domingo, 10 de abril de 2011

Miga

--Migo, ...
--Miga --digo, y me arrepiento inmediatamente.
Cuando la hoja se enhiesta y el pepino se pone verde, la aristocacia del verbo da por saco y la lengua lo que busca es la vulgaridad de contemplar la luna reflejada en la negritud de la nocturna mar y ver saltar el pez hacia dentro del trasmallo, así que nada de miga, nada de chocho cuando no tiene caviar. Esta bien compartir gofio y ron. Pero nada de miga, lo que quiero es corteza.
No hay nada como ser sincero para soltar las amarras de la tiranía. Como con el poeta. Azufre para los poetas.

No hay comentarios: