sábado, 30 de abril de 2011

Los blogs me recuerdan los viajes por tierras que he conocido y amado. Cataluña, Asturias, Vascongadas, Navarra, Cadiz, Sevilla, Jerez, Murcia... Las tierras también son la fauna y la flora que las viven, sus hombres y sus mujeres. Ahora, con la lectura de El Escobillón blog, lucernario de crítica y conocimientos de escritores y cineastas, he viajado de nuevo a Asturias, patria querida, lugar de gente noble y mal cristiana, malos como el diablo y entrañables como la fabada y el arroz con leche. A El Escobillón, blog del que soy devoto, a veces entró con el nombrete Bartolo. Mejor sería uno más real: Alpargata, como me llaman Rayko, el hermano de Chani, que así me bautizó, y El Fatigas. A veces he soñado que Rayko y El Fatigas me llaman Alpargata en un momento inoportuno y pierdo ocasión de medrar entre los ciudadanos, los ciudadanos descubren que yo no lo soy, y me destierran como a un vil poeta. De tierra en tierra y de destierro en destierro. Siempre viajando. Ahora viajo a la lengua hebrea. Se acabó la Cábala vulgar, la Cábala práctica, y comienza la emanación de Dios, la Kábala judía, las letras del hebreo, esa localidad que abarca el universo entero. Coincide este estudio con tres acontedcimientos que marcan un giro en la historia, la local, la universal y la divina. La foto de los autores de G 21 en Diario de Avisos, los ecos de los nibelungos en la voz del hermano Roncero, y la muerte de Sábato, como resurrección de su escritura. El asesino de María Iribarne es un gigoló de San Andrés. Mientra un autor en Vistabella urde la defensa de su hermano. Y un Cuervo vuela sobre un bosque quemado. Jesús Manuel Pérez Jerez, tripulante de La Puerta, habla de la periférica no cultura canaria. Le hablaría de siete estrellas verdes, de siete moscas verdes, símbolo único de estas islas, si la noche no me confunde.

viernes, 29 de abril de 2011

matusalem

--¿Qué tenía XX en la bolsa de plástico? --pregunta mi padre mientras almorzamos, papas de Taganana y charitos, sardinitas pequeñas.
--Nada, basuritas --contesto.
No le digo lo que contenía la bolsa (lo suficiente para cometer un crimen y largarse uno al otro lado del mundo) ni que la tengo ahora escondida en el armario del Cuarto Museo.
XX no es el hombre ideal para atracar un banco. Entró por la casa con la bolsa de plástico, se enteró mi padre, se enteró Francisca la de la venta, se enteró Domitila, y más tarde, cuando lo vi en El Castillo, pregunta, delante de todo el mundo, si había ghuardado bien la bolsa. No lo mato porque es mi amigo. Aunque no se me escapa el dicho de que un amigo puede meterte en la cárcel con más facilidad que un enemigo. Guárdeme Dios de XX, y que venga pronto a recoger la bosa de plástico. Ni la he tocado, por si acaso, que no estén mis huellas, supongo que esto es un atenuante, o una atenuante.
Subí a La Laguna. Desde que anuncié mi retirada de cuidador principal del moribundo (cada día más vitalista), la Tribu está la mar de amable y considerada, y no digo cariñosa porque la hipocresía la guardo en otras mundanas historias. Vinieron a sustituirme sin necesidad de que les dijera nada, incluso con una botella de Matusalem 7 años. Ay, mister Cuervo, doctor Herar, tiene usted que venir por aquí, con el amigo J Ramallo, uno de los más grandes escritores de nuestro tiempo (y no me refiero sólo a Canarias) y además, gente amiga. Sigo con mi virtud en elegir a mis amigos. Los mejores, los más auténticos. En fin, como dijo Rubem Fonseca, vamos por partes, no pongamos el carro delante de los bueyes.
Encontré por fin el saloom de grado. No me gusta la Universidad, no me gustan los saloones de la Universidad. Sí me gustaron las universitarias a las que pedí fuego e información. Sonrientes, amables, cariñosas. Sigue valiendo la pena la Universidad. Y me agradó encontrarme con Glady.
--Tienes que recuperar la direcciòn del programa.
Ordenes de una mujer bella, con emanaciones que animan, son mis deseos, sus deseos son mi voluntad. No es fácil. Víctor está mejor de tripulante que de mero jefe, pero ¿cómo lo hago sin herirlo?
Aunque se alargó hora y media larga, la charla estuvo pletórica. Al final sabes que Wagner se la hubiera meneado a Hitler. Lo mejor, para un canalla como un servidor, cuando Wagner, aliado con la mujer de su amigo, le saca los cuartos al rey esquizofrénico de Baviera.
--El amigo de Wagner era un cornudo consentido, cuya palabra en español es "cabrón".--Vaya con el amigo Víctor, difícil quitarle la silla de mando.
Cuando llego a Santa Cruz llama Ramón. Me dice que Ramallo quiere verme. De camino conozco a Santiago Gil. Buena media hora con gente que te da confianza, aunque Anghel un poco distante, mediático es así, y luego San Andrés.
Bar Castillo. Iván el gordo, Iván el flaco, Jose, mi primo David llamándome Jesús (hasta ahora me llamó Chito) por si quería una china...
Y luego Monterrey, con Pedro el carpintero.
--Mira, Carmita, lo más bonito que hay en este mundo es la dulzura, saber entender y saber ver, porque no todo el mundo sabe ver... Los insectos van a las flores más bonitas para caer atropellados... porque no saben... no saben... Carmita, no sé cómo explicarlo.
Matusalem 7 años. Exquisito.

jueves, 28 de abril de 2011

Me deslizo sobre las primeras páginas de Adiós (Patrice Lelorain, Editorial Funambulista, préstamo de Lizundia), para comprobar que el comentario que sobre ese libro hizo mi amigo en su blog, responde a su intelectivo entusiasmo. Postergo la lectura, antes quiero terminar G 21. Comencé a abrirlo por motivos espurios, conocer lo que escriben los isleños nacidos a partir de los sesenta. Pronto olvidé esas razones y la pasión se hizo as de picas. Cuentos que ya no lees con ningún criterio, sino que te invitan a entrar en ellos y olvidarte de ti mismo. Me ha ocurrido con "La edad de Cristo" y "Las seis caras del azar", los más paranoicos y por tanto mis preferidos hasta el momento, pero también con "Vida, pasión y muerte de Felipe Marqués", "El encargo" y "Una superviviente, tal vez eso lo explicara todo". Los otros, menos uno que no pasé de la mitad, me interesaron pero no me atraparon. El samaritano cuya buena acción le desconcha la vida; el cornudo impotente que asesina a su esposa (me vale el argumento pero no el estilo, demasiada grasa narrativa); y el del chico que es recogido en un convento por unos empresarios de circo. (Me queda por leer lo de Javier Hernández, Alexis Ravelo y Anelio Rodriguez Concepción.) Dios mediante, después del Adiós.
Mañana habrá merecida fiesta en la Mutua de la calle El Castillo. Aunque físicamente si puedo subiré a La Laguna, allí estaré, en estado platónico, en la antigua Casa Elder, celebrando a Anghel Morales y sus 12, incluyendo el no leído. Como diría el desaparecido Charlín...

miércoles, 27 de abril de 2011

Atilía sueña su próxima batalla

La anti-antología "Bar de la ignominia".
El título y el primer cuento o relato recogido nace en José Lizundia. Una tarde en el tiempo, un suceso real, adjetivado como wester por un lector, dispara la imaginación de nuestro autor y escribe un relato que recuerda, salvando distancias y estilos, "La posesión", de Isaac de Vega.
Un personaje, armado de razón y de fuerza moral, desemascara un mundo de personajillos que lo rodean, aún sabiéndose en desventaja frente a esa realidad exterior hostil.
Poco más tarde, el azar hace que Alberto Linares escriba otro cuento similar. Un personaje asediado y avasallado, pero que no se deja avasallar sino que planta cara a los trepas e indeseables que lo rodean. El estilo es airado, pero con los pies en la tierra, hablando con la claridad de quien sabe que su palabra es auténtica.
Este es el germen de esa colección de cuentos, donde más que el autor importa la escritura. Aunque, por supuesto, no cualquier autor es digno hacedor de la escritura. Ahí es donde entra el antólogo. Sin consideración al cupo y proporcionalidad sexual. Si ho hay mujeres, no las hay, y punto. Si las hubiera, pase usted, señora.
(Aclaración para los amigos autores).

