martes, 29 de agosto de 2023

Elvira

 ¿Qué hago yo aquí

bajando la acera?

¿A dónde voy?

¿Quién me espera?

Digo mentiras,

verdad no llega,

ni desvestida

sale del pozo

la mal perdida.

No con la seda

de bailarina

sale del pozo

la bien querida.

Todo es harapo,

todo es mentira

*

Hoy el artículo del amigo de Juan en El Día, con una claridad estilística espectacular y sorpresiva, habla de la Conquista. Está en la línea de Maestro, el fiel discípulo de Gustavo Bueno, que defiende que la conquista inglesa fue depredadora y en cambio la española fue generadora. Sobre este asunto oí ayer a César Vidal. Habló de la maldad de la Iglesia católica en la conquista de América (de la de Canarias, preludio de aquella, no habla nadie). Para estos protestantes, estos luteranos, el mal, la negra de leyenda, es la Iglesia católica. Habla de la Inquisición católica pero ni mú dice de la protestante, aunque famosa es por el enfrentamiento dialéctico entre Calvino y Servet, que concluyó con la condena a muerte al catalán. 

El amigo de Juan nombra a María Elvira Roca Barea. También Maestro la muestra como autoridad en la historia de la Conquista. A ver si la busco por aquí y la conozco un poco mejor. A quién conocí fue a doña Elvira. Mi maestra en preparatoria escolar. Pero esto es otra historia. 

lunes, 28 de agosto de 2023

muros

 Acude al amor cortés

si tu luna está menguante,

los trovadores andantes

saben el arte de hacer

lo que quiere una mujer

sin entrar en el secreto.

Abrir la puerta es un reto

si no se usa la llave,

solo la abre el que sabe

no salir y estar dentro.

*

El beso del siglo. Dos besos tiene la literatura española del siglo XIX: El qué daría por un beso, de Bécquer, y el beso del monaguillo baboso a Ana Ozores en el último capítulo de La Regenta. 

En la última tertulia de La Paz no hubo besos. Incluso Juan se equivocó cuando le dio la razón a la mujer que me criticó por la mediana defensa que hice de Lluvia horizontal. Ni aún estando yo salido como un mono, me atrae Belén a ese nivel. Me atraía como amigo, sin connotaciones sexuales, aunque últimamente nos hemos quitado puntos en el carnet de la amistad. Ella a mí y yo a ella. Ni me molestó que pusiera en el mismo saco el beso de Rubiales (ella de opinión en la cuerda de Sumar) con que yo le dijese que abreviase. Lo puso en su fb, llamándome Leo (en su novela yo soy Leonardo). Le contesté pero más por llamar estúpido a Antonio el Cenizo, el agricultor que le tiró la piedra al helicóptero que cogía agua de su tanque durante el reciente incendio en Tenerife. Por lo que veo, Belén cuenta las historias que le conciernen pero eliminando los detalles que la "rebajan" o perjudican su fama de escritora. 

Juan no aceptó la invitación a una segunda caña. Estuvo más bien distante. De decir que me había ganado las perlas --por las anotaciones que hice en su borrador-- pasó, en la tertulia, a decir que esas anotaciones no le habían servido de nada. En fin. Razón tiene Maestro cuando opina que la forma más barata en un pago es el dinero. Eso de las invitaciones me recuerda cuando otro colega --amigo poco y ya nada-- me invitaba a comer por el trabajo que le estaba haciendo. Una mierda. 

Las adulaciones de amigos al que ayudas se acaban cuando ya no puedes ayudarlo, porque es uno el que necesita ayuda. Entonces hacen mutis por el foro y adiós muy buena. En fin, yo tampoco puedo tirar piedras.

Ya perdí la inocencia. Tendré que acostumbrarme al desengaño. Más me vale.

La economía no muy bien, pero de esto soy yo el único responsable. 

