sábado, 27 de febrero de 2021

crece la luna

Enán ya tuvo el juicio. Salió bien librado. Un año de cárcel que no tiene que cumplir, si no lo cogen en lo mismo.

--Entonces qué --me comenta T en la barra.

--Qué de qué?

--La vida, por lo menos vamos pasando la vida.

--Te voy a poner un plato de sopa --me dice Ibrahim.

--Marcos no come, devora --comenta Matías en la mesa uno.

Le pregunto a S si va a ir esta noche a la barriada de las alcantarillas colgantes. Se enrolla como una persiana. Es Cantinflas en calvo y en cara redonda.

--Marcos, pide otra hamburguesa que te la pago yo --grita Matías desde la mesa tres.

Por la escalinata sube la hija de la dama del perrito, que de dama no tiene ni la d, es una machorra. La hija tiene volumen pero lo más que llama la atención, además de su voz infantiloide, es como viste. Pantalones de goma ajustados a los muslos, camisa floriada por encima del ombligo... 

Enigma de mujer. Lo macho auténtico que tiene la madre lo tiene ella de femenino, pero en falsete.

La luna parece que está menguando. O creciendo. 

Con el Corre no tuve mucho trato. Era muy alterado, muy fuera de sí mismo. De su muerte me quedé con la imagen de los tres dedos volando en el aire, con el golpe del cuchillo.

--Ese cuchillo lo usaba para cortar el chocolate y picar la heroína, seguro que murió infectado --dijo el informante.  

El bar es una danza, ajena a los infortunios.

--La vida, por lo menos vamos pasando la vida.

jueves, 25 de febrero de 2021

 Chi va piano va lontano. Quien va despacio va lejos. Una vez me dijeron la montaña hay que subirla despacio. No es mal lema para quien está obligado a caminar piano. La montaña es símbolo de la vida. Creo. 

lunes, 22 de febrero de 2021

lunes

 Me avisa Agustín que el viernes 26 a la siete la tarde presenta en el Centro de Cultura Popular su reciente libro de cuentos de otoño.

Los días son como gotas chinas, así que procuraré subir a La Laguna si no tengo el día amargado.

El Enán tiene el juicio el jueves, por la mañana.

Me dice Nicolás que el Vieja está en el hospital hace una semana.

Nano el segurita cuenta en la escalinata una vez que le tuvo que pegar dos tiros a uno que lo estaba jodiendo un día tras otro. Los tiros no fueron al cuerpo sino a un lado del paisano, pero a partir de entonces no apareció más por allí. 

Esteban el cazador llama cuarto de aperos a la nueva casa del emérito.

Según la ley trans --no sé si ya la han aprobado-- yo puedo declararme mujer y lesbiana. Ya lo había pensado, pero se me adelantaron. Hoy en el muro de Alba Sabina sale un barbudo que se declara tal. Si va a la cárcel será la de mujeres. Entre lo malo, lo menos peor.

La enemistad con un amigo es una amargadera.

La cabeza piensa PASA DE TODO pero el cuerpo no lo asimila y el cuerpo hace pensar a la cabeza.

Por pura desilusión de todo, dejé aparcada Vertical, pero hoy vino el Enán por aquí y me restituyó la ilusión. Por lo menos algo. Del mal, el menor. 

Otro libro que quiero pilllar es la nueva novela de Ana María, sobre un amor prohibido. Pronto legalizarán los amores prohibidos y habrá normalidad, ausencia de drama, tedio de gota china.

Hay un párrafo en Vertical que iba a quitar; es uno en que el narrador-personaje dice que lo que escribe no es una novela,  es lo que le va viniendo a la memoria, que es azarosa, sin aparente orden. Porque los episodios saltan en el tiempo patrás y palante, aunque con una línea, discontinua, de continuidad en el tiempo. Pero me aparece Javier María, al que no suelo frecuentar, no por no interés sino por desidia:

La vida es muy mala novelista. Si uno mete en una novela las cosas que suceden en la vida, que está llena de azares, no hay quien se la crea. La novela es una representación de la vida que no admite todo lo que la vida tiene. 

Martín me acaba de invitar a su tertulia, "ahora que es virtual".