martes, 26 de abril de 2011

Atilas va a dormir a la jaima

Leo El Escobillón, me atrae y me defrauda. Nada dice de El valle de los bandidos, novela que Anghel Morales acaba de editar, llegada desde Sevilla en el mismo paquete que G 21. ¿Será presentada en San Andrés? Novela de una autora que nada ha dicho en alto hasta el momento. Novela para niños. Novela para viejos. Novela para judíos y gentiles. Novela para payos y gitanos. Novela ejemplar. Nada dice El Escobillón. Como el Cuervo, que no se atreve a entrar en lo más puro y divino, el estudio del hebreo y la Cábala. Él se lo pierde. No se perderá el viernes a su odiado Wagner, mientras Santa Cruz de las Tribulaciones resucitará de su letargo en la ex casa Elder.
Me alegra Eduardo Rojas por el anuncio de la próxima novela de Javier Hernández (sobra el Pedro y el Velázquez), nombre rotundo, Javier Hernández sólo hay uno, y vive en Tacoronte y ejerce de esclavo en Arona, donde ahora se entretienen con poemas a la carta.
Vi a José Rivero (Vivas, quiere él que se le añada a su nombre de guerra) afuera cuando salía con Thor.
Pasó una muchachita linda, con un perrito de blanco satén.
--¿El perrito es comestible? --le pregunté.
--Ni hablar --sonrió.
Y acuando pasó de largo, la vecinita linda, qué cuello de garza, qué aire, qué donaire...
--El perro no sé, pero ella --comentó Pepe.
Me animó a hablar del "bar de la ignominia", antología sin criterios generacionales que dejará chicos a los G 21. Le expliqué. Lo incité a entrar por ese túnel luminoso de "La posesión", nuestro cuento, nuestro cuento canario, mal que le pese a mi maestro Isaac.
Y si no tienes ninguno, lo escribes. Más o menos tres páginas. Por ahora: José María Lizundia Zamalloa, Berto Linares, Marcelino Marichal, J Ramallo, Sergio Barreto, Juan Royo y Anghel Morales, con imágenes del Cuervo.
Hoy Anghel me llamó idiota. Me vengaré. En el Madrid-Manchester animaré al equipo de Mou. Otro nahualt.

Atila cabalga de nuevo

Ciudadanos y pueblerinos, olvidense de darle de comer a la clase política. Vuestro voto el día 22 no valdrá para nada. No en el sentido de que unos y otros harán longaniza con vuestro voto, sino que la hecatombe se acerca. No la nuclear, no un ciclón, no Gadafi armado hasta los dientes, no la invasión de los marcianos (que no existen) sino la caída del dinero, la bancarrota, no el regreso a la luminaria medieval de Alfonso X el sabio, recopilador de las cantigas de mal decir, ni al esclavista imperio romano, sino al estado salvaje, y no precisamente rousoneano, sino voraz y hambriento. .
--Chito, mira, sácame el puré y le echas dos cucharones de caldo, y apaga el tamarindo, y tapa con un saco las papas que trajeron hoy --ordena el Amo, y yo obedezco.
Pienso en Wagner, el misterio Wagner que será resuelto este viernes por la tarde-noche en la Universidad de La Laguna, hoy no tan gloriosa como ayer, cuando el filósofo Muguerza y el semántico Ramón Trujillo, pero igualmente pretenciosa y pagada de sí misma. Oiremos a nuestro Víctor Roncero, con americana de boda y camisa blanca, cada vez más Mero y más Jefe, gracias al apoyo incondicial, el favoritismo y el poder de Antonio Curbelo y Anghel Morales. No le ato una soga al cuello y le aprieto el nudo porque quiero bien a Víctor, no porque esté el hermano delante.
A esa misma hora, en la ex casa Elder, en Santa Cruz, doce santos novelitas y un mesías. Anghel Morales, insustituible, con sus doce apóstoles, libres de envidia pero no de lujuria, y si no, lean G 21. Entre los doce, un judas. Inevitable.
Mi destino es La Laguna. Y luego los poemas de Barreto en el Ateneo. Lamento no conocer a Alexias Ravelo, a menos que suban luego a la cota 600, desde ese Santa Cruz que, cuando llegue la hecatombe, despertará de su estado de narcosis.
Mientras tanto, tenemos que ir a buscar arena al barranco, dice Chani.
--Chito, ¿me sacaste eso?
Coño, el puré y el caldo. (Ganó el Manchester. Final: Madrid-Manchester.)

hoy con G 21 en LA PUERTA

hoy martes a las seis no en punto de la tarde, regreso de Anghel Morales a LA PUERTA (Radio Unión Tenerife) con la antología G 21 Generación 21: nuevos novelistas canarios, un libro valioso entre los que valen pena.

lunes, 25 de abril de 2011

antes de calentar el caldo

Dos hechos ocurrieron hoy que muestran, uno, lo que no conocemos y se puede conocer, y otro, lo desconocido que no podremos conocer hasta que la muerte nos separe de las limitaciones de este mundo.
A las cinco en punto de la tarde entró por la puerta del patio de afuera mi hermana biológica.
--Hola.
--Hola. --Yo regaba las flores, después de apartar el romero, y vigilar la planta del dinero. Conviene siempre tener cerca la planta del dinero. No a costa del honor y el carnaval, eso no.
Le recordé mi condición de reo, ciudadano de segunda clase, sin derecho a sufragio pasivo. Reo del Estado y reo del Pueblo.
--... así podrás disponer de la casa a tu gusto.
--Pero ¿tú ya no cumpliste la pena?
La pena metafísica no la cumpliré nunca, pero la pena con esos alienados de la judicatura espero cumplirla en mayo, y que a ningún ballestero se le ocurra, por Dios bendito, matar a la avecilla que canta al albor.
Llamé a Chani, poeta y maestro albañil, pa ir al barrio de La Salud.
--Me tengo que bañar.
--Pos báñate y luego paso a buscarte.
Así fue. El Amo se dejó caer con dos de los medianos (billetes). Detalle que agradezco.
--Si Anghelito no compró las papas, no le digas nada, que ahora tenemos el patio pequeño lleno de papas... Coge la rueda de la carretilla que está en La Salud y llévala a inflar, y luego la sujetas con una verga, porque tu primo David seguro que quiso llevársela...
Paso por la calle La Cruz. Iván me saluda:
--¡Chito! --Curioso, es la primera vez que Iván me llama Chito.
Rayko aparece en un coche nuevo y comunica la compra de una lavadora nueva.

--Chito, caliéntame ya eso.

(en fin, aún me falta por contar las dos maravillas y cómo Chani se enfadó --más que Lizundia cuando hablo de las gracias del Pueblo y las entelequias del Ciudadano (la contesta de lizundia hoy a Toledo demuestra una vez más que mi amigo es nuestro nahualt de Tijuana)-- cuando me puse a hablar mal de San Andrés, adiós pueblo querido, restos del medievo.)

Continuará, Dios mediante.

domingo, 24 de abril de 2011

PUEBLO? Aparta de mí ese machete mellado.

Ruega mi ciudadano amigo y vecino que no le responda como ciudadano abstracto que soy, sino como EL PUEBLO. En primer lugar, replico como animal, no como ciudadano, y paso del Derecho, y lamento que el Derecho no pase de mí, que estoy cambado. Pos vale, olvido a los ciudadanos que desde que llegué a la isla no han hecho sino pasarme sus beneficios de herencia por la narices, sin perder oportunidad ni inoportunidad. Olvido las asediantes cartas negras de los ciudadanos de Hacienda. Olvido a los contribuyentes y votantes becerros en que se han convertido los ciudadanos y paso al PUEBLO. No sé si se refiere al PUEBLO adicto a los partidos de fútbol, que me hacen imaginar subir el televisor a la azotea y lanzarlo sobre la María Magdalena que congrega al Pueblo llano y al otro. No sé si será el Pueblo Tribu que se apropia del dinero del testador ciudadano y se paga vacaciones lejos de aquí, y el tonto del Pueblo sometido al sacrificio del hijo de Abraham made in Canary Islands. No sé. Me importa un pimiento la ciudadanía y el Pueblo. Que les den. Y mejor dicho, que dejen de darme. Mi paciencia es limitada. Y del pueblo G 21 tampoco puedo hablar. Con los dichosos partidos, ni media línea se puede leer con provecho. Vivan las cucarachas. Viva el medievo, aunque sea el español, árabes y bereberes incluidos. En ello estoy, con permiso del Pueblo Ciudadano, qué le vamos a hacer. Si una piedra se te mete en el zapato, elucubras sobre la dichosa piedra. Qué manía. En lugar de pensar en la metafísica cuántica. En fin.

sábado, 23 de abril de 2011

G 21

Al margen de "wagneriano tamiz del pueblo" "Yo soy el mago de la copa de espada" y otras flatulencias de ignorante que infla el globo no siempre soplando por la boca (¿qué sé yo de Wagner, ni de tamices, ni de magos?), aquí el no votante sigue construyendo, a veces empezando por el tejado, a veces embebido en el personaje que va delante de la procesión y otras desinhibido con el que va detrás. Unos quieren peras, otros naranjas y otros tienen el gusto para todos los gustos.
*
Aparqué la lectura de El futuro de la democracia, de Norberto Bobbio, y abrí G 21,una antología significativa, que no pasa desapercibida, sino que marca una época y un territorio. Dos intereses, saber el martes de lo que se va a hablar en La Puerta, si de eso se habla,y seguir conociendo, aunque en pocos cm, a los más jóvenes narradores canarios, de los que sólo --entre los que recoge la antología-- sé de Javier Hernández y Alexis Ravelo. Por lo pronto he leído cinco cuentos o relatos. Y por lo pronto me quedo, enteramente, en todos los sentidos --incluido el del gusto--, con "Vida, pasión y muerte de Felipe Marqués", de José Luis Correa, y "El encargo", de Santiago Gil. (Una crítica detallada de este libro: en el blog El Escobillón, enlazado al Bosque Quemado).