Y se acabó por hoy. Me voy a acostar. Tal vez soñar.  

viernes, 18 de agosto de 2023

coplas macarrónicas

 Qué voy a hacer

si Márcel no contesta,

ya no oyo su voz

de clara experiencia,

ya no encomia

mi alta poesía,

mi encomiable prosa

ni mi soberbia

sabiduría,

que usa la ciencia

y la retórica.


Ya no escribo

de las artes dóricas

ni pido al tinglado

que ponga ganado

como es debido.


Y de mujer no digo

nombre ninguno

de las alejadas

de mis rebuznos,

ay que infortunio,

Con mandinga tiesa

y no tengo presa

para guarecerla

ni en el plenilunio.


Ahora estoy mudo

porque me tienen

en goro metido,

comiendo crudo

lo mismo de siempre,

siempre lo mismo.


Ramón no contesta,

no suena la orquesta

ya no viene raudo

a buscar un cuadro

en rojizo carro

a la calle estrecha.

Los vendo caros

o los regalo,

ese es mi premio,

y cada día 

soy más tacaño;

si no gano algo

lo escondo y lo guardo.

Comprar con dinero

es lo más barato.


Forma de gilipollez

es amar sin estrategia,

conduce a la comedia,

reír ahora, llorar después.


Me dejaron ellas

con quince euros,

la de los calderos

y la soltera.

Mala cocinera

la que manda platos

por esta red,

acto ingrato

de esa mujer.


La otra no sabe

arte de cocina,

no me trae fabes

ni golosinas.



Que les vaya bien

aunque nos las pruebe,

que tengan delicias

y nunca se quejen.





jueves, 17 de agosto de 2023

retales

 --Hoy en día ya no se puede maltratar a las mujeres, ni a los animales ni a nada, y aquel, el de la barbita, ¿ya se fue de la política?... La cosa ahora es el fuego que nos tiene amargados pero lo demás está bien...

Nicolás el vecino y su palique existencial. Lo peor es cuando se me pone a discutir sobre el riego de la planta, pero aprovecho para que la coja de fuera y me la suba arriba, a la azotea. Ya está floriando. Septiembre está cerca. 

*

--Puedes publicar de nuestra conversación lo que te salga de los cojones.

Por fin una amistad que no me dice esto no lo publiques. Y ¿qué me dijo en la conversación?:

--Se casó con el rico del pueblo, que era ladrón y maricón, y hoy está inflada de dinero...

y

--La mitad del conejo de la novia vale mil veces más que todos sus huevos...

En fin, literatura oral memorable la de mi amigo ... Me recuerda a la de la ex mujer del que hace un mes me dijo que no lo saludara porque yo era un maltratador. No maltrató él a su mujer (según ella) ni poco, y no se acuerda de la cuerada que le dio en la rambla a una novia de entonces ni del gato que quemó vivo en el patio de su casa de entonces. En fin, la sartén diciéndole al caldero...

*

Ubaldo Suárez en su blog, Polillas al Amanecer, escribe sobre Salón de  África, de Ignacio Gaspar. Acertado en algunas cosas y desacertado en otras, a mi entender. No comprende las comas antinormativas en algunos cuentos de Ignacio Gaspar. No entiende que esas comas son un rasgo relevante, con un valor rítmico que las dota de un significado fuerte, como los puntos suspensivos en la obra de Celine. Un corrector de estilo tiene que comprender el alma de un texto porque si no, lo estropea. Yo me acuso. Estropeé en su día, por ortodoxia gramatical (me pagaban por eso), uno de los libros que publicó Gómez Fouz, ex boxeador que fue campeón de Europa, en la editorial Júcar. Esas comas le dan relieve al cuento, en el caso de Ignacio, de la misma manera que las distorsiones de significantes en los escritos del amigo de Juan Royo. En su blog. En sus artículos del periódico es más recatado; sospecho que el hermano le corrige los textos.