El Azar otra vez. En Vertical, hay dos personajes clave. Uno está inspirado en Martín y otro en Roger, en cierto modo, pero sólo inspirado. El martín de la novela (sí, es una novela) piensa y dice como el Martín real, pero los escenarios de su vida nada tienen que ver, y el escenario marca al personaje. En figura sólo aparece en La Buhardilla (un antro nocturno, situado en el sótano de un edificio en ruinas). El roger de la novela también se parece al real en las cosas que dice, muchos diálogos están recogidos de la realidad. Los dos forman una oposición, como el narrador y su hermano... 

En fin, mejor me dejo de hablar y me pongo con ello. Aprovecho la casualidad, pero no cierro sin ver antes lo que el libro de los zodiacos dice del DRAGON de MADERA:

Simpático, abierto y carismático, sabe mostrar su mejor cara y ganarse a la gente. A pesar de tener madera de líder, es capaz de colaborar con los demás y tratarlos con educación y respeto. Es sereno, tranquilo y reflexivo, prefiere frecuentar pequeños círculos que le agraden que sumergirse en las multitudes. Es afable y directo porque desea profundizar en sus relaciones. Es galante con su pareja, atento y cuidadoso. A su prójimo íntimo lo tendrá siempre en palmita. Posee el don de hacer felices a los suyos. Tienen notable talento y creatividad. (Y más cosas dice, hasta que llega al pero. Pero es muy sesudo, se obsesiona con los temas que captan su interés.

Ahora queda saber la hora que nació. El animal de compañía. 

 

 

sábado, 20 de febrero de 2021

casa abandonada

 Estaba durmiendo en el sillón. Soñé que me despertaba. El aire era espeso y me movía con dificultad. Le di al interruptor para encender la luz de la sala, no se encendió. Se había ido la luz. Bajé y subí la palanca, que es lo que suelo hacer. Nada. Tendré que acostumbrarme a vivir en la oscuridad, pensé. 

Tardé en saber que aún estaba durmiendo. Y varias veces lo mismo, me despertaba y lo mismo. Hasta que desperté de verdad. Me costó pero hice un esfuerzo y lo logré. Me alegró ver la luz del sol en la ventana. Y las bombillas seguían funcionando. 

Un recuerdo afloró en mi memoria. Hace muchos años, en Asturias. Roxana me dijo que sabía de una casa cuyos dueños la habían abandonado, huyeron y dejaron la casa sola. Ella sabía el lugar en que estaba. En las afueras de un pueblo. Más que casa era un palacio. Entramos al prado que la rodeaba por una grieta del muro que la separaba del exterior. Sobre el prado diversos coches antiguos, de lujo, ya marcados por la acción del tiempo. Dentro de la casa, en el piso de arriba, una biblioteca con numerosos libros tirados por el suelo, y una cinta de película, 8 mm, y un proyector. Se hizo de noche y nos llevamos la cinta y el proyector. Ella consiguió que funcionara, la ayudó un amigo. Me avisó para que fuese a ver la película. Una sirvienta hacía la comida  en una plateada cocina de carbón, otra tendía la ropa, y una niña que parecía ser hija de los dueños jugaba con el jardinero, y el jardinero jugaba con ella.

No volví más a esa casa, ni siquiera a curiosear los libros desparramados en la biblioteca. Roxana me dijo que guardara yo la cinta y el proyector. No quise. Los hubiera perdido. Todo lo pierdo. 

jueves, 18 de febrero de 2021

rap

 Hice una copia en papel de la versión destartalada de Vertical blues y sigo corrigiendo, quitando frases que sobran, que entorpecen la música, y cambiando palabras por otras más idóneas. Ya menos.

