jueves, 17 de agosto de 2023

retales

 --Hoy en día ya no se puede maltratar a las mujeres, ni a los animales ni a nada, y aquel, el de la barbita, ¿ya se fue de la política?... La cosa ahora es el fuego que nos tiene amargados pero lo demás está bien...

Nicolás el vecino y su palique existencial. Lo peor es cuando se me pone a discutir sobre el riego de la planta, pero aprovecho para que la coja de fuera y me la suba arriba, a la azotea. Ya está floriando. Septiembre está cerca. 

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--Puedes publicar de nuestra conversación lo que te salga de los cojones.

Por fin una amistad que no me dice esto no lo publiques. Y ¿qué me dijo en la conversación?:

--Se casó con el rico del pueblo, que era ladrón y maricón, y hoy está inflada de dinero...

y

--La mitad del conejo de la novia vale mil veces más que todos sus huevos...

En fin, literatura oral memorable la de mi amigo ... Me recuerda a la de la ex mujer del que hace un mes me dijo que no lo saludara porque yo era un maltratador. No maltrató él a su mujer (según ella) ni poco, y no se acuerda de la cuerada que le dio en la rambla a una novia de entonces ni del gato que quemó vivo en el patio de su casa de entonces. En fin, la sartén diciéndole al caldero...

*

Ubaldo Suárez en su blog, Polillas al Amanecer, escribe sobre Salón de  África, de Ignacio Gaspar. Acertado en algunas cosas y desacertado en otras, a mi entender. No comprende las comas antinormativas en algunos cuentos de Ignacio Gaspar. No entiende que esas comas son un rasgo relevante, con un valor rítmico que las dota de un significado fuerte, como los puntos suspensivos en la obra de Celine. Un corrector de estilo tiene que comprender el alma de un texto porque si no, lo estropea. Yo me acuso. Estropeé en su día, por ortodoxia gramatical (me pagaban por eso), uno de los libros que publicó Gómez Fouz, ex boxeador que fue campeón de Europa, en la editorial Júcar. Esas comas le dan relieve al cuento, en el caso de Ignacio, de la misma manera que las distorsiones de significantes en los escritos del amigo de Juan Royo. En su blog. En sus artículos del periódico es más recatado; sospecho que el hermano le corrige los textos.

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La noche avanza. Tengo que conseguir trabajo negro o hacer castidad, y no me refiero a lo sexual. En fin, tengo trabajo no renumerante en el cuarto de arriba. Arriba, arriba; arriba iremos. 

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