sábado, 31 de diciembre de 2011

dos poemas decimonónicos para afrontar el nuevo año

EL HOMBRE DEL BARRANCO (arcano LA LUNA

Cuando me acaricia la curiosidad
nada pregunto.
No busco, encuentro
y pinto sin propósito determinado.

Si no eres ingenuo o inocente,
cuando callo sabes la pregunta
que interrogan mis labios.

Lo sé porque ya no soy ingenuo
ni inocente, y cuando callas
sé la pregunta que me haces.

Y te digo la respuesta
--no te engaño, no te miento--
en un idioma que yo
solo hablo. Pon atención
si quieres aprenderlo.

Vivo el sufrir como Cristo tres días en la Cruz
y a veces tengo rencores y odios con la fuerza del rayo
y dolores de amor y de no tener en mí sino silencio,
pero todo dura lo que dura el relámpago.

Amo este barranco.
Soy yo quien lo habito.

Sabrá mi idioma cuando venga a visitarme,
a un hombre negro en esta tierra amarilla.


*
EL HOMBRE DEL PALACIO (arcano EL SOL)

Domino mis riendas, hablo sin dobleces,
sereno y tranquilo veo con mis ojos ciegos
el color de las naranjas.

jueves, 29 de diciembre de 2011

libro del cuervo -2

Ya empieza a rodar por manos amigas, y espero que algunas más, el Libro del cuervo. Ya está visible una película de más de un intenso minuto en el Zoo, fabricada por Dr R. Y el día 12 de Enero, Dr R (JRamallo) y Marcelino Rodríguez Marichal están avisados para presentar el libro. Pongo una vela a Babalú para que no se me rajen. Aunque con la presencia de Anghel Morales la atracción ya está asegurada.
Y ahora la crítica.

1
El primer borrador de la novela es de finales de los 90. El segundo está compuesto en el dos mil y algo. (Estos en Gijón). Y el tercero (el que ha sido publicado por Aguere/Idea) en 2010-2011 (aquí en Tenerife, concretamente en San Andrés). El primero era casi autobiográfico, el segundo sufrió intromisiones de la fantasía y de realidades ajenas a la antigua trama. En el tercero, la labor de poda no quedó completa, y fueron trabajados los capítulos finales y enriquecido con el prólogo (de José María Lizundia) y el epílogo (de JRamallo). Es un libro no muy recomendable para los tiempos que corren, y totalmente opuesto a mi sentir en la actualidad, un sentir este de ahora marcado por los apodos que me han puesto... Si junto cómo me dice ahora Dr R y cómo mi no novia, ya tengo el título del próximo relato, totalmente en contra del Libro del cuervo*. De errores y arrepentimientos escribiré otro día diosmediante. Ya se acerca las tres menos cuarto. Una hora feliz.

*Nada que ver con Míster Cuervo, aunque la otra noche de mi hermano Cuervo parece la réplica al penúltimo capítulo de la novela. A ver si el bosque quemado reverdece y la cuenta él.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

el libro del cuervo

Con mis amigos de la isla tengo un dilema que no sé si es saludable que perdure. Los miro como proyecciones familiares. Aunque el pensamiento se posa de vez en cuando sobre un anarquista decimonónico que reniega del pueblo, del Estado y de la familia, la naturaleza sentimental en mi caso borra a menudo esa filosofía y la horfandad de espíritu busca en los amigos lo que quizá ellos no quieran ser.
Desde que estoy en La Maldad la mirada se ha vuelto hacia dentro. Mientras viví en San Andrés, era el entorno exterior lo que más me interesaba. El yo, si existía, me importaba poco. Mi hermano Dr R y mi no novia han descubierto ya tres personas (no necesariamente comulgantes) en eso que llamo "yo". No sé si valdrá la pena seguir investigando si hay más. Si tres son multitud...
En fin, mejor suspender el autoanálisis y ponerme a defender El libro del cuervo, que mi tío Anghel --aunque ahora quiere más a otros sobrinos que a mí-- me regaló el otro día frente a la iglesia del Pilar. Defender su existencia. Con su defectos. Nada de que es el más guapo, el más inteligente y el más rico. Nada de tanta tontería barata que tanto complace a los que son incapaces de oír una línea negativa. Chitoski ama los defectos. Sólo defectos quiere oir. De las virtudes ya hablará Chitoski.
El libro se presenta el próximo día 12 de Enero en la MAC. Si hay suerte, más tarde también en el local del brujo.

lunes, 26 de diciembre de 2011

el enemigo es uno mismo

A veces gana el enemigo y hay que darle la mano y felicitarlo. No vanagloriarse en los triunfos ni amargarse en la derrota, este es el lema. La cosa me hizo sentir como Dostoiesvki analizado por Nabokov: más o menos un escritor mediocre que engaña y defrauda al lector con trucos chabacanos de novela barata. Me pasó como a Stendhal cuando pudo contemplar el cuadro más bello del mundo. Por lo menos a sus ojos. Le entró el miedo a la belleza y quedó sin aliento, abatido como un pendejo. El jamelgo no llegó a la meta. Sin embargo, aunque perdí la partida a la hora de la verdad, jugarla fue lo más hermoso que me ha ocurrido. Un día sigue a otro día. Mañana será otro día. Y si no mañana, pasado. Espero la revancha.
La pieza lo merece. Encontrar Tigre así es un milagro, una maravilla. Venga, Chistoski, olvídate de haber perdido la apuesta y a seguir apostando. La próxima vez o eres Tolstoi en lugar de Dostoievski --según Nabokov-- o retírate.