El caso Hasel me ha hecho pensar en la importancia de darse pisto, de decir aquí estoy yo. Eso me molesta, porque vale que valga la obra pero ni yo ni tú valemos un pimiento. Nadie vale un pimiento, ni un comino. Pero el mercado exige que te des a valer. No sé, las veces que tuve éxito quedé desbaratado.  El éxito me descoloca. Hoy nombré a Agosta, en un comentario a cuenta del caso Hasel, y me ripió. Pero a lo mejor es lo que tengo que hacer, darle valor a lo que tengo. Palarea, en paz descanse, dijo que esa novelita iba a dar mucho que hablar. Pero hasta ahora ni el editor la ha movido ni yo la he publicitado. Sé que es una aceptable versión  moderna de Los últimos 120 días de Sodoma, de Sade. Además es una obra imaginativa en estado puro, ajena a la vida personal del autor. Tal vez, si tuviera la oportunidad de una segunda edición, la corrijo y a Agosta la hago rapera, rapera sucia, no puede ser de otro modo. Y el relato que ella lee, que ocupa 2 ó 5 páginas, quitarlo y poner el de Kafka El artista del hambre o el de Antonio Bermejo La fiesta. O lo dos. Son relatos que se reflejan uno en el otro, y que en cierto modo, modo literario, serían un contraste muy marcado en relación con la bestia Agosta, más parecida, pero en bruto, al héroe del cuento de Isaac de Vega La posesión.

Bueno, no termino una cosa y ya estoy pensando en otra.  

¿Seguirá Juan con el estómago revuelto? Le dije que esta vez invitaba yo, pero mejor que siga malo, porque ya gasté los ahorros.

En cierto modo comprendo a mi otro amigo que se enfadó por darle yo cancha a una opinión ,sobre el vídeo que me hizo, bastante cizañera. Pienso en una amiga. Es bastante forofa de un individuo que yo considero deleznable, un hipócrita baboso. Eso casi ha disminuido el afecto que le tenía. Y está bien, en algunos casos, enfriar ese afecto. Es un sentimiento que encadena, y este mundo no está para más cadenas. Ya tiene suficientes.  

miércoles, 17 de febrero de 2021

aguacatero

 Trabajo intenso con Vertical blues. Además con  intervención del Azar. Ya puede volar con Ensalada de canónigos y Puerto Santo. Le faltaba aún un poco para llegar a Cucarachas con Chánel y Mejor cuando improvisas . Y no olvido las sombras que proyectan la novela de Ignacio, el escritor de Charco del Pino, y el Retrato de Marlou Diesel. 

Le faltaba un poco pero llegó. A Cucarachas y a Puerto Santo.

Y tiene el arte bailable de la novela de Roberto Cabrera Ídolos de bruma.

Y un eco sonoro y estructural de Bajo el volcán.

El Azar fue que no sé qué hice con las teclas que se trastocó el formato de arriba abajo. Párrafos con fuentes de letras dispares y cuerpos con tamaños distintos, y sangrados irregulares... La cosa es leerlo así como quedó, ayuda a oír mejor la música que hay en esa  novela.

Pienso en una edición de autor. Como la que ideó un día del tiempo Ediciones Pepe&Chito.  Al únísono dos libros, dos autores, Chito y el Dr. R, Ahora están en contradicciones dialécticas. Tendré que arreglarlo yo mismo. ¿Fuente de financiación? ¿Coste de la edición? ¿Número de ejemplares? Cuántas preguntas.

Hoy el barrio amaneció con movidas. Tres furgonas de la Unipol. En la plaza de Ibrahim. Llegué cuando salían de la plaza. Habían sacado a los perros para que husmearan a la gente. No encontraron nada, se fueron de vacío.

El Ayuntamiento mandó a esta calle jardineros. El encargado:

--Esto es un aguacatero y hay que arrancarlo. Porque las raíces rompen los muros.

Que hombre más amargado. Seguro que la mujer lo castiga y el se desquita castigando a todo el que puede. Aquí mando yo.

--Hombre, no haga eso.

--Si quiere lo puede trasplantar a una maceta. Mañana vuelvo por aquí y si veo que no lo ha trasplantado, lo arranco y lo tiro a la basura.

Mañana es hoy y hoy vino uno a su cargo, un buen paisano, muy amable, casi afectivo. Me tocó a la ventana. Sacó con cuidado la mata de la tierra y me dijo que la pusiera en agua. Eso hice.

Mientras, el vecino Carlos... bueno, esto es otra historia.

martes, 16 de febrero de 2021

 


un pájaro trina

y deja su sombra

al pasar



--Me gusta cuando está callada.

No es un lector de Neruda. Es uno de los Jesús de Ibrahím. Se refiere a la tragaperras.

