

La escalinata petada. Lili  y la amiga abajo, Miguel en medio y arriba, por fuera de las dos mesas que sirven de mostrador, Z, el Puñaladas, la novia, Juana, la hija, el Chamo, Marcos... Le sacan los colores al Topín, que es el que no está. Uno a lo lejos, en la baranda entre la calle curva y la plaza, le grita a Marcos que mañana a las diez tiene que ir a donde las cabras.

--No grites tanto que ya lo sabemos tú y yo --le grita Marcos, en pantalón corto  de verano y camiseta de manga corta, todos los demás abrigados hasta la cabeza y el frío que baja del barranco desde La Laguna haciéndose sentir, menos en Marcos, que lo mismo le da el frío que el calor. 

Llega el Cabeza. Todo son bromas de que ahora tiene novia y casi no aparece.

--Cuando todos tengamos novia no aparecemos ninguno --dice Marcos--. Nos van a tener que buscar por internet.

El Puñaladas la mar de amable conmigo, más que nunca. A mí nunca me ha dado un tranque, así que en buena ley no puedo criticarlo.

Ganas de quedarme un rato más pero el frío no es mi aliado, por ahora.

viernes, 15 de enero de 2021

historias del barrio

 Yo no soy millonario porque dios no quiere que me eche a perder, porque nací malo por naturaleza pero la sociedad me obliga a ser bueno, o por lo menos aparentarlo. Los pobres no nos podemos permitir la maldad sino con cuentagotas. Pepe en el vídeo dijo que la obra de la colección Letras Arias --que incluye dos autores: él y yo-- yo homenajeaba a los poetas que me habían servido de mina, de fuente, de manantial. En el caso de Borges por supuesto, y en el de Góngora y en el de Quevedo y poco más. Pero en otros casos, de obras de poetastros, el homenaje no existe. Existe una fría teoría que funcionó en algunos casos: un texto horrible esconde otro valioso, cualquier texto. Por muy pésimo que sea. La filosofía es sencilla y de sobra conocida: no hay basura que no se pueda restaurar. Es más, un país que sepa gestionar la basura se enriquece; y el que no, se empobrece.

Puedo seguir el discurso pero lo que me sacó de estar enguruñado en el sillón fue las historias del barrio que me contó ayer, con documentos sonoros como argumentos de autoridad, el amigo Z. El hombre está frito por conquistar a la gitana de María Jiménez, pero ésta sólo le da amistad y nada más. Aunque fuera fea, que no lo es, linda voz tenía. La que más se me quedó en la cabeza, sin embargo, fue la que está casada con un millonario y tiene de novio (en otro tiempo dirían querido) al Cabeza. 

--¿Tú qué le das? Tú no le das lo que le doy yo. Yo le doy tres platos al día --decía ella con voz de aquí estoy yo, refiriéndose al Cabeza.

Tres platos al día son tres polvos. Uno por la mañana, otro al mediodía y otro por la tarde. Así está el Cabeza, cada vez más amarillo. Así va ahora menos por Ibrahim.

El contraste de la voz anterior con la voz de súplica era notable.

--Estoy amargada. Por favor, ven a verme. Necesito hablar contigo.

--¿Tú que crees que quiere, Jesús? --me pregunta Z. 

--Hablar contigo.

--Lo que quiere es que le tire un polvo, pero yo no le hago a un amigo lo que un amigo me hizo a mí.

Me cuenta que tiene un altar de brujería con un montón de santos.

--Como te coja un pelo te va a hechizar, y no te escapas.

--Menos mal que soy calvo.

Una historia da paso a otra. Me cuenta que la ex mujer, con la que sigue teniendo trato, se dedica a pelar. En esto apareció el Topín, hermano de la novia del Puñaladas. 

--A mí me peló ayer y mira como me dejó. 

Si señor, lo dejó muy bien. Z, que dice que parezco más viejo con esta barba y estos pelos, me dice que si quiero la avisa para que venga a mi casa a pelarme. Me parece bien y digo que sí.

El Topín aparece y se apunta a la tertulia y me pregunta si follo con la que viene los viernes a ordenar un poco esta casa.

--No, esa mujer no va por ese camino.

--Yo conozco a una que después de limpiar, por diez euros más te chupa la polla.

Es otro y lo mando a la mierda, pero el Topín, que me cae bien, tiene una voz donde la mayor barrabasada suena inocente.

Z me dice que si quiero una viagra. Le digo que no. Total, no la voy a usar. 