*

La noche avanza. Tengo que conseguir trabajo negro o hacer castidad, y no me refiero a lo sexual. En fin, tengo trabajo no renumerante en el cuarto de arriba. Arriba, arriba; arriba iremos. 

martes, 8 de agosto de 2023

las perlas

 Viaje con señales a la cala de las ostras. Juan me avisó a la una y cinco que ya estaba en la plaza de Ibrahim. En un reloj de agujas la una y cinco forma el dibujo de una V. No totalmente helvética porque una de las agujas, ya tú sabes, es más corta que la otra. Esta señal no sé interpretarla por el momento. 

La segunda señal nos la dio un descuido de Juan, que no sé cómo metió el coche en la estación de autobuses en la ciudad de la cota 800, como la llama su amigo el escritor hegeliano que hoy han ascendido en El Día. Lo sacaron del pelotón de columnistas y lo pusieron destacado en la importante página 5. (Observo que el día de hoy está marcado por el V; en el tarot El Papa, la otra cara de El Diablo, arcano XV.)

La tercera señal fue el descenso a la gruta donde dejamos el rodante. Delante de nosotros descendió en automóvil rojo una diosa griega. Juan la confundió con una guiri. No le dije nada, a la diosa, porque en la penumbra de la gruta no supe si era Atenea, Afrodita o Hera. Juan, que aturdido aparcando solo se fijó en la guiri y no reconoció a una de las diosas que vio en Grecia, tampoco le dijo nada. 

Por otro boquete de la gruta ascendimos a la superficie de la ciudad y fuimos a la cala de las ostras. Buceamos. Sacamos tres cada uno. Ninguna guardaba una perla. Ni negra ni blanca. Pedí llevarme las conchas. Me llevé el nácar de las conchas. Juan se sorprendió. Lo nunca visto. Me dice que quiere comprar la novela de Belén. Me veo otra vez de intermediario. de intermediario, y sin perla. Ni de la vendedora ni de la compradora. Esta vez el comprador es Juan. Le digo el precio del ejemplar. 15 euros. Mi madre, El Diablo. 

La ostras míticas y místicas pero el mantecado, en el postre, no pegó. Sabroso pero apagó la energía de la perla negra. Me acuerdo que pasamos por delante de una herrería y me acordé del dios herrero, el dios cojo y feo que vio Juan en Eleusis. O el dios a él y no lo dejó ver esa vez el ojo de la gruta donde aparecía Atenea, a la que quiso violar el dios cojo... El libro de Juan me trabó. Ahora pienso en griego.

Siesta pesada por culpa del mantecado. Me recupero y viene Nicolás, Le presto una pala y una plana. Me enseña un chiste en el móvil a raíz de una noticia que dice que el gasto farmacéutico en potenciar la virilidad es no sé cuánto más que el que dedican al alzheimer. La conclusión es que en el futuro los viejos estarán calientes pero no se acordarán para qué sirve eso.  Nicolás cambia de tema. --Lo del hotel pago me tiene alucinando. --Estuvo en un hotel del Sur con comidas variopintas, bebida libre, y se estremece cada vez que recuerda sus días en el hotel.

--Me encanta cuando te pones a pintar a oscuras --me dice, irónico. 

No entiende que esté pintando solo con la poca luz de la bombilla del techo. Aún hay sol en la calle. Cae la tarde.  

Suena el móvil. 

--La voz de un cuerpo amado --dice el dios cojo... ¡¿cómo se llamaba, Juan!? Lo tengo en la punta de la lengua y creo que se me está entrando en mí. Que soy él. La antípoda de Apolo. A lo mejor me caso con Afrodita. aunque... bueno, ESO está en tu viaje. 



El éxito, la escritura y la ley

 El escritor no necesita libertad económica. Todo lo que necesita es un lápiz y un poco de papel. Que yo sepa nunca se ha escrito nada bueno como consecuencia de aceptar dinero regalado. El buen escritor nunca recurre a una fundación. Está demasiado ocupado escribiendo algo. Si no es bueno de veras, se engaña diciendo que carece de tiempo o que no tiene libertad económica. El buen arte puede ser producido por ladrones, contrabandistas de licores o cuatreros. La gente teme descubrir exactamente cuántas penurias y pobrezas es capaz de soportar. Y a todos les cuesta descubrir cuán duro pueden ser. Nada puede destruir al buen escritor. Lo único que puede alterar al buen escritor es la muerte. Los que son buenos no se preocupan en tener éxito o hacerse ricos. 