Habemos tres Jesús. Este, que está en una rondalla y un día me pidió una letra y luego se hizo el bobo. El otro es el que nos llamamos Tocayo. El informático. Ahora aparece poco. La novia colombiana lo tiene secuestrado, al hilo. Ibrahim cuando nos ve a los tres en la barra dice que tres Jesús juntos no puede ser y manda a uno que salga afuera. No sé si es superstición o broma cotidiana.

Por aquí estuvo el Enano. Me libró de la jaqueca de hazañas bélicas de Nicolás. Un conejo que atropellaron, un accidente, y no sé qué más en el Teide. Cómo le gusta contar sus aventuras antes de casarse, y no las sabe contar, se entusiasma demasiado. El Enano es mejor narrador. El jueves tiene un juicio. Abogado de oficio. No tiene más remedio que declararse culpable y buscar atenuantes. Si lo condenan a prisión, pierde el trabajo. Dijo que hace una semana se suicidó una novia que tenía. Le pregunté. Es hablador que no carga las tintas, no se pone dramático ni presumido. 

Hoy me llamó la atención mi amiga virtual, la que me hizo una bufanda que no sé si ya habrá destejido. Contó un rato casi de enamoramiento con un carnero. La mirada del carnero era de un animal inteligente que sabe lo que habla.

Le ha venido bien la maceración en el tiempo a Vertical blues. Tenía mucha tontería, mucho adorno innecesario. La he metido en vereda. Ahora vienen las dos siguientes. Temo que la segunda va a tener que pasar por el tamiz de Kafka y del Ulises de Joyce. Momia llamó ella a Kafka. Sí, fuerte momia. Después de Kafka la literatura son repeticiones. Comprendo que haya querido quemar su obra antes de morir. Pasar por ella y salir ileso es heroísmo. Anunció un porvenir nada dulce.

Viendo el partido Ibrahim se enfada seriamente con uno que hace no sé qué comentarios. El Barcelona va perdiendo. El Barcelona recibe otro gol. Se queda mudo. O se le va el enfado o asimiló la derrota.    

miércoles, 10 de febrero de 2021

 Sobre la mesa el borrador de una novela;

pretendo que esté entre el volcán de Lowry

y las nubes de Aristófanes, en esa cuerda

floja, sin red, que es un puente entre dos formas,

entre dos músicas opuestas. Compré Aldea

para que tengan todas esas palabras

la borracha sobriedad del Cónsul.

La mujer que amo me habla

desde un barrio cerca de aquí.

No sale de su casa. 

Su arte lo tiene quieto ahora.

Un poco de negro y un poco de blanco

ayudan a la imaginación a subir a las nubes.

La realidad es más simple.

No la escribo. Ella me escribe.

Un amigo no quiere que hable de él.

No hablo.

El silencio es más elocuente que las palabras.

Suena el violín del diablo. Una mujer sin nombre,

una mujer que no amo, danza sin amor,

libre, y yo atiendo el hielo, centro de su baile.

Qué delicia es no amar. Pero, sé sensato,

deja la imaginación para el papel.

Lo aguanta todo. La realidad no,

no aguanta nada, ni el más leve entresueño.

consejo

 consejos doy, que para mí no tengo


Quien odia al enemigo

tiene las de perder,

el enemigo es reflejo

de lo que quieres tener.


Si la cabeza está fría,

el pensamiento es certero,

es la fría sequedad

la semilla del guerrero.


Vete al culto del pastor

y canta lo que ellos canten,

a la negra no la mires

ni un instante.


Si te hablan tú no hables,

da sólo los buenos días

o si no las buenas tardes,


En la cesta de limosnas

pon la moneda más chica.

Si en el púlpito te nombran

no te des por aludida.


A veces más que del gallo

se aprende de la gallina,

hay que saber ser junco

y a la vez ser encina.


Y ahora yo me callo

pues velas no tengo aquí.

Mas olvídate de mí

pero no lo que te hablo.



martes, 9 de febrero de 2021

 A la primera mujer que amé la abandoné una triste mañana.

A la segunda mujer que amé la abandoné una triste tarde.

A la tercera puede que la abandone una triste noche.

Ya pasaron las brisas de la infancia.

Ya pasaron los vientos de la juventud.

Ya pasaron las nubes de la edad madura.

Ya se marchitaron las flores de la primavera.

Ya cayeron los frutos del verano.

Ya se fueron las hojas del otoño.