En un momento anterior, en una de las fotos que me da a mirar, aparece con otra gente y el Puñaladas en el kiosco de Las Gaviotas. Este hombre me miraba mal porque yo saludaba a su novia y no a él. Ahora me mira cordial y a veces hablamos y todo. Me intriga el nombrete. 

--Él dice que  porque le ofreció a uno una puñalada, pero yo creo que es por los tranques que da. O sea. puñaladas en sentido figurado. Ese día en Las Gaviotas, me cuenta Z, se acercó al del kiosco y le dijo que él era policía secreta, para que le rebajara las cervezas. Es un hombre mal encarado, alto, fuerte. Lo imaginaba peleón. --Qué va, es un cagado.

En esto aparece calle abajo, noche con las farolas apagadas, la ex mujer de Z, que yo no conocía ni por asomo.

Bueno, se me acaban las palabras de hoy y ya largué lo que tenía en la cabeza.

jueves, 14 de enero de 2021

 --Toma, esto de parte de Jely --me trae Nicolás un tiesto con margaritas--. Es que una vez hablando contigo, ¿te acuerdas?, le dijiste que te gustaban las margaritas.

--Sí, me dijiste que te gustaban las margaritas y los girasoles --me dice Jely más tarde.

No me acuerdo, pero el regalo me emociona. Últimamente me estoy emocionando más de la cuenta. Busco el símbolo de la flor: "Quien te regala margaritas te está diciendo que tienes que volver a la edad de la inocencia, es símbolo de amor puro". 

Luego salió el Papa a la conversación. Él fue testigo parcial de la bronca que tuve con el Papa hace ya tiempo. Le había prestado dinero. Pasó el tiempo y no me lo devolvió. Pasó el tiempo y tocó a la puerta de mi casa para pedirme otra vez veinte euros. Le dije que no.

--¿Qué te pasa, tío? Tírate el moco, ¿no te fías de mí?

--No, ya no.

Y levantó el puño, dentro de mi casa, amenazándome con pegarme una trompada. Lo miré con ira y le dije que no permitía amenazas y menos dentro de mi casa, y le abrí al puerta para que saliera. Salió pero siguió insistiendo. Yo le hablaba en voz alta y me dijo que bajara la voz, y Nicolás dice que se fue gracias a que él encendió la luz de la habitación de arriba. No sé qué luz porque era de día, pero si él lo dice. Lastima que mi amigo y vecino no sepa contar mejor los cuentos. Los tiene interesante pero se repite y los cuenta mal, con pesadez y con el sonido de la mentira. O exagera sus aventuras o se las inventa. No es un narrador como Nano el segurita, que sabe contarlos y no se toca la cara cuando hace los cuentos. También me gusta escuchar a Miguel el de los perros (cuando habla de su perro me recuerda a Pepe cuando escribía con la voz del suyo lo que le pasaba en la vida; a veces tengo la sospecha de que los mejores escritores de Canarias crían margaritas en campos de cochinos, si no  no comprendo como autores como Juan Royo o JRamallo no están viajando por el mundo...).

Yo no sé si es por suerte o porque tengo olfato de serpiente, siempre me ha ocurrido que mis mejores amigos, allí donde he estado, han sido escritores importantes. Ejemplos, en Asturias Roger Wolfe y su oponente entonces: José Luis García Martín. En el País Vasco, Karmelo Iribarren. Y aquí ahora Juan, Pepe y Marcelino, además de Belén y Candelaria. Esta mujer me agradece lo que estoy haciendo por ella, que es muy poco, porque no me necesita. Más le agradezco yo que ella cuente conmigo. Y Pamela Álvarez se está espabilando (como si hubiese construido una valiosa cernidera) de una manera soberbia. No me resisto a copiar aquí uno de sus últimos relatos en fb:

... y me vi en la cafetería al asesino de la cerda. Aquel que sin conocernos nos invitó, a mi marido y a mí, a la matanza del pobre animal.

No nos saludó. Está el hombre resentido con nuestra espantada. Tenía unas copas de más a esas horas de la mañana. Me fijé que me miraba atravesado. Me subí más la mascarilla. El cortado me bajó por el  gaznate como fuego puro.

Entre la mujer forzuda y el "mata cochina" la cafetería tenía una pinta de oeste americano tremenda. Solo faltaban los indios.

Alguien se tiró un pedo.

Pensé: se va a armar la gorda. Pero no, el pedo divirtió a la Gorda.

Olores mezclados de Chanel número 5 y restos de grasa de cochino, porque intuí que el pedo provenía de las tripas del asesino.