*
Fastidiosas corrientes de aire, son criminales.

viernes, 22 de abril de 2011

Adiós, 3

Ayer pequeña bronca con el Amo.
--Vale que me tengas por un hijo de segunda fila, pero que pretendas que sea un hijo tonto me cuesta asimilarlo.
Toda la tarde y noche, hasta que se durmió, no me dijo ni mu. Quizá no le gustó que le contara un sueño en que La Tribu (en la realidad, de semana de vacaciones lejos de aquí), con él a la cabeza, me echaba a empujones de esta casa.
"Tu vives aquí", ha sido el rezado de Mirella, mi hermana biológica, cada vez que le pedí un poco más de colaboración. Ahora empiezo a percibir que quien controla el dinero debe controlar también el sacrificio de donde ese dinero procede, y uno no favorecer el menester de los asediantes. Una vez más lo más evidente, lo que todo el mundo controla a simple vista, yo tardo en comprenderlo. No, no soy un hijo tonto. Soy un tonto a secas. Por eso me enfado cuando me tratan como a un tonto. Me dan donde más me duele. Por eso me molestó que nuestro Víctor dijese el otro día que su posición en Tijuana se la debía a Curbelo y a Anghel. Que se la deba a quien quiera, tiene razón nuestro nahualt. Nadie debe nada a nadie.
--Chito, cuando Marcelino vaya a La Gomera, vas con él, que tu hermana se queda aquí --cortó el Amo hoy por la mañana el hielo del silencio.

Hoy me acordé de Víctor dos veces. Su método radiofónico me recordó el antiguo oficio de maestro, en concreto uno que también se llamaba don Víctor, que nos iba sacando a la pizarra uno detrás de otro. Ramón, coge la tiza. Hermano, contesta a mi pregunta. Jesús, bueno, qué remedio, ahora te toca a ti. Don Víctor era profesor de matemáticas. Yo a veces me defendía bien en la pizarra, porque me daba clases por otro lado la señorita Mercedes...
También recordé a nuestro Mero Jefe más tarde viendo la película Ben Hur, con Nerón tocando la lira y Víctor, en correspondencia, leyendo alguno de esos textos que lee, no por supuesto ridículo como los versos de Nerón en la peli, sino al contrario, de una elevación sublime, a una altura a la que me es imposible llegar así como así. Nerón, en la peli, quería ser celestial o demoniaco, pero nunca vulgar. Ver más allá de La Puerta que no se atreve a pasar la plebe mediana y aburrida.

He pasado al Cuarto Museo --la habitación donde murió mi madre y donde yo dormía mientras mi padre estaba batallador mundano-- el ordenador grande. Ya traté con mi sobrina el modo de resolver la patria potestad de ese ordenador. Se quejó de Orlando. En el arreglo que le hizo al aparato nuestro poeta, eliminó su cuenta celular, la cuenta de mi sobrina, única miembro de la tribu con quien me entiendo medianamente bien. (Toco madera.) Allí, en ese ordenador, la novelita del gigoló, que hubiese estado ahora trabajando en lugar de esta entrada, si mi padre, dormido, no me reclamase moralmente cierta cercanía (aquella habitación queda demasiado lejos).

Este viernes santo, El Día, de devota religión colonial, no editó el periódico. Pedro, el barman del Castillo, me pidió si podía ir al kiosco de la avenida a comprar el Diario de Avisos... "o La Opinión". Compré La Opinión. El de avisos ya lo había hojeado en el Monterrey. Leí el artículo de Jerez. No me acuerdo de qué iba. Este diario dejó de interesarme desde que borraron la firma de José María Lizundia Zamalloa. En La Opinión, en primera página, el suceso de la copa del Rey. A Pedro no le agradó que le preguntara por ese episodio. Se limitó a confirmar, con un gesto levísimo, la información de la hoja impresa.
En el Castillo, Chani de amanecida. Habia conocido por la noche a una chica del pueblo, que trabaja en Hacienda, que lo dejó prendado.
--Le dije que tenía un blog, La Flor y la Mierda... así que a partir de hoy durante cuatro días tienes que poner poemas míos... Ínvitame a una cerveza.
--Eso te iba yo a decir, que me invitaras a un quinto.
--Si hubieras venido más temprano, no sabes lo que me encontré en el suelo...
--Una pluma --dijo Pedro.
--Tú ahora sólo pon en el blog mis poemas, durante quince días...

Por la tarde, ya despierto, me invitó a un café en su casa. La procesión, con cincos imágenes, unas con ruedas y otras a hombros, rodeaba la cruz de la calle. Luego, Orlando me vio pasar desde su ventana de anacoreta y me invitó a subir. Un poco más limpio su piso.
--No salgo sino a comprar el vino y los cigarros, y haciendo un efuerzo. La comida me la trae una amiga...
Y Fernin regresa de vacío desde La Gomera. El primer día, accidente con su berlina Peugeot azul marino.

En el patio G 21. He leído dos cuentos y medio y la introducción, impecables estas páginas iniciales, al margen de que uno figure en ellas. Uno de los cuentos me átrapó una tercera parte. Otro su totalidad. Y la mitad del que queda, por puro masoquismo sigo pasando páginas. Seguiremos leyendo. Seguiremos informando. Adiós.

jueves, 21 de abril de 2011

adiós, 2

Por la mañana, Pedro, barman de Bar Castillo, plétórico, sonrisa feliz, camiseta del Real Madrid. El hombre se merecía una alegría. Como el equipo blanco gane la semifinal, el buen Pedro, que baja todas las madrugadas desde Añaza a San Andrés, levitará sobre la barra de mármol. Sólo por ver esa maravilla (y por el novio de mi hija Sibi) deseo que de nuevo gane el Madrid, del judío Mou y el guanche CR. Del partido de ayer me quedó un detalle: el ninguneo de la cámara de tv a Pinto (Valdés hubiese parado el cabezazo de CR, a centro magistral del argentino Di María), borrándolo incluso en las repeticiones. La corrección política pasada por el forro. Eso está bien. Aparte de la risa de un locutor cuando Pinto, mal colocado, no pudo evitar el cabezazo del guanche. Hoy no se hablaba de otra cosa, y se recordaba al Bola, el mítico jugador del San Andrés...

El bar de Manolo, en la plaza, es ahora el templo del verbo hecho carne en Cajonera city. ha suplantado al Castillo. Música wagneriana de la lengua hablada, pero pasada por el tamiz del pueblo, ajena a la ciudadanía, a ese invento artificial, esa entelequia que nuestro nahualt llama el "ciudadano", ese balón vacío de la alquimia de la historia. Regreso al medievo, donde el relativismo era la contundencia de la demostración empírica, y no ese descafeinado posmodernismo que se lleva ya el viento de la Historia. Viento, poética de Zapatero y Chacón, pero también del admirable José Carlos Cataño.

G 21. Doce animales novelistas escribiendo cuentos. Si entre los jamelgos, hay cinco caballos de carrera, la antología valió la pena. Ya llegarán las yeguas. No se apuren. Aquí las mujeres de poder se dedican a los conjuros y las maldiciones, no a oficios de costureras como el de la escritura. Pero lo dicho, contabilizo cinco cuentos por los que merece la pena el libro. Por supuesto, falta J Ramallo, pero eso ocurre en toda antología que se precie. El más sólido de su generación, se queda aparcado. No así en la editorial de Anghel, donde esperamos con deseos de bebedor de ron la aparición de su primera novela.

Buena mañana con Anghel en el pueblo. Doña Berta recibe con desconsuelo, por lo pequeñito, su libro "El valle de los bandidos".
--Ay, con todo lo que yo escribí y mira en qué quedó el libro.
--El buen perfume se guarda en frasco pequeño --le digo, recordando el elogio a la mujer pequeña del arcipreste de Hita, mujer pequeña como doña Berta, con una novelita ejemplar, artesanal y artística, como debe ser.