A mí no me abandonarás, te llevaré conmigo,

me dice la blanca señora del invierno.

No tengas prisa, le digo, aún hay fichas en el tablero

y ahora he aprendido a jugar despacio.


lunes, 8 de febrero de 2021

a la escritora de Charco del Pino

 Ya por fin te has liberado

--del personaje que soy

o que tú me has inventado--

en este día de hoy.


Lo que se escribe sufriendo

se eleva más a lo alto

como el alma de aquel Cónsul*

cuando cayó en el barranco.


El hombre tiene dos caras

--si es que no tiene más--,

con una mira la luz,

con la otra la oscuridad.


En la luz crece la flor

y en lo oscuro el diamante,

brilla lo que fue carbón

y lo otro ya lo sabes.


Hoy día de san Paulo

es un día importante,

ha dado fin la novela

que imagino memorable.


Pero no acaban los pleitos

que a veces son como entullo,

ojalá tengas buen puerto

y recuperes lo tuyo.

 

*de Bajo el volcán. (Malcolm Lowry)

domingo, 7 de febrero de 2021

hoy, coplas mirleras

 Yo ya tengo mi sombra

pegada como una lapa,

no necesito más cosas,

ni moscas ni garrapatas.


Como en aquel Atahualpa

los ejes de mi carreta

ya no los quiero engrasar,

pues su ruido me consuela.


Rueda la luna en el cielo

y la rueda en el camino

y ruedan los pensamientos

para tenernos cautivos.


No hagas más fechorías

ni enciendas más velas negras

que se te seca la cara

y no da frutos la tierra.


Te quedaste con el anillo

que por querencia te di,

lo guardaste en el joyero

y dijiste sal de aquí.


Te quedaste con el bastón

y lo pusiste al fuego

para jugar con las llamas,

ay qué triste fue ese juego.


Me dejaste por ser pobre

por otro con más dinero

y cuando te viste sola

tú me llamaste de nuevo.


Son las cumbres borrascosas

páginas de una novela,

por querer tenerlo todo

te quedastes a dos velas.


Eso es lo que me faltaba,

que coño que yo no tengo

me esté dando la tabarra

cada vez que voy y vengo.


Arrállate cuatro millos

con la malilla de bastos

y si pones bien la sota

el envite habrás ganado.


Me dejaste con veneno

en la charca de los sapos,

así son todas las ranas

de estos cuentos baratos.


Qué bien te pones bien puesta

cuando miras al espejo

mas lo rompes si te dice

que eres un fuerte pendejo.


Celos tienes de esa niña

que está con siete enanitos,

ella gozando en el bosque

y tú sola en el castillo.


Por hablar con la María

quitóme el habla la Juana,

así son las tonterías

de las costumbres humanas.


Hay en Güímar cristo negro

y en Adeje virgen rubia,

en Icod está el siervito

y la monja en La Laguna.


Ya se fue Amaro Pargo

y se fue Cabeza Perro,

éste dejó cuento amargo

y al otro ni lo recuerdo.


Ya aquel buen hermano Pedro

se nos quedó sin ovejas,

ya no se escuchan balidos

en esas cumbres bermejas.


Ya se va para el barranco

el mirlo que esto cantaba,

queda la noche en silencio

y mañana otra jornada.

sábado, 6 de febrero de 2021

boberías

 lo triste de crear un personaje atractivo es que luego conoces al autor y se te cae el alma a los pies. se te cae la venda de los ojos y te das cuenta que has confundido la velocidad con el tocino. 

¿cómo prosperar en política? Todos los fallos, deficiencias y mentiras que veas en tu partido, critícalo pero acusando de todo ello al partido contrario. Lo que está dentro está afuera y lo que está en ti está en el otro. Acertarás seguro.

Mujer (hombre) casada fiel: puta (puto) de un solo hombre (mujer).

Los amores pagados son los más logrados.

¿Por qué se cerraron los confesionarios? Porque el psiquiatra (el cura) salía gratis. 

¿Quieres linchar al delincuente? Ahórcate a ti mismo.

Decía "si te roban, la culpa no es del ladrón sino tuya", hasta que le robaron; entonces cambió de opinión.