Veo esa cita atribuida a William Faulkner en un muro de fb. Hay que ponerla en cuarentena. No siempre es verdad que el buen escritor no busque el éxito, pero consuela a los que no lo han tenido el discurso de Faulkner. Cervantes anhelaba el éxito, Galdós movió hilos para tenerlo. Casos hay. Y también los que tuvieron celebridad en vida casi sin proponérselo. Juan Rulfo pagó una primera edición de Pedro Páramo y, si no recuerdo mal, tuvo que regalar los ejemplares porque no vendió ni uno. El éxito le vino después sin él proponérselo, Caso similar, aunque con variantes, fue el de Proust. Gide, en su papel de editor, se negó a publicarle la primera entrega de su magna obra. Proust, que tenía bastante dinero, hizo una autoedición y el éxito fue inmediato. Gide se echó atrás y aceptó la edición de lo que sería La busca del tiempo perdido. 

Escritores que no hayan atendido el mundanal ruido y hayan elegido la senda por donde los sabios... apuesto a que hay pocos. Otra cosa es vender tu talento al mercader y ofrecerle lo que él te pide. Difícilmente creará obra auténtica, sino que se quedará en lo que Jesús G. Maestro llama kif, es decir, literatura de imitación, pseudo literatura. Curioso, en relación con la cita de Faulkner, la idea que tiene Maestro de que el escritor, el buen escritor, y el delincuente están en el mismo bando: no hay libertad si no se traspasan los límites de la ley. El delincuente y el buen escritor se limpian el culo con los papeles de la Ley. Exagerado aforismo pero bien cierto en muchos casos.

Sobre esto de la ley hay una estrofa en el Martín Fierro que la canta el moreno:

La ley es tela de araña, y en mi ignorancia lo explico, / no la tema el hombre rico, no la tema el que mande, / pues la rompe el bicho grande y solo enreda a los chicos. // Es la ley como la lluvia, nunca puede ser pareja, / el que la aguanta se queja, mas el asunto es sencillo, / la ley es como el cuchillo, no ofende a quien lo maneja. / La suelen llamar espada y el nombre le sienta bien, / los que la manejan ven dónde hay que dar el tajo, / le cae a quien se halle abajo, y corta sin ver a quien. / Hay muchos que son doctores, y de su ciencia no dudo, / mas yo que soy hombre rudo, y que de esto no entiendo / diariamente estoy viendo que aplican la del embudo.


lunes, 7 de agosto de 2023

listo para sentencia

 El viaje a Grecia está marcado por los ritos órficos, el viaje al infierno y la transformación. El hombre que camina por Grecia en el tiempo actual y se convierte en peregrino del pasado, y ve el infierno y el paraíso. No sobra ninguna comunión con las historias de los dioses y lo que hace y siente el personaje en la Grecia de capa caída y en tiempos de pandemia. En su camino a Eleusis... Bueno, hay que hablarlo. 



domingo, 6 de agosto de 2023

quién sabe

 Un pimiento importa si me quieres

o me mandas a tomar `por saco,

el placer solo dura un rato

y lo mismo dura lo que duele.


Cada loco con su tema. Una sigue haciendo comidas ricas que nunca probaré y bajando a Las Galletas a criticar a los gordos golosos, y la otra viajó a London y ahora esta hablando de gatos, qué bonitos son los gatos. Riña entre dos. La literatura está llena de riñas. El relato de Blancanieves concentra rodos los cuentos. En este caso el motivo de una gresca es un libro lluvioso. El motivo aparente. El que está oculto no se sabe. Puede ser el que motivó a la reina Isabel la Católica a desterrar a La Gomera a la Bobadilla. Quién sabe.