Y ahora, disculpen mis seguidoras amadas. Toca trabajar, en serio. Ah, ya los primeros pasos de la despedida a Cajonera City. Supongo cada luna, cada movimiento de rama de un laurel, cada trino de pájaro antes de amanecer, cada titular del periódico por la mañana, cada cuento de Quico el último pescador, como la subida de Moisés al monte Sinaí. Adiós.

miércoles, 20 de abril de 2011

Adiós

Supongo que cerrar "San Andrés city" o mejor dicho, Cajonera City, no es epopeya sencilla, aún me queda por librar, si por fin me destinan aquí, un mes y algo de trabajo benéfico. A partir del 13 de mayo, que cae un viernes, este ex magnate de La Puerta debe una cita al imperio de la ley. A veces los nombres de las calles tienen un contenido mayor que el de simple referencia o localización en un callejero. Un nombre que cambia una escena y da lugar a otra distinta, merece especial atención. En este caso Ganivet. Calle Ganivet, donde Servicios Sociales ha mudado sus ordenadores desde la antigua cárcel de S/C, al parecer ya medio derruída.Allí debo estar ese dia 13-
En fin, comienza el Adiós, entre lírico, drámatico y épico a la patria de la infancia. Supongo que la travesía del desierto no será una canción de los 40 principales. ¿Miedo? Sí, miedo. Adiós también es el título de un libro que mi amigo y contendiente José María Lizundia me prestará el próximo martes en Tijuana, si hay suerte y salud y a la tercera va la vencida. Ese día entraremos de nuevo en sintonía con nuestra millonaria audiencia. Con G 21. Juicio a una antología .

martes, 19 de abril de 2011

variedades

--Sí, estuvo muy bien el programa, pero no lo oí desde el principio, ¿de quién era el texto que leyeron? --dix Chani.
--Yo estoy aquí de jefe gracias a Curbelo y a Anghel --dijo tres horas antes nuestro mero jefe.
--hideputa, estás donde estás gracias a mí --le digo, pero ya sé cómo es la política. Arte de cuervos.
Atlantic city. Llama Javier al móvil. Todos contentos, yo también.
Dentro de poco estaré en una asociación proisraelí, supongo que de barrendero y estudioso de la Cábala. Lo agradezco, que cuenten conmigo. La independencia de Canarias no tendrá auge espiritual, polìtico y ecónomico si no nos aliamos con Israel, un pueblo que no finge, que no hace teatro infame. Sabe lo que se tiene entre manos. Viva Israel.
No tanto la germanía, pero también. Abiertas son las azafatas germanas. Cuando llamó Javier, que salí afuera del hotel, a la calle, se me acercó una, germana germana, y me preguntó si prefería seguir culturizándome o subir a la habitación donde estaba alojada.
Eso ni se pregunta.
Sin embargo, pregunté si tenía jacuzzi la habitación.
--No seas tan exigente, yo soy el mejor jacuzzi --dijo la alemana.
--Tú eres mejor en el blog que en las novelas --dijo Lizundia, cuando volví al bar del hotel. Mi tocayo firmaba una dedicatoria a nuestro Jefe. A mí no me firmó ninguna. Para él soy el barrendero de Tijuana, Cantinflas en el puticlub. Mejor. El poder está en la sombra. Yo soy el poder, el guardián entre los mundos. La sota de oros de La Salud, el caballero de bastos del Sexo, la reina de copas de la Suerte y el rey de espadas de la Sabiduría. Yo, el único que descifra las entrelíneas del porvenir.
Dos horas más tarde le digo a la germana aviadora que me tengo que ir. Luego, otra historia en San Andrés. Con Quico el último pescador y Chani el lector de Octavio Paz. ¿La contaré en la próxima entrega?, no sé.
Mis novelas son ecuaciones en tercer grado. No son de hoy, sino de mañana. Soy el ùnico escritor en esta tierra de batatas. La verdad, no me sirve de mucho. Ni Víctor, germanófilo, lo aprecia. Qué dolor, qué pena.
(Viejo, acuérdate, además de Adiós, de quien esté en servicio sociales de San Andrés) (Hoy me llamaron de Servicios sociales, para que cumpla lo que me resta de la condena). Es el Diablo.
Todo está en las manos de Dios. Eso es lo único que sé.

HOY NAVEGAMOS DE NUEVO

La Puerta (Radio Unión Tenerife), hoy seis de la tarde, más o menos. Envueltos en el agradable hechizo del poder vacío, el aquellarre de la inteligencia, el magma de la pasión... De nuevo con mi tocayo Jesús Pérez Triana, nuestro nahualt José María Lizundia, nuestro mero jefe Victor Hernández Roncero... ausencia hoy de Ramón. Buen programa.

domingo, 17 de abril de 2011

milongas nocturnas

Mientras el demiurgo Garzón rueda por las preocupaciones no sahariana de Lizundia, no podía dormir, no por Lizundia, que según XXX es un facista que me tiene embrujado como en juego de rol. Sí, embrujado, sobre todo con el prólogo a obra del cuervo (no Ramón sino la novela hoy en las piadosas manos de Anghel, que en esta semana santa, donde el cielo se cubre de sombras y el mar se aprieta y se encrespa, dijo la iba a maquetar, esta semana tan señalada).
Parece como si volviera el medievo. Esa época de esplendor frente a las oscuridades posteriores. De esta tesis parte mi visión de la Edad Media. La guerra y el amor, la vida y la muerte, Dios y el Diablo, el trovador y el juglar, la juglaría y la clerecía, la virgen y la dama... Socialmente una época de empuje, de expansión, de miras hacia lo lejano, de gremios, de ausencia del yo, la seguridad, la sabiduría y la fuerza de la especie humana. El mundo debió haberse quedado allí. Donde los poetas auténticos hubieran callado a Federico Niche, al Trasturaza (lease Tras-tu-raza)cuando habla:
--"¡Ay, qué cansado estoy de todo lo que es insuficiente y que a toda costa quiere ser acontecimiento! ¡Ay, qué cansado estoy de los poetas! Estoy hastiado de los poetas, de los antiguos y de los modernos. No han pensado con suficiente profundidad, por eso no ha descendido su sentimiento hasta la raiz".
--Sí, unos batatas los poetas --le digo--, como tú y como yo.
--"En verdad, su espíritu es el pavo real más vanidoso entre todos los pavos reales. El espíritu del poeta quiere espectadores. --Que se lo diga a Orlando, pienso--. He visto a los penitentes del espíritu: han nacido entre los poetas" --así habló Zaratustra.

(Pensé esta cita de Nietzche en "El fondo de los charcos", novela por venir, de Javier Hernández, y se me estremecieron los huesos. Ni el Diablo hubiera pensado tal escarnio. El poeta de esa novela es Domingo López Torres.)

Dejé a Zaratustra de lado con su perorata, me levanté de la cama,me vestí, le dije al espíritu de mi madre que mi padre no se despertara en dos horas y fui al barrio de La Maldad, vi nuevos delitos, y volví a San Andrés. Cuatro de la madrugada. El cajero del Banco, ese demiurgo, tuvo piedad. Paré en La Ducal (gasolinera de Valleseco) a tomar un café. Prendí La Opinión de Tenerife, sobre la barra. Suplemento cultural del periódico asturiano La Nueva España. Mejor. Leer a José Luis García Martín es delicioso como una habitación de hotel con jacuzzi. Y además esta vez habla de cosa que uno también reflexiona. Los blogs. Cada día con más auge de lectores frente al libro, ese icono del que han abusado no pocos poetas pavos reales y editores de pan-pa-hoy y hambre pa mañana.
--Este homre --dice Martín, de uno de los autores con su blog convertido en libro-- se inventa un progre de caricatura para poder refutarle y burlarse a gusto. No, amigo, un progre no se entristece en una boda y se alegra en un divorcio: se alegra de que cuando un matrimonio no funciona, exista la posibilidad de divorciarse.

Qué bonito lo ve mi antiguo amigo asturiano, qué profundidad... En fin, en ese suplemento me entero también de que un artista llamado Bill Viola está exponiendo ("Liber insularum") en el Museo de Bella Artes de S/C.

Otro artículo habla de A la caza de la mujer. Mondadori. James Elrroy. El autor cuenta la novela, no tanto lo que piensa sobre ella. Se le agradece. Su sentir emana de los hechos. Deja ganas de leer la novela. (Creo recordar que El Escobillón-blog la puso como deshecho, traición del autor, venta al morbo fácil... si no recuerdo mal.)Pero primero Adiós, si hay suerte y llega el martes.

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viernes, 15 de abril de 2011

arte fascista, mujeres y animales de compañía

--Tus amigos fascistas te tienen embrujado --me dijo el hombre, mi amigo envidiado, por su juventud, éxito y mecánica monedada. Un artista como él sabe que la palabra "fascista" se ha vuelto comodín del verbo, ya no tiene el poder significativo de antaño, cuando Musolini enchironó a los más altos mafiosos y camorristas y, como cuenta Pérez Triana, los norteamericanos liberaron a los mafiosos como prisioneros de guerra y gracias a ellos tenemos nosotros Alcapone. "Facista" (o facha). como decía Nuestro Amado Líder, es lo contrario de "progre". El niñato progre llama fascita a quien no le baila el agua. Supongo que el fascista hará lo mismo. El que no se meta en rituales esotéricos es un puto progre de mierda. El pueblo y el populacho es inminentemente fascista, le agrada los gremios medievales, las brujas del medievo en el aquelarre y los romances de amor y muerte. Escritores del pueblo. Anónimos hasta que llegaron los señores y dijeron esto lo hago mío: Juan de Mena, Arcipreste de Hita, Guillermo de Aquitania... , autores con más peso que Celine, Bukosvki y Javier Hernández, nuestro novelista negro con procedimiento policial e ícono perdido; ayer en La identidad fragmentada (hoy en casa de Chani)la icono perdida era la Virgen de Candelaria, hoy con el manto lleno de hormigas sobre la arena. Y mañana, el perdido icono en la obra de Javier será el Señor de las Tribulaciones, el que está en una iglesia de Santa Cruz, creo que la de la antigua calle de San José. "El sueño de Goslar", apunte ese nombre germano, como germano será el rey de La Laguna el próximo viernes 29: Wagner, dirigido por nuestro Víctor Roncero, a las 18.30 en La Universidad. Y luego la G-21 en el Ateneo de La Laguna. Auguramos noche brillante en Cota 600.

Ayer con Marcelino hablamos de mujeres. Enamorados crueles. Y recordé una cita del libro de Federico Niche, el Zaratustra, que me prestó Chani para que leyera en la radio: No leí nada porque la cita marcada se me había perdido: decía que el guerrero sólo se mueve por el peligro y el juego, y que ama a las mujeres porque son el juguete más peligroso, hasta la más modosita lo deja siempre con un sabor amargo. Como trabajo ahora una basurita sobre gigolós, todo lo que se diga sobre las mujeres es poco. Ataques y defensas medievales abundan como tantos torneos de palacio, hasta que un judío reunió todo el magma y escribió una cosa que se llamó La Celestina, obra que yo sepa nunca representada en su totalidad, siempre martirizada y mutilada, esa puta vieja.

En la misma página, Zara Tustra añadía que el hombre debe dedicarse a la guerra, y la mujer a ser reposo del guerrero, todo lo demás es Locura. Puede que la figura del Gigoló sea solar, aúna en única zona guerra y reposo. Hoy me lo decía Pepe, el autor de La Magua, el éxito hoy sólo lo tienen los gigolós y los homosexuales. Pepe lo decía en itialiano, en el italiano de Dante y Caruso. Y sea verdad o no, la cita es preciosa para abrir esa obrita, si la termino ya de una santa vez y la encomiendo a mi agente. Que la haga circular por el hormigueo de lectores que se comen mi obra.

Hoy desencanto, leyendo la columna de Andrés Chávez en El Día. Gandy, a quien yo tenía en un rincón de mi altar de ídolos, fue un bujarrón vulgar. Como para darle la razón al antiguo amigo italiano de José Rivero Vivas. Yo un ron y él un té con limón en el Monterrey, la mar serena y la luna llenando. Sirvió Carmita.

jueves, 14 de abril de 2011

la gomera

--Marcelino dice que si quieres ir mañana a La Gomera...
--Sí,hombre... si hubiera estado yo bueno, hubiera ido y le hubiera ayudado allí... Caliéntame un puré y ponme un poco de caldo, y tráeme dos pimientas de las chicas.

Asoma el Thor. ¿Qué querrá? ¿comer 0 salir? Que le den. Al perro y al viejo.

gadafi

Lo que sé de Oriente Medio lo debo a Tijuana, territorio donde incluyo a Anghel Morales y ahora a Jesús Manuel Pérez Triana, con una mirada menos parcial sobre ese tablero, donde al conocimiento de fichas (blancas y negras) se añade la visión de conjunto: por dónde van los tiros, los movimientos civiles y las estrategias militares.
Si ya Tijuana depertó deseos de amplitud a mi devoción mundana por los universos de La Cábala y Las Mil y Una Noche, la incorporación de Jesús Manuel fue como esa agua fresca que despierta del todo a la curiosidad. No aspiro a la longitud métrica de Lizundia, a la profundidad de Anghel o al volumen de Pérez Triana, pero mi interés está ahí, y aquí.
Hacia Gadafi me contagió la simpatía (in illo témpore, segundo lustro de los setenta)el amigo PJC, el independentista orador. Si mi amigo lo elogiaba, entonces el personaje era digno de elogio. Sin más reflexión. Incluso lo incluí como héroe en la fallida novela Telarañas (la intervención del entonces director editorial y mis juveniles deseos de publicar una novela, hizo que en lugar de un concreto Gadafi obre hoy en esa telarañas un genérico Rey de Africa. Un tiempo atrás, acuciado espiritualmente por Anghel, me convertí en negro de mí mismo y re-trabajé esa novela. Llegué hasta el final del segundo capítulo y desistí. El marasmo venció sobre mi capacidad artesana).
Desde entonces, Gadafi pasó al telón de fondo en el cuadro de preocupaciones cognitivas. Hasta hoy.

Blog NACIÓN CANARIA publica una carta que el libio escribió como despedida por si lo matasen o muriese (es la segunda carta de esta naturaleza que leo en este mes de abril). Dice que está dispuesto a morir. Honra a quien no ha pestañeado en disparar. Dice también que casi todo se lo ha dado a su pueblo, y que él se ha reservado para sí sólo un poco. No explicita longitud, profundidad ni volumen de ese poco.
(Menos interés es ver cómo ayer se reunía con Zapatero (aunque la foto merece un poema). Regla de la política es que presidente de un Estado dé la mano a presidente de otro Estado, y al día de mañana esas manos sean puños. Eso no sorprende a nadie.
Otra cosa que llama la atención, es que Gadafi nombre como oponente protagonista a Obama, y no al francés Sarkozy.

¿Que dirá la ¿futura presidente? Carme Chacón, ministra de Defensa de España?

miércoles, 13 de abril de 2011

fotos

Hace algunos días el blog NACIÓN CANARIA, de Anghel Morales, publicaba una foto de Mariano Rajoy en un atunero de un narcotraficante, según la noticia. La publicación de esa foto en un periódico gallego ocasionó la inmediata liquidación de su director. Que sepamos, la imagen no ha trascendido aún en los medios más poderosos contrarios al PP. ¿Temen que el populacho, incluido los respetables ciudadanos, vote en masa imaginando lo que por lo pronto no llegará: atún barato y coca gratis para el pueblo? La legalización o no penalización de la droga, se dice que derrumbaría muchos imperios económicos y que muchos policías se queden sin funciones laborales. Por otra parte, la sospecha de un pacto de silencio entre las distintas formaciones políticas no es descartable. ¿Aparecerían, de lo contrario, colecciones de fotos semejantes con distintos protagonistas en un primer plano? Sea como sea, lamento no haberle hecho caso a un astrólogo que hace ya treinta años dedujo, viendo mi carta astral, que mis facultades para la política eran mucho más avanzadas que para la escritura. En ese tiempo, las opciones políticas en las que podía creer eran guerras perdidas de antemano, caballos flacos. Hoy ya no confío ni en los perdedores; es más, desconfío el doble. Y hoy, además, ya es demasiado tarde para desarrollar esas presuntas virtudes. Sé que el mejor político es quien usa pero no cree, no tiene ninguna fe, en el partido. No sé. Dicen que nunca es tarde. Debe de ser mi ubérrimo deseo de subir a un barco, y por lo que veo, esperar por el barco de mi amigo Marcelino es como esperar a las griegas en Atlantic City. Nuestra agente secreta ha averiguado que, informadas de nuestro martirio de los martes, han cambiado de hotel. Ahora comprendo las ordenes de la camarera de escondernos en el cuarto de la tele. Y contridiciéndome de todo lo anterior, es de suponer que la guerra de fotos --imágenes más que palabras-- decidirá abrir sus arsenales cuando se aproxime el día de las elecciones, donde el ciudadano elegirá a quienes vivirán de la sopa boba, y de salir --o no salir-- en las fotos los próximos cuatro años de ese circo llamado Democracia. (Me refiero a esa cosa que aún llaman España.)

martes, 12 de abril de 2011

Dile que en el alejarme
tiene mi triste servicio
y pues verla no es posible
es alejarme el oficio
que me ha dado su maldad

ya no tengo libertad
si no me abre su prisión,
ni fuerza que me libere
de la cadena de amor,
ni en la miel tengo dulzor
y me fatiga el vivir

y me siento ya vencido
porque no puedo morir
en la que fui mal herido
por su locura y veneno
y me dejó tan oscuro

que ver la luz ya no quiero.
en las tinieblas procuro
no lamentar cómo muero.

Es este un poemita que encontré por casualidad, y que podría estar en Llorad las damas. Cuando, acuciados por el éxito de ventas, la editorial haga otra edición, lo incluiré, y este que escribí hoy: Vaya por dios, no lo encuentro. Ya lo encontraré, si no se perdió. El Gobierno francés denigra a Celine, me entero por el Zoo de Ramallo. Gloria al Gobierno francés. Celine sigue siendo nuestro. Como Quevedo. ¿Antisemitismo? Que le den por saco a los Gobiernos. Hoy Israel pletórico en La Puerta. Jesús Manuel, el Lobo, un joven con autoridad, alguien con quien vale la pena oír. Y luego San Andrés.
--Sí, tiene el pulpo bueno, el pulpo que te gusta a ti... No, yo no, mi niña, porque yo estoy trabajando.
--Algo ahí, porque cuando yo fui allí, ya estaban puestos.
--Una cosa pero que buena, buenísima. Eso fue el sábado.
--Te lo estoy dieciendo. Estaban a gusto. Yo le vi un palique a Manolo que ríete... ¿Cuando bajaste pal bañ0?
--Tú el sábado no estabas allí.
--En el momento que yo estaba hablando, no estabas aquí.