Sonreía.

Un post anterior donde habla de la Gorda y otro donde habla de la invitación a la matanza completan el cuento, pero para darme pisto voy a copiar lo que escribió sobre el vídeo de Pepe, que tuvo la cortesía de compartir en su muro:

Escritor, poeta y pintor

Mal augurio cuando un conocido sube la trayectoria profesional en un vídeo o su paso por la tierra.

Me recuerda las medallas al mérito "tal" porque se tiene una pata en el cielo y otra en el infierno.

Todavía con un destino incierto.

Hoy o en un plazo corto con medalla al cuello, por si llega la negra astuta sin avisar avisando.

En un tren con muchos vagones donde se van sentando amigos, enemigos y otros observadores.

Esta tarde me senté en el último vagón del tren con destino a Santa Cruz.

Iban muchos conocidos de Jesús el maquinista. Me acordé de llevar una libreta y un boli e ir anotando los que se bajaban en marcha y los que se quedaban hablando. Decían cosas como que Borges volvía a resucitar en manos del maquinista. Lo reescribe. Me gusta la vida de los poemas nuevos.

El tren se para.

Lo vemos bajar a echar una meada detrás de los matorrales.

Decide que no le apetece seguir la ruta.

--¡Todos fuera, coño! Necesito pintar la espera.

Nadie se inmuta.

Todos aguardan a que los vengan a recoger a lo largo de la mañana. Nadie conoce a nadie, Todo es muy incierto.

Puedo decir que solo conozco a José  (así me llama en la novela que construye)  con el que bailaré un tango a media luz en la otra ruta de la muerte.

Historias no faltan. Subo con Z a la ciudadela junto al barranco del Llanto. Luego paramos en donde llaman el mirador, explanada sobre el barranco Santos y frente a la montaña de Barrio Nuevo, y después pasa por mi casa. Tres horas estuvo y no me cansó ni un minuto. Su móvil es una colección de epopeyas, y su voz, baja, como si  contase secretos, me hace un cuadro a lo Brueghel el Viejo, con el añadido de que oigo las voces (femeninas) de los personajes en su móvil. La gitana de María Jiménez, la portuguesa, la ex mujer (que lo engañó con su mejor amigo o su mejor amigo que lo engañó  con su mujer), la colombiana que lo llama porque está triste (y él no va) para que vaya a consolarla o enfadada (qué distintos tonos su voz en una materia o en otra) porque ya va a cortar (no corta nunca) con el mejor amigo de Z, su novio. 

Voy a  Ibra a buscar cigarros. En la escalinata, a la entrada del bar, discuten el Chema y Miguel el de los perros.

--No es lo mismo decirte que estás mintiendo a decirte que eres un mentiroso --el Chema.

--Aquí si te dicen que estás mintiendo te están llamando mentiroso.

Llega Lilit con su amiga, piden, sonríen, hablan, y bajan a dar cuenta de lo pedido a la chapa de metal que cubre el enredado de cables de la luz del edificio. El cuadro de Lilih sentada sobre el metal abajo, entre las cabezas de Miguel y Marcos, recién llegado con hambre feroz, los dos arriba, es magnífico.

Diálogos de noche de verano más que de invierno. 

Y se acercan las diez, la hora del toque de queda.

--Ibra, tráeme el muerto --dice Marcos, pidiendo la cuenta. Un eufemismo. 

miércoles, 13 de enero de 2021

metaliteratura

Jordi Solsona habla hoy de Juan en fb: 

Leo una novela de Juan Royo, un hombre que me ayudó a pagar el arreglo de la moto cuando le ofrecí un cuadro de Óscar Domínguez y no dudó en comprarlo sin rechistar sobre el precio, tipo curioso, callado, enigmático. El texto se ubica en la ciudad de Santa Cruz (Puerto Santo) cuando la guerra de Cuba. Cunde el pánico en la capital porque se teme la llegada de la armada estadounidense para conquistar la isla, un retrato donde la sociedad, el clero, la burguesía y la política exhiben sus vergüenzas éticas. Un caleidoscopio de clases sociales que explica muy bien lo que vino años después con la represión franquista. Tantas muertes desde la conquista. Tanto desprecio a la vida.