sábado, 24 de diciembre de 2011

variaciones antes de la noche buena

Los pensamientos luminosos me vienen momentos antes de despertar. Cuando ya el sueño ha cumplido su misión reparadora. Esta mañana supe que los celos son herrumbrosos, peligrosos. Si no te matan, te infectan con cosas peores que la genorrea o las ladillas. Sufrir enfermedades te humaniza el alma. Pero mejor es que se curen. Y que la muerte te coja con buena salud. Pero bueno es saber que eres vulnerable y no tirarte pedos mayores que el culo. En mis tiempos de alegre progresía sonaba una canción de... (de un francés cantautor de culto que no sé ahora cómo se escribe su nombre) en que el yo cantante exponía una a una todas las gracias de las mujeres de sus amigos. Y la mejor de todas: que tu amigo no se entere. Lástima que la progresía de entonces amase canciones que no practicaba sino a escondidas. Es malo predicar lo que no practicas. Los tiempos han pasado y ahora da igual que el amigo se entere o no. In illo tempore la mujer de un amigo me abordó en un callejón solitario. El marido miraba por el ojo de una cerradura, salió a nuestro encuentro, se llevó con él a su mujer y a mí me retiró la palabra. Otro hubiese sido el curso de la historia si hubiésemos hecho un trío. El trío va a imponerse en el futuro. Se acaba el tiempo de la predominancia honorable del dos y se impone el tres. Luego vendrá el cuarteto. Viento, percusión, cuerda y voz.
*
Mi amigo cuando yo era asturiano García Martín informa en su blog que Cascos quiere cargarse el edificio de Niemeyer en Avilés. Tan mal me cae Calatrava como bien Niemeyer. No me pregunten las razones. No las hay. El molde de Calatrava en Santa Cruz sería bello si le pusiesen tres barrenos. El de Niemeyer no lo conozco. Temo que no lo conoceré.
*

Interesante columna la de hoy de González Jerez en Diario de Aviso. Una nota de realismo político. De aviso a navegantes.
*
A falta de amarillo veneciano, compré amarillo nápoles.
*
Un amigo me cuenta que sabe que le queda poco tiempo en este mundo. Estoy seguro que escribirá el libro de su vida. Es el único escritor al que yo no me atrevería a quitarle ni una coma. Me pasa con él como con Alonso Quesada. En mi modo de vivir, Alonso Quesada está por encima incluso de Li-Po, Catulo y Bukowski. De Bukowski leo ahora el del capitan abandonó el barco... Me aguarda, como tentanción para la noche de navidad, La senda del perdedor. Y conejo. Con ron. Como los canariones.
*
Pal lunes quedé con mi prima Vera y anoche soñé con Roxana. La llamé. Dijo que si podía venía desde Madrid a la isla en primavera. Seguramente, como buena serpiente de madera, vendrá si viene buscando nuevos editores en esta colonia de España, país admirado y que Dios guarde hasta el final de los tiempos. En este otro país, el país de los canallos, aunque Dr R diga que no, la Virgen de Candelaria es nuestra madre putativa y el Teide nuestro padre pedigüeño. Si no, hermanos, estamos perdidos. Feliz noche de Navidad.

viernes, 23 de diciembre de 2011

palestino

Noche de hablar con el humo en la plaza de los poetas, con Dr R y Capitán M, y luego en El Platillo Volante contar los cuentos que nos rodean. Un amigo se ha empeñado ahora en ir por ahí diciendo que soy palestino. No sé que demérito puede haber en ser palestino. Se lo preguntaré a Bisturí cuando lo vea. Si dijese el no nombrado amigo que soy mongol, más acertado estaría. El caso de los aficionados a tirar piedras es que aciertan o se equivocan. Si aciertan, lo mejor es callar la boca. La verdad es la verdad y punto. Si no aciertan, también. La falsedad no merece contestación. Sólo tiene un valor didáctico. Habla de sí mismo quien la propaga.
De los cuentos de más o menos conocidos y de más o menos amigos, pasamos en la segunda ronda a otros donde el protagonismo lo ejercía esta o esa otra mujer.
A mí, no sé por qué, me interesan algunos sucesos locales de este final de 2001. El parricidio de Vistabella, el desplome del falso techo de Termini... Hay en el aire una atmófera de extrañeza, debe de ser el dichoso espíritu de la Navidad.
Mientras, me crece, también sin base realística, la fama de seductor. De seductor no tengo ni el cortauñas. Me sobra esa fama. Además, no me agradan los seductores. Gente falsa, pero no más que muchos politicos, periodistas, poetas, etc.
Prospero año nuevo a todos. O por lo menos, que la claridad del entedimiento brille mejor.
Anghel me avisa de que el Libro del cuervo llega a la isla la próxima semana. Un peso menos sobre mi conciencia. Ojalá no ocasione números negativos, ni a Anghel ni a mí. A pesar de todo, la isla de Tenerife está teniendo una escritura que merece atención. Ojalá el cuervo no desentone en esos vuelos. En fin, también necesitamos fontaneros y albañiles. No solo también sino incluso más. El arte camina hacia territorios insospechados.

martes, 20 de diciembre de 2011

mi no novia del norte...