La cara oculta de la luna es la más interesante, la menos vista.



viernes, 5 de febrero de 2021

un sueño más

 rebeca amarilla pidió Li (madre de Xi y de Siao-Ling) que le llevara si iba a ir a San Andrés. Iba a ir, sí. Xi le pidió a Siao-Ling que buscara esa rebeca.

Siao rebuscando en los armarios (del cuarto del medio de la casa del barrio Salamanca) y dándole a su hermano Xi una prenda que no era rebeca ni era amarilla.

Xi encuentra en el fondo de un armario una escopeta de ancha culata (de Wang, marido de Siao-Ling) que coge y que lleva en el viaje a San Andrés. A la entrada del pueblo, la carretera está cerrada con una valla opaca con un puerta cerrada. No toca la puerta de San Andrés porque no tiene permiso de armas, y lo recuerda porque alguien ha sido herido por detrás de un hombro con un balín. (El arma que lleva Xi no es de balines, es de balas.) En el camino roba un cuchillo de cocina. Lo esconde en la curva de la entrada del pueblo. HH (con quien ha estado también en el viaje, con él y con otro compinche suyo) se da cuenta, y quiere haciéndose el ingenuo saber lo que sabe, pero Xi sabe que sabe lo que sabe y sonríe y no cae en la trampa de contestar. No contesta nada.

Regresa (hacia Santa Cruz) con la escopeta. Sabe que corre peligro si lo para la autoridad.

En mitad del regreso compra una papa caliente en un puesto de papas calientes, numerosas y grandes papas calientes en grandes tableros inclinados y humeantes, para alimentarse y continuar el camino.

Baja a las ruinas de Valleseco a buscar dónde esconder la escopeta; imposible, aquello está lleno de gente, allí encuentra a Chani, elevado en su desapego del mundo y de los hombres, de todo.

Antes, en el viaje a San Andrés:

HH lo invita a un yoins enorme, ensaliva demasiado al fumarlo, quiere secar la saliva antes de devolverlo y lo que hace es quitar la posibilidad de seguir fumando, el yoins es ahora redondo como una cebolla, el compa de HH le pasa una china de polen, como compensación de la que Xi, por haber estropeado el yoins con saliva, le había dado antes a HH.

El fumar fue en guagua

Ya no hay guagua cuando está cerca del pueblo y HH y el otro se tiran al mar para ir nadando al pueblo pero al rato regresan porque no han podido entrar, hay que tener permiso para entrar.

Un pensamiento recorre todo el camino la cabeza de Xi: los espejos duplican (falsamente) las alegrías, y triplican al cubo (realmente) los infortunios.

El intento es liberarse del fusil sin perderlo, pues si lo hace debe dar explicaciones a Wang, cosa insoportable.

La liberación fue despertar, sentir al despertar que la escopeta ha desaparecido. Ya no representa ningún riesgo, ya no hay peligro.

***

Este sueño está escrito en la clave de Barrio Chino. HH en la realidad fue un líder de los tiempos revolucionarios, en la rambla. Fue el líder tramposo frente al líder honesto (Con).

Escribí fúsil y escopeta, pero el arma era un rifle, con la culata amarillo lechoso, canelo. La rebeca de Li era amarillo intenso.

Lo primero que vi en fb fue el muro de Chani. Una foto de flores amarillas, un cúmulo de rosas amarillas, como el de la culata del rifle, un cartelito (JANUARY COLOR) y los subtítulos de una canción:

Me siento bien

pez en el mar

¿Sabes cómo me siento?

río corriendo libre

flor en un árbol

Es un nuevo amanecer

es un nuevo día

Libélula disfrutando del sol... 

***

Elena me pregunta si hay conejos en el Norte.

--Sí, de vez en cuando salta alguno.

--¿Y tú sabes comer conejo?

--Creo que sí, en su salsa.

Afuera llueve. Buena lluvia. Serena, tranquila. Todo lo limpia. Incluso los pensamientos.

jueves, 4 de febrero de 2021

cuentos

 Hay cuentos que se me han quedado en la memoria con una alta intensidad:

Macario, de Rulfo,

El artista del hambre, de Kafka,

La fiesta, de Antonio Bermejo,

La mano del mono, de W. W. Jacobs,

entre ellos.