Lees esto y parece que la novela es un drama. Estos que se ponen dramáticos para darle gusto a sus cuatro ideas fijas, vade retro. Si no la relaciona con el franquismo le da un patatú. En fin, lo importante es que "hablen de uno aunque sea bien". En persona Juan será eso que dice Jordi, y lo que comenta Agustín Pacheco

... conozco a Juan Royo de Iranzo desde hace años, y dices bien sobre el carácter de Juan Royo, y es que aparte de buen escritor es una excelente persona, un perfecto caballero...

pero escribiendo es otra cosa. Además en Canarias, caballero a veces suena a sorna, como la palabra "artista", que pasa de ser noble a señalar a un listillo.

El otro día Jordi puso la foto de una tortilla que hizo y comenté qué bueno tener un compatriota catalán que sabe hacer tortilla española. Me contestó que él no la llamaba española. Hasta aquí bien. Pero a continuación me salta un desconocido --amigo suyo-- reciminándome la broma. "Todas las culturas merecen respeto" y bla bla bla. Un tipo hablando en nombre de otro y el otro nada, casi nada, que nos quería a los dos. Qué bien. No lo mandé explícitamente a cagar por no liar la madeja en el muro de un amigo, y además lector de Puerto Santo. Una novela más acorde con la comedia de Aristófanes  que con el drama, y nada que ver con la tragedia.

*

La película de Pepe sobre mí ya la he puesto a circular. Se la mandé a mi hermana. Y ayer estuve con Ramón en San Andrés. El cherne bien preparado pero congelado. No como el cherne que comimos una vez en el patio de mi casa Ramón, Juan y yo para hacer la portada de Puerto Santo. Sal de Himalaya trajo Juan. Ramón trajo la cámara. El cherne no dijo nada. No como el de la novela.

--El cherne parlante --dijo Ramón.

--Si el pescador le hace caso no le hubiera pasado lo  que le pasó. Tenía tanta hambre que ni se le ocurrió pedirle un deseo...

Qué frío en la terraza, mi madre. No daba gusto comer así. Le pasé la película de Pepe, no sé si la habrá visto.

Pamela escribe sobre esa grabación. Casi un poema. A lo mejor lo copio aquí; merece la pena, y los relatos que ha escrito de un bar con una gorda mandona y... Muy buenos. El poema empieza de un modo que me recordó a esos que iban en el carro (tiempos de Roma) con el general victorioso después de una batalla, que decían en la oreja del gran hombre "acuérdate que eres mortal". Y en el penúltimo verso, de un modo misterioso, expresa sus ganas de bailar un tango a media luz con...

*

Emoción también me dio la agenda que hizo Sita. No está nada mal. Preciosas las fotos. Los textos piden otro repaso. 

Y... bueno, se me acabaron las palabras de hoy.   


viernes, 8 de enero de 2021

 --Venga y azóteme, quíteme lo que tengo de emperatriz, no quiero ser emperatriz --le dice Carlota al doctor donde estaba recluida por  locura.

En unos reportajes se dice que Maximiliano era impotente. En otros que su amor en México fue India Bella. En otros, que era homosexual.

Me extraña Lowry cuando escribe en Bajo el Volcán que México --el nombra Cuernavaca-- destrozó el amor de Maximiliano y Carlota. ¿Qué amor? Maximiliano amó a la princesa Amelia de Portugal. Y luego a la bella india. Que se sepa. ¿Qué homosexualidad más rara? De la novela de Lowry, en esta nueva visita desde hace mucho tiempo, voy ahora por el cáp. II. Demasiado temprano todavía. Todavía quedan horas del Cónsul bebiendo mezcal e Ivonne (como en un chiste de la Virgen y San José) constantemente como diciendo --Olvídalo ya, hombre. --Que Ivonne haya follado con su hermano, el del Cónsul. (¿Cómo no se le ocurrió a Lowry hacer a Hug hermano de Ivonne y no del Cónsul?) (Ni a mí se me ha ocurrido, qué torpeza, explotar los celos de Wang en Barrio Chino. Esos celos son una mina. Pero tendrá que ser en una segunda parte, si dios quiere. 

Ahora tengo interés por el libro de Agustín Díaz Pacheco. El que acaba de publicar, Cuentos de otoño. Del Centro de Cultura Popular, edición.

 Con Agustín tuve hasta hace no mucho, conversaciones privadas vía satélite. Por el mensseger de fb, sistema que vale para un mensaje pero es incómodo en textos largos. Insistía mucho en un personaje conocido de los dos. A zorro canario no se le escapa una. Quería información. Le di una poca, nada más. Ahora me intriga si en alguno de los cuentos está esa persona, ahora convertida en personaje, en literatura.