Bueno, servilletas pa rato. Buen programa hoy. Y Atlantic cIty a PUNTO DE AZAFATAS GRIEGAS. Ahul.

palabras nada más

La vez, la tez, la sed, la fe, la mies... y los listillos de turno, con la matraquilla de "la jueza". (No se sabe cómo aún no se les ha ocurrido "bedela" como femenino de "bedel" o "sastra", "bármana", "albañila", "artistesa"...) Mejor la Huesa, o sea, mujer degolladora. Ahora desaparecida: una juez de la audiencia provincial de Tenerife. A añadir en Informe para cumplir una condena, novela china donde el reo maltratador genérico seduce a la juez que lo sentencia. No sé aún cómo. No tengo aún la solución. ----- Del título de la que está ahora en manos de Anghel Morales (que me acusa de trabajar para Rajoy) me dio la solución Juan Royo. Gracias, amigo, y recordarte que leí a un médico de digestivo que loaba las virtudes curativas del ayuno. Yo sigo apostando por el barro. Si tuviera ocasión viajaría al Sahel a darme baños de barro africano y --no sé si con Rajoy al lado-- ver parir a los aviones que aterrizan preñados de cocaína colombiana (información de El Lobo). ----- Por lo pronto, procurar no perder el pie en la cuerda tensa, porque debajo no hay red. Otro ortografismo insoportable es el "ex" unido al sustantivo que adjetiva. En fin, lo que no mata engorda y el gozo está en el pozo, dicen. ---- Y esta tarde, recordatorio: El mencionado Lobo con nosotros, ¿los que trabajamos para Rajoy?, en La Puerta, internet, 95.3... Una bomba, anuncia el nahualt.

lunes, 11 de abril de 2011

Martes La Puerta: Lobo

Este martes en La Puerta, Lobo Estepario, sólo para locos. Nos estaba haciendo falta. Lo demás Moloch, Moloch, "he visto a los más grandes espíritus de mi generación / destruídos por la locura / histéricos, desnudos / buscando el pico imperioso en las calles de los negros". ¿sUbIRÁ nuestro hermano Víctor al puente de mando, wagneriano, aunque tarde llegue su hermano? Ojalá, y este martes con un Lobo Estepario.

domingo, 10 de abril de 2011

En verdad os digo que al poeta no sólo azufre sino lapidación sin piedad. Es insufrible este novio poeta que tengo aquí en el pueblo. Sin embargo, al parecer me dejó el ordenador grande bastante bien, tan bien que no quiero que lo toque más. No le vaya a salir la vena celosa y en lugar de acariciarlo con su técnica, lo maltrate sin género de dudas. Mi novio poeta es capaz de todo. Aunque todo le sale mal. Su tiempo de laurel ya se quebró. Se rompió el arbolito y ahora duerme en el suelo. Todos estamos jodidos pero dejamos vivir, no nos creemos ni el portero que las para todas ni el delantero que no falla una. De su ser poeta sólo me interesaría como semillero, una imagen afortunada aquí, un adjetivo apropiado allá, si la voz anónima no fuese ya total y completo semillero, jardín, bosque. jungla. urbe cosmopolita y orbe desengañadamente humano. No me interesa el ciudadano, me interesa el poblador anónimo. El ciudadano es individualismo, importancia personal, quejumbre anímica, yoísmo repetitivo y manufacturado. El lastre del pueblo es que está lleno de ciudadanos. De mis amigos me interesa y atrae lo que tienen de poblador anónimo, no de ciudadano. El ciudadano me repele. Prefiero Jerusalem a Tel Aviv. Si tengo que tratar con hombres. Con la mujer es diferente, la del pueblo me parece fea y poco interesante, lo que tiene de pueblo me da de lado; de una mujer me encabrita lo que tiene de ciudadana. Y si es ciudadana completa, mejor. El pueblerino y la ciudadana, esa es la pareja ideal. La ciudadana aporta los artificios de París, London, Los Angéles, y el pueblerino... el pueblerino no sé qué aporta, supongo que lo telúrico, lo masificado, lo no es individuo sino parte de la tierra, el agua, el fuego, el metal y la madera. La maldición del pueblerino --lo podemos llamar "el poblador", que suena mejor-- es convertirse en ciudadano. Como le ocurre a mi novio el poeta. El poblador en los malos momentos cava la tierra, forja el metal, encauza el agua, enciende el fuego o construye su balsa. Mi novio el poeta necesita agarrarse a mí, y quien se agarra a algo o a alguien, se desgasta y lo desgasta, como decía don Juan yaqui, contraviniendo lo paradoja de Hegel sobre el señor y el sirviente (¿me equivoco, maese Lizundia?). El sirviente no tiene nada que hacer porque el ciudadano lo desgasta y lo contagia con el vicio de tener a alguien al lado, porque la soledad es demasiado inmensa, pavorosa, sólo territorio de los pobladores anónimos, no de los ciudadanos. A veces temo que el ciudadano mi novio el poeta me esté haciendo la cuenta la pata. Comienzo a sospechar que me colocó un virus retardado en el ordenador. Una bomba de relojería. Temo que un día destos todo el trabajo se vaya al garete. El poeta es capaz de todo. Azufre a lo poetas. La cucaracha se hace otra vez visible. La zalema vuela sobre el pueblo, curando las pulmonías mentales. Sí, hay que conocer al bagañete pintor palmero. Señora de la noche, la llamó Luis Feria. Papisa de la noche. Eso es lo que es. La hermosa y divina cucaracha. La Palma nos llama. El espíritu del Aldea. En fin, todo es un decir. Todo es como es y no como uno piensa que es. Tal vez la poesía del poeta sea excelente y uno la perciba como emanaciones irrespirables de una vanidad grasienta, sin ayunos. Mejor me acerco a su narratividad. Es tendenciosa, plana, sentimentaloide, pero por lo menos está expresada en una lengua que suena natural, sin imposturas de ciudadano. Y a veces, incluso, tiene hallazgos que te levantan de la silla. Muy pocas. Lo poco que tiene de pueblo esos relatos del poeta. A veces mi tentación es meterme a fondo, como él quiere. Me siento mejor, más saludable, trabajando la obra ajena que la propia. Sólo me interesa lo que es ajeno. Lo propio es una carga, como mi novio el poeta. Por eso me limito a lo imprescindible, lo que no es fiesta ni viajes ni bailes, sino meramente lo artesanal. Y tiene razón el poblador Lizundia. No vale la pena. .

Miga

--Migo, ...
--Miga --digo, y me arrepiento inmediatamente.
Cuando la hoja se enhiesta y el pepino se pone verde, la aristocacia del verbo da por saco y la lengua lo que busca es la vulgaridad de contemplar la luna reflejada en la negritud de la nocturna mar y ver saltar el pez hacia dentro del trasmallo, así que nada de miga, nada de chocho cuando no tiene caviar. Esta bien compartir gofio y ron. Pero nada de miga, lo que quiero es corteza.
No hay nada como ser sincero para soltar las amarras de la tiranía. Como con el poeta. Azufre para los poetas.

sábado, 9 de abril de 2011

hombre misterioso

O-1 pero noche memorable con Ramón y Chani en San Andrés. Ramón conoció a Carlos Baute, personaje del "Hombre del agujero", barullo que quedó en compás de espera cuando el antropólogo entró en el Monterrey con un paquete misterioso. En fin, carlos Baute es prota de esa novelita a medio hacer. Y por lo demás, que Ramón cuente esta noche. Ël sabrá hacerlo mejor que yo. (Ah, viejo Cuervo, el poemita de Liz está en el comentario a la entrada "Cena japonesa"). Nos vemos el martes en Tijuana.

viernes, 8 de abril de 2011

apuntes de lector de blogs

El Escobillón blog lleva ahora a su personaje Paulino Rivero a un lugar estrafalario que no interesa, por inverosimil, por imposición del autor sobre el alimento que pide la obra. Su obra pide carne y el autor le da granulado. Alla él. Es muy dueño. En cambio me apasiona cada día más el blog de Lizundia, con imágenes. Curioso caso el de esas páginas en pantalla: la imagen ilumina al texto, le da lo que le falta. Ayuda a leer entre líneas. Lizundia es un autor que en la superficie ya atrae, en ese empeño artesanal que él quiere decir que desdeña, pero que en sus manos queda convertido en arte, es decir, en reflejo del espacio, del tiempo y de la vida. Sin embargo, cuando lo leemos entre líneas, cuando vemos más allá de lo superficial, su obra se engrandece de una manera soberbia, y es curioso, la imagen ilumina las entrelíneas.

El Cuervo, enigmático, sigue volando por estos cielos artificiales. El próximo martes, embrujo en Tijuana. Licores sensuales en las palabras del poeta.