Y uno de Marguerite Yourcenar:

 La viuda Afrodisia. Los hombres del pueblo han matado al forajido del bosque, el hombre que seis años atrás asesinó al pope del pueblo, el difunto marido de la viuda. Ella se ve obligada a darles aguardiente y pan tostado; no se atreve a poner veneno en las rodajas de pan. Se limita a escupir sobre cada una de las rodajas. Han matado a su amante, el hombre con el que se encontraba a escondidas todas las noches de luna nueva.

Ya lo dijo en El collar de la paloma el poeta árabe medieval Ibn Hazm de Córdoba. Más o menos:

Los amores clandestinos

tienen algo de lo que carecen

esas uniones públicas,

algo así como caminar al atardecer

sobre las dunas.


miércoles, 3 de febrero de 2021

mítico animal

--Mi amigo es un lagarto con cabeza de pájaro --escribió mi amiga P.

Imagen memorable. Merece ser pintada en un jarrón chino. Ni Kafka ni Homero (cada uno en su estilo) la hubiesen dejado de lado. Un lagarto con cabeza de cernícalo que se alimenta de sí mismo, animal que se devora la cola y luego ayuna, hasta que le vuelve a crecer.

Aristófanes, más burdo, sólo la hubiese usado como principio de un diálogo en una de sus comedias.

--Mi amigo es un lagarto con cabeza de pájaro.

--Y tú, un pájaro con cabeza de lagarto.

Y luego hubiese echado mano de la historia (real) del discípulo que escribe un libro sobre su maestro (éxito mundial) y lo lleva como gran regalo a la cabaña donde vive el maestro. Este ni lo abre. Dice que primero hay que comer. Prepara la comida y en el plato del discípulo, añade un condimento que produce diarrea. El discípulo escritor, nada más acabar de comer, sale disparado al retrete, un receptáculo que está fuera de la cabaña. Cuando ya ha descargado, se da cuenta que el papel higiénico que tiene a mano es el ejemplar del libro que le ha regalado al maestro. Supongo que tuvo que arrancarle unas cuantas hojas,

--Desagradecido.

--Eso si que sí.

--Vete a cagar.

--Déjame el libro. 

martes, 2 de febrero de 2021

naderías

 Los recuerdos son como cuentas de un rosario; cada una tiene su peculiaridad: la de cuando hicimos el idiota, cuando fuimos sentimentales, cuando fuimos valientes, cuando cobardes...

Todos pesan. Unos porque nos hacen sentir la vergüenza de la equivocación, otros el peso de la nostalgia...

Quizá por eso aquel indio ahora tan célebre aseguraba que el principal requisito para tener poder (el poder del conocimiento y de la libertad) hay que borrar la historia personal, que es la forma de borrar la importancia personal. Por eso quien habla bien de uno, acertado o no, estorba esa intención, y quien habla mal, si no te afecta por lo idiota que eres, la favorece.

Si un albañil hace un buena obra, hablemos de su obra y no del albañil. Si un escritor hace un buen libro, hablemos del libro y no del escritor. Hablar bien de alguien es ofenderlo y ponerle zancadillas.

Hoy algunos se han hecho eco de Chejov. Una de sus virtudes es que escribe lo que hacen y dicen sus personajes, sin hacer ningún juicio personal.

Si el vecino Carlos, el esposo de la mujer danzante, me trajo ayer una una salvia que me sentó bien, eso no quiere decir que Carlos es una buena persona, ni mala, sino que la salvia me sentó bien.

Si mi hermana me trajo ayer una botella de vino... ídem.

Si un amigo se enfada por lo que cito en mis escritos... ídem.

No tener juicios de valor ni pensamientos parásitos te libera de la carga de ese rosario de recuerdos, y de actos del presente.

Gracias a la salvia, al caldo, al vino... estoy mejor. Hasta ahí puedo llegar. Lo demás, las personas causantes, son... nada. 

No tener nada que agradecer es no tener nada que reprochar, ni tener la necesidad de que te agradezcan ni el disgusto de que te reprochen. Un día agradable lo pasas en cualquier sitio; un día desapacible te incita a buscar donde refugiarte. Ambos te benefician, uno por el descanso y el otro, el incómodo, por que te obliga a buscar una solución. Con quienes te rodean, y contigo mismo, pasa lo mismo.