La literatura de Agustín está fabricada con plomo líquido. No soy yo el lector idóneo. Por el estilo. Estilo de ríos de plomo subterráneos. Pero los argumentos si me interesan. Vale la pena el esfuerzo.

Hoy Pamela, en su muro en fb, sigue señalando erratas en la novela La habitación de las mariposas. Aparte de que empezó a hablar de ese libro en un momento donde las mariposas empezaron a aparecer, en noticias, en imágenes y reales, por doquier (sí me pusiera podría hacer un cuento que se titulara algo así como De mariposa en mariposa), me hizo recordar una vieja teoría, de corte cabalista, sobre las erratas en un escrito. Como si las erratas contuviesen un mensaje cifrado dirigido al lector. Una vez, no usando las erratas sino otras letra, apliqué el método en uno de los libros de cuentos de Roger Wolfe. El resultado fue la siguiente frase: Dios está helado en el fondo del infierno

Si me acuerdo, mañana (hoy por el día) escucho una conferencia sobre las cartas de la emperatriz Carlota. La noche es una paloma despistada.

miércoles, 6 de enero de 2021

--La muerte juguetea con su presa antes de devorarla. --Schopenhauer.

Parece que está hablando de un gato. 

Me acuerdo del gato Lucas. Como jugó con la rata antes de... Una rata que se había colado por el techo.

El día de Reyes empieza bien, con Kiko Rivera vestido a toda gala de Melchor, imantando a la multitud. Algo debe de tener el hombre cuando lo bendicen.

Y hoy carnaval en EE UU, con muerte incluida. Quien muere protagoniza la escena, a menos que asistamos a una opereta, donde el muerto al hoyo y el vivo al bollo. Cada cual con su bollo. Unos jugando a ser justicieros y otros a ser forajidos. Y las campanas sonando Frere Jacques, frere Jacques, ding dong dang, dorme vous...

Bajo el volcán. Lenta relectura. La exige la novela. Así tuvo que defenderla Lowry, cuando aún era un triste borrador leído por dos lectores demasiado apresurados. No hay nada que sobre ahí dentro, todo está encadenado como las piezas de un reloj. El reloj que da la hora en la casa de los locos. 

--Sí, es un borracho lo que estoy narrando, pero no es sólo la borrachera del Cónsul lo que estoy narrando, es la borrachera del mundo.

Una borrachera dominada por babas oscuras en subterráneos pringosos, sobre los que mueren jardines abandonados o pisoteados. Que la novela ocurra el día de difuntos es una elección meditada. Las manos de Orlac no es sólo una película, un cartel en un cine; es la imposibilidad del Cónsul de asumir el engaño de su hermano con su mujer... pero ¿acaso nunca comprendió ese hombre que el atlético hermano, frente a él, entregado al mezcal y al fracaso...

Hago tiempo para recogerme. Cada vez me llaman más los poemas de Candelaria Villavicencio. Esta mujer está logrando un gran arte. Su oponente es una multitud que se acerca al Melchor de pacotilla, pero la feria es la feria, y sólo los que sepan entrar en la feria sacarán algo en claro. Pero hay una voz que habla, casi como si repitiese las palabras del cuervo en el poema de Poe. Nunca más. 

martes, 5 de enero de 2021

petardos

 Sola ante el peligro

se quedó esa mujer,

el concejal le dio la espalda

y el pueblo también.


Yo a causas políticas no me apunto, a menos que quieran nombrarme presidente de la república, que así y todo me lo pensaría. El día a día es lo único que puedo aportar. Hoy un foguetero en la escalinata, unos cuarenta años, todavía con el candor de los niños, tiró un petardo ruidoso a los pies de la escalinata. El estampido fue serio. Enseguida Ibra se asomó y, sin dirigirse a nadie, mandó que el que tiró la recámara la fuese a tirar a casa su puta madre, es decir, allí no. Cuando se metió pa dentro, el del petardo contó que había fallado el tiro en uno y cayó encima de un tejado...

--A mí me tiran uno al tejado y no paro hasta saber quién fue, y cuando lo tranque --intervino una más o menos muchacha, con coleta y gordita--, eso no se hace, yo llevo quince días con el perro debajo de la cama...

Marcos también interviene. 

La mirada de Juana la de los perros chicos, que vira la cabeza, me hace mirarla yo, mirada con mirada en luna menguante. Juana es una mujer macho, su habla la delata, expresiones como "¡me tienes hasta la polla!".