Enantes, cuando venía parriba, en uno de esos paseos Casa-Monterrey/Castillo-Casa, me encontré con Pepe. Disgustado porque Idea no hace por sacar sus nuevos libros, frescos, no reediciones. Le hablo del mercado. ¿Hablaremos de eso en Tijuana? ¿Del Mercado? La verdad es que nuestro Kafka de San Andrés lo tiene crudo en este mercado, y hasta el mismísimo Kafka.
Pero aquí estamos, y somos quienes somos, y bla bla bla. Eso, acuérdate Ramón de la miel prometida.

hablando con Roxana

Literatura inmediata. Esta del blog. Te la quitas de encima de los hombros y la pones a circular. Ultimamente visito con frecuencia (aparte de los abonados) el de Cataño. La fuerza del paisaje, rústico y urbano, con pinceladas compartidas. El paisaje como extensión del propio cuerpo. Muy bueno Cataño. Uno de esos seres al que uno pone las cholas, con el orgullo de tocar los pies de quienes hacen obras como quien pone callaos a una calle, literatura de tiempos idos pero cuya atmósfera aún nos llega y respiramos bien. Eso también me pasó con la intruducción de Anghel a su antología Generación 21. Si los cuentos del libro tienen del escrito de Anghel la contundencia, la autoridad y la humildad de quien sabe lo que se trae entre manos, estamos ante un libro que marca una historia de la literatura (canari), un hito. Temo que sí. Conozco a algunos autores, uno amigo aunque algo distante últimamente --de él tengo todavía Rakdee con dos es, del turco alemán Jakob Arjouni-- y el otro es Alexis Ravelo, un autor que me encanta.
--¿Sabes con quien hablo mucho?... Con Pacheco... que está como tú, cuidando a la madre... ¿que tal es?
--Aquí es un autor de respeto.
--Si, vale, pero a ti qué te parece.
No sé bien cómo pintar mi parecer sobre la obra de Agustín Enrique.
--¿Espeso? --propone Roxana Popelka, mi agridulce amiga, desde el otro lado del teléfono, desde Madrid. Sí, creo que acertó. Hay escrituras que son agua (estancada o corriente) y otras que son aceite, y ya se sabe, el aceite y el agua...
--¿Qué tal Marcelino? --pregunta. Le informo de que ha publicado un libro de cuentos maravillosos. Y que pronto conoceremos unos poemas suyos que van a acabar con la poesía de quiero y no puedo que abunda hoy en Canari. Roxana, siempre propensa a enamorarse de los genios, se deleita imaginándose viajando por Y fumar puede matar. No le hablo de Ramallo, ni Lizundia, ni Anghel... se presentaría una tarde en Atlantic city vestida de novia como en la portada de lunula del año dos mil y poco. De quien sí hablamos fue de Alberto Amez. De pronto recuerdo que también estaba en el sueño de la iglesia obispal. Había allí una exposición de cuadros como las que organizó Tini Areces, cuando era alcalde, dos veces en la FMC (Fundación Municipal de Cultura). Los artistas grandilocuentes de la ciudad no quisieron intervenir en esa exposición, abierta al pueblo. La verdad es que el pueblo cuando se pone a pintar es decepcionante, salvo excepciones. En este caso, Alberto Amez y yo. Yo con un cuadro cabalístico con un burro que señalaba las cuatro zonas principales del hombre: la inteligenia, el sentimiento, la fuerza creativa y sexual y la salud económica. Las llamaba El jardín, el Infierno, La Casa y no sé qué. El cuadro se lo cambié a Amez, que en lugar de corresponder con otro de similar valía, lo hizo con una minucia.
Sólo después de hablar con Roxana recordé que su figura de novia en aquella portada sustituyó a otra que había hecho su Alberto Amez. No me arrepiento del cambio.
En fin, en esa iglesia recorríamos la senda de cuadros, yo buscando el mío, que no aparecía por ninguna parte, y Alberto señálándome tres suyos, esplendidos, y me entró una envidia. No sé si esto fue antes de la misa o después.

otro sueño

Sueño que estoy en la primera juventud, con los hermanos Bencomo en la primera fila de la iglesia, entre ellos, mascando chicle mientras el obispo hace una misa solemne, y uno de los hermanos me preguntó qué chicle estaba mascando y no se lo quise decir, y entonces se chivó al obispo, y el obispo me preguntó lo mismo, y no se lo quise decir, y me ordenó que me fuera a un asiento de atrás, y yo me fui a un asiento de atrás, filas de sillas vacías, con la ilusión de seguir con el chicle a mis anchas, sin perturbaciones de tocapelotas civilizados y democrátas de misa que quieren saberlo todo. "No, no, ahí no se siente", dijo el obispo, y me ordenó sentarme junto a una señora con niño en brazos para que los cuidara, a ella y el niño. Cuidador de señora y niñero. Bonito papel. Obedecí como una persona responsable y bien educada. Lo primero que hice fue calzarle las cholas en los pies a la pobre mujer, porque estaba descalza. La cosa fue que quien parecía gente desvalida y necesitada, resultó ser un demonio divertido. El niño ningún problema, porque era de plástico y lo dejó en la silla cuando terminó la misa, y luego recorrimos, en visita turística, las distintas piezas de arte que enriquecían la iglesia. Un simple mecanimo convertía objetos inocuos, con armonías renacentistas, en obscenidades medievales, sin corsés ilustrados, la naturaleza en estado impuro. Y más tarde entramos en una cámara que... señor mío jesucristo, qué cámara, qué diablo de mujer... Amanecí fresco como una rosa, y fui al carrito de Ana ahí fuera en la plazoleta. Compré un pan... y un chicle. A ver qué pasa.

jueves, 7 de abril de 2011

cena japonesa

Ayer grata y exquisita cena con Juan Royo, en el japonés cerca de la alameda en S/C. No tenía boli a mano y no pude tomar apuntes de los distintos platos ni de los momentos más interesantes de la conversación con Juan. De todas maneras no hubiera podido, la servilleta era de tela. Juan quiso enseñarme a manejar los palillos. Le dije que desistiera. Puedo aprehender lo complicado en un segundo, pero lo sencillo me cuesta un cursillo de nueve meses. Ya me lo decía una antigua compañera de dormitorio: "Tú ves lo que no ve nadie pero no ves lo que ve todo el mundo". Sin embargo, me sentí orgulloso cuando el camarero elogió mi modo de adobar el pescado crudo con el picante. "Ningún cliente lo ha hecho como usted, que es como lo hacen en Japón". Y además, me defendí con los palillos. Eso me recordó mis ascendencia oriental. Hasta ayer creía que era china. Pero pude comprobar que la estética japonesa me templa con más hondura los nervios, aparte de mi ya devoción al pescado crudo. Recordé Samurai. Tal vez lo retome y vuelva a intentar una segunda edición. Muchos caminos abiertos. Envidio a Juan, con perfecto control sobre una novela ("en mi estilo", dijo) y un libro de cuentos. Ojalá tenga suerte y su obra sea valorada en... En cuanto a los cuentos, uno suyo, con su peculiar sobriedad incisiva, puede que sea buen contraste y colofón en la hipotética colección "El bar de la ignominia". De vuelta a San Andrés, se me pasó preguntarle como es "Cuervo de papel" en alemán. Tal vez en alemán fucione mejor ese título. Y aparte de todo esto, mi apoyo incondicial, racional y sanguíneo a Anghel en su polémica con los castrados literatos de sentimientos... (no pongo la palabra vulgar que aquí corresponde).
Por lo demás, por lo demás no sé muy bien ahora qué.

miércoles, 6 de abril de 2011

En toda aventura hay momentos bajos, sombríos, sin aire, sin un disparo, y hay que aceptarlos como parte del delirio de la batalla, preludio de la música de los tambores. Lo único que me cuesta digerir de nuestro Capitán es que sea incapaz de subir al puente de mando si no ha llegado su hermano. En fin, todos tenemos temores escénicos, eso es normal, lo que no es normal es dejar que nos hunda en el no movimiento.
El Cuervo recriminó que no defendiera a la estrella muerta recién. Liz Taylor. Vi una película en tiernos tiempos de juventud donde un Burton que hacía de cura perdía el alma por esa mujer mientras ella posaba desnuda para un Bronson que hacía el papel de escultor en madera. La escultura en madera me cautivó. De ahí nació en parte el poema cabalístico, que no cabal, que fabriqué hace unos dìas. Sin embargo, al luego verla en la foto que salió el otro día en un periódico, me pareció una mujer de caucho, y se me desapareció el embrujo. Eso aparte de que el poeta, como dicen allá arriba, es un fingidor, es decir, un mentiroso. Lo otro es creer que Hamlet, por poner un ejemplo, era una proyección de Shakespeare, y no un paradigma humano. Dichosa palabra. La escuhe de nuevo cuatro veces en Atlantic City. Cuando entramos, la camarera me dijo que podíamos pasar a un salón con sillones, donde había un televisor. Como soporto todos los días el delirio televisivo de mi padre, estoy comenzando a odiar la televisión. Sin embargo, hoy vi de nuevo "Grupo salvaje".
Después de que el técnico informático se marchase, con la amenaza de volver a cien cosas más. Quiso que le prestara este portátil, pa conectarse a internet. Como se verá, no se lo presté. Que ingratitud.
El próximo martes saldremos de la línea de sombra, estoy seguro.
--Chito, horita empieza el partido...