Es la segunda vez que me mira indagadora. Las dos en las mismas circunstancias. Su hija sentada en un banquito y ella sentada enfrente, en otro. Su hija o su sobrina, no sé, porque hoy la llamó "tía", pero no sé si es un tía parental o un tía coloquial. Me mira, sin previo aviso, volteando la cabeza a una velocidad increíble, indagando si estoy mirando a la hija, o a la sobrina. Ésta con volumen de mujer hecha, pero no muy derecha, tiene un habla casi infantil, artificioso. Y viste como si fueran modelos, en feo, en barato, de Ruiz de la Prada. Un teatro la mujer mayor y la mujer más joven. Inevitable, poner la oreja. Y el ojo, en ráfagas cortas, y la de los perros (que los llevaba a cagar a la calle El Tanque), una rasputina, con antenas telepáticas, sabe que yo atiendo el juego, los gestos y las conversaciones. Pero todavía no me ha cazado. A ver cuando lo haga.

--Pues hay otros el doble de escandaloso --le dice el de los petardos a la del perro debajo de la cama--. Valen... --aquí está la cuestión, ¿quién domina el negocio pirotécnico y cómo se mueve? ¿Cómo es la oferta y la demanda?¿quién vende, quién compra? 

*

Hoy en fb, genio tiene lo que escribe en su muro el escritor (y fotógrafo) Benito Romero:

--Estáte tranquilo, que con lo hijos de puta que hemos sido seguro que en el infierno nos tratan bien. --Anciano de carita adorable a otro anciano.


domingo, 3 de enero de 2021

comienzo de año

 En una de las visitas a Igueste, Isaac de Vega dijo que, que aunque estuviera en una nave espacial perdida en el espacio, sin posibilidad ninguna de que nadie lo leyese, él seguiría escribiendo. Eso quizá signifique que escribir era el alimento de su vida. Cosa contraria a la de un personaje de un cuento de Rubem Fonseca, que decía que escribir era una fatiga, que a nadie le gustaba escribir --escribir en serio-- y mentía quien dijera lo contrario. Media fatiga es volver una vez y otra con lo que ya está escrito y procurar mejorarlo, a veces pensando que el sacrificio vale la pena y otras sintiendo que, en el mejor de los casos, puede quedar bien pero que no será nada nuevo bajo el Sol. Además el fenómeno literario me recuerda el cuento que contó una tarde Ramón Trujillo, profesor de semántica. El de un judío al que le habían puesto una señal en la puerta para ir de noche a matarlo. El judío pintó la misma señal en todas las puertas. La señal perdió valor. Lo mismo pasa con los géneros literarios. La inflación de obras desvaloriza el conjunto, y la parte que vale la pena muchas veces queda sepultada por el entullo. Y más si trabajas lejos de las zonas de influencia. Galdós de haberse quedado en Canarias, no sería hoy el autor reconocido que es. Alonso Quesada también fue a Madrid a buscarse un sitio como poeta, pero entre que el dinero se le acabó y el negocio cultural le asqueó, volvió a la isla y tuvo que alejarse de donde se cortaba el bacalao.

En fin, elucubraciones. La vida hay que observarla y bailarla sin demasiadas elucubraciones. Ir al grano y sencillamente molerlo, como se pueda. 

Juan me informa de que Lanzarote le debe el nombre a Lancelloto Malocelo, navegante genovés del siglo XIV. Por lo suelos ha quedado la idea de que se lo debía al amante de Ginebra, la esposa del rey Arturo. ¿La madame Bovary o la Emma Ozores de la época? En aquella mesa redonda rondaba la bruja Morgana; a madame Bovary el prestamista y a Emma el otro enamorado, el enamorado frustrado y dominado por su madre, el magistral de Vetusta. Ahora, si se impone el poliamor, habrá que cambiar la cuestión del engaño, más poliédrica, quizá más Decamerón, y el drama pase a ópera de polichinelas. Habrá que ver.

Días de fiesta. ¿no sé dónde? La calle es un muermo estos días. Foguetes en nochevieja, que obligaron al perro de Miguelito a esconderse debajo de la cama, y para de contar. Y encima visitas familiares para cumplir con el compromiso. ¿Qué compromiso? Da igual, inventos humanos.

Un amigo de hospital en hospital y una amiga sufriendo putrefacciones. Espero que llegue el Buey.

Tedio, pero por lo menos un tedio más seco, sin la molesta y fría humedad.

Guerrero rima con pendejo. 

Bueno, la agenda de Sita ya salió de imprenta. Una buena noticia. Hubiera preferido hacer textos más pícaros pero cuando no hay tiempo, hay que conformarse con la metafísica. El amorío platónico.