lunes, 4 de abril de 2011

cenizas de mi fama ayer, y hoy programa

Ayer discusión con mi padre por la mañana.
--Haz lo que quieras pero no me pidas que te aplauda, y si ahora Thor es tuyo, mejor, así llamo a la perrera con más tranquilidad.
--Còmo es eso... --ladra el perro--. Vale que no quieras sustituir al que hasta ahora me compraba la carne, pero como llames a la perrera te denuncio por malos tratos.
Lo que me faltaba. Ayer perra y hoy perro. Protégelos la ley y ellos se aprovechan.
--Vale, can listo, pero la carne que te la siga comprando tu ex dueño...
Más tarde estoy fregando los platos que aún no se han roto cuando suena el móvil. Es Orlando. Me requiere con máxima urgencia.Ddejó en el fregadero media vajilla enjabonada y la otra media por enjabonar.
Cuando llego a la casa del poeta, observo que ha dado un paso adelante en su suicidio anunciado. Cuatro cortes en las muñecas, con la sangre coagulada. No hay peligro de que se desangre. La bañera llena de agua caliente y los somniferos preparados para lo que él llama muerte feliz o muerte digna, no recuerdo bien. No sé si meterme en la bañera y darme un baño, llamar a la ambulancia o ir a la casa de mi padre y traer la lima de hierro y amolarle el cuchillo, de mango amarillo. Finalmente, opto por llamar a su médico de cabecera, un cubano que trabaja aquí en San Andrés por las tardes. Orlando me da un disco con sus relatos inéditos y un poemario también inédito, con el ruego de que se lo lleve a Pilar Pomares cuando él ya no esté aquí en este valle de lágrimas.
--Los relatos corrígelos como tú quieras, pero los poemas, sólo las erratas.
--Y la nota de despedida --en tinta azul sobre la mesa-- ¿te corrigo las comas o también el estilo?
"Otra vez metido en la senda de la podredumbre", comienza el escrito.
--Puedes empezarla: "De nuevo haciendo el pollaboba...".
--¿Por qué me tratas como si yo fuese un plomo?
Tiene razón. Creo que en adelante debo corregirme y tratarlo como si fuese un corcho.
Llegan médico y enfermera. Etc. Etc.
Por la tarde acude nuestro primer oyente, el oyente decano, nuestro marino aguerrido Marcelino Marichal. Mi hermana ha llegado y habla por teléfono de no sé quién que se portó como un barriobajero mientras el ponedor de títulos y un servidor salimos hacia el Monterrey.
--¿Tú sabes dónde está Chani? --me pregunta la abuela del gato cuando pasamos junto a su ventana.
En la esquina de abajo nos encontramos con Pepe. José Rivero admira a Marcelino. No sé qué le digo a Pepe que Marcelino se pasa los cuatro rones en la barra del Monterrey recriminándome que estoy haciendo cenizas de su fama.
--¡Cenizas de mi fama! ¡Buen título!
--Otro título que te doy...
En eso llega Orlando, que no se ha querido quedar en la Residencia, mostrando con orgullo los estigmas, y luego llama mi hermana por si Marcel puede llevarla a Santa cruz.
Se hace de noche, la mar adquiere un color negro brillante. Flotamos sobre tierra.
Y hoy programa. A las seis de la tarde en Radio Unión Tenerife, si flota la puntualidad en las cenizas del aire.

domingo, 3 de abril de 2011

el planto de Zapatero

ya me voy, hijos de madre,
a mi León natal
o al valle de las Batuecas
en monasterio a rezar.

Ya me voy, Bibiana;
ya me voy, Pajín.
Ojalá Rubalcaba
os azote el majín.

Ya me voy, Chacón,
de la lid militar,
tú quedas con mando en plaza,
y ¿a mí que me van a dar?

Ya me voy, Rajoy.
Cuando te pelen las barbas
te acordarás de mí,
que me fui
con dolor de mi alma...

Hagan leños, listillos,
de este arbusto caído.
Sé de más grandes castillos...
Todo tiempo es relativo.

noticiex

--Chito, caliéntame leche para echarle al potage --dijo. Yo tuve la idea de administrar el dinero del Amo y transcribir las historias de su vida. El Amo decidió que el andrógino fuese el administrador de sus riquezas. Me quedaba a mí recoger las historias, como un viajero inglés recorriendo la vida de un hombre. Pero un mal día llovió veneno sobre el aire de la Casa y las historias enmudecieron. Como un forzado en galeras, me quedaba trabajar los océanos de palabras reunidas en el ordenador grande, y en el portátil pequeño, y desperramadas por cuadernos de variados colores y tamaños. Debo agradecer al poeta Orlando, cada día más demacrado, el arreglo de la computadora; no tanto el desaguisado visual que me hizo en este portátil. Aquí trabajaba Horizontal plus. Dejé en barbecho esa obrita y pasé a la computadora, que hace una semana quité del cuarto de arriba y puse primero en el cuarto donde murió el Ama, donde yo dormía hasta que el Amo cayó, y ahora la mudé al comedor sobre el pozo.... Ese día lo encontré tendido, al Amo, sobre el suelo del pasillo, a la salida del baño. En la computadora elegí Diario de un gigoló. Incorporé a esta obrita los personajes chinos de Informe, y creo que la hice ganar en oscuridad. En fin, a raiz de una de esas clases (de las que nombra Lizundia en su prólogo) con Pilar Pomares, el gigoló escribe El túnel (¿que se lo vendió después a Sábato? Vale, puede ser). Me reconcilio con ese diario del gigoló. Tiene tinieblas densas, a pesar del lenguaje vulgar, que, creo, ahí funciona como lenguaje técnico. --Los entrenadores han de ganar perras como el carajo --reflexiona. La tribu contraataca. Era de esperar. Gadafi no se baja del burro. La coalición da palos de ciego. Zapatero dice que se va. Que se vaya. Ese día habrá que hacer una fiesta, sin distinción de sexo, raza ni partido político.

viernes, 1 de abril de 2011

Ayer por la tarde vi a Enrique Jimenez en el supermercado Gema, el que abre los domingos y con pasillos que en miniatura recuerdan el orden de las esferas celestes (no las de Garzón, sino las auténticas), el super por encima del antiguo cine (¡nunca su pérdida suficientemente cantada, porque "se canta lo que se pierde / con un papagayo verde / que lo diga en tu balcón"). En el super de las bolsas trasparentes (donde ocurren esas historias maravillosas que nos cuenta el Cuervo y ahora también, para añadir cm de gozo a los lectores, nuestro hermano Lizundia, nuestro nahualt amigo) hablamos, junto a la caja, de Pilar Pomares y nuestro Anghel Morales. Luna y Sol en el orbe editorial. Enrique es un hombre que me cae bastante bien. No me gusta que me toquen la cara ni para saludarme, pero así y todo me alegré de verlo y hablar un rato. Creo --aunque últimamente suelo equivocarme en lo que creo-- que Enrique Jímenez releva con solidez a Isaac de Vega como escritor de Igueste de San Andrés. Y es bueno tener un amigo en Igueste. --Hoy me acordé de ti... estaba hojeando uno de los libros de tu colección. (Cuando regresé a la isla Mosca Verde, después de los viajes por el mundo exterior, un escaparate de la librería del Cabildo (en la avenida General Mola) lo poblaba la colección de libros de Idea "Escala en Tenerife". Buen ejército, bien armado; tentadora colección dirigida por Juan Enrique Jiménez Fuentes. Canté si yo fuera rico y me encogí de hombros. Mas tarde, cuando lo visité en la sede de Idea le ofrecí El negro, Samurai, la entonces inédita Agosta escribe y un ejemplar único del Marlou Diésel. Él, enternecido por mi elogio a su colección, me regaló buena parte de ella. Curiosamente tres ejemplares que andaban autoprestado fueron devueltos desde San Borondón y ahora están de nuevo en San Andrés. Abro a Olivia Stone, que viajó por las islas durante seis meses a lo largo de 1883. El planeta Tenrife. Dichoso encuentro con la dama inglesa, cuando la Tenerife era un planeta, y no una mosca verde y canalla. (Estupendo trabajo de Orlando en el ordenador grande. Buen ron me regaló mi padre. Ven a verlo, amigo.

nostalgias

El prólogo de JM Lizundia a la novelita que espera como un mendigo a la puerta de la iglesia la merced de verse agraciada con vestido de libro hecho y derecho (y no es la única), me hizo recordar con nostalgia mi época de literato artesanal, trabajando de negro para capullos que querían prosperar en el paño artístico, siquiátrico o literario, o, mas decentemente, haciendo trabajos a petición del editor, en este caso Silverio Cañada. De esos tiempos nació Samurai, una novelita montada sobre los cuentos tradicionales de Japón. Y también nació la traducción (así figura en la portada) de El viento entre los sauces, trabajada en noches de inviernos en máquinas gigantescas, prehistoria de la infomática, de un estrecho taller de Fotocomposición. Pero como soy torpe y camino al revés, seguí empeñado en la escritura surgida de los propios huesos y la sangre del ruido del mundo. Deploro a ese autor. Algún día lograré quitármelo de encima. Mientras tanto, sigo trabajando, en una tierra enemiga, poblada de ladrones sin categoría y lúgubres sentimientos. Frutos secos.