Mi no novia me invita a comer
y me deja muerto de hambre,
me hace morir de sed
junto a la fuente.
Ay qué mujer tan cruel,
qué crueldad tan grande.
Me envenenan sus ojos,
me incitan sus labios,
me embriaga su cuello
y su pelo es noche sobre un mar
que acuna mi horfandad.
Oh qué mujer tan cruel,
qué crueldad tan grande.
Buscaré barro rojo
como la tierra de Tacoronte
y barro verde
como morir valiente.
Bañaré sus pies
con agua de lluvia.
Algo debo hacer
para curar su cruel
manera de amarme.

lunes, 19 de diciembre de 2011

la guerra de los inmundos

Aquí todos nos reímos de todos. Aquí no hay caballeros, y quien lo parece es apariencia. Bukowski le tenía fobia a las risas enlatadas, la que salían en los telefilmes, que recordaban al telecpectador cuándo debía reírse. Ja ja ja. Risas enlatadas de este estilo. Perlas negras. Velas negras. Que vivan las negras. Enfrente de mí, aquí en el Tea, hay un africano que trasmite energía, belleza, poder personal. "En Africa no hay caballeros", decía antaño mi amigo Pedro. Yo lo que decía Pedro en aquellos tiempos de alegre juventud iba a misa. Ya no. Ya ni siquiera se santigua cuando pasa por delante de una iglesia. Pero la frase quedó como una mosca verde de la bandera que delata lo que somos los canarios. Moscas verdes. Como en el cuento de Pepe Monagas mira el mapa, Gregorito. "Si son islas, estamos salvados, pero si son cagadas de mosca...".
*
Anoche desperté a las dos de la madrugada. Hice algo en casa y salí a la calle. Le estoy cogiendo gusto a Santa Cruz. Es una ciudad dramática. Hay que tener un espíritu dramático para poder quererla. Pasé por aquí (el Tea), ordenadores apagados. Seguí caminando hasta Valleseco. Hasta la cafetería de La Ducal. Lo único que deseaba era tomar un café y leer (El Día) (soy un adicto a El Día, a las columnas de Andrés Chávez y de Peitaví. Y al renovado estilo del gran editorialista. Más suelto, más agresivo, sin pelos en la lengua. Más atento a las leyes del lenguaje que a las leyes de la ciudadanía. (también últimamente hojeo el DA, especialmente los artículos de González Jérez.). A la vuelta a casa, subiendo por la calle El Castillo, Chachán brilla por su ausencia. Luego, ya en La Maldad, en el DA veo la noticia de su muerte. ("¿Eso es lo que a ti te gustaría ser de mayor?", dijo Campanilla cuando vimos a Chachán... Yo últimamente llamaba la atención de mis amigos sobre Chachán como símbolo respetable de Santa Cruz (mi padre paz descanse decía que era un sinvergüenza). Bueno, que me extrañó no verlo cuando subía por la calle donde tenía su chozo al aire libre. Algunos admiramos a la fiera que no ha sido domesticada. O por lo menos, a la idea de esa fiera. Chachán negaba el trato al resto de la humanidad, aún viviendo entre humanos se desentendió de los humanos. Por fortuna, a mi parecer, las leyes permitieron dejarlo tranquilo, con su lenguaje de gruñidos. Yo lo recuerdo (no sé si es verdad o lo soñé) regalando a mis tías abuelas, que vivían a la entrada de San Andrés, cajas de rapé. Ahora no recuerdo a mis tías estornudar cuando sorbían por la nariz aquellos polvos blancos... En el periódico lo llamaban El Legionario. Nunca supe que alguien lo llamara así. Satán algunos y Chachán por lo general. Era de San Andrés. En paz descanse. Y que Santa Cruz no te olvide, amigo.
*
Antes, bajando hasta aquí por la parte urbanizada del Gran Canal, recordé un cambio de pareceres con Yael una noche. Ella decía que la democracia era preferible a la dictadura. Yo no estaba muy seguro de eso, por lo menos en plan categórico. Las cosas --si no peco de ignorante-- son en sí mismas y en sus efectos. Pregunto, a Yael o a quien sepa, ¿no ha ocurrido en algunas dictaduras que los gobernados crean un sentimiento solidario, mientras que en algunas democracias la solidaridad está en las leyes pero no en los ciudadanos? Bueno, esta paradoja, si lo es, la dejo para mañana martes. Aunque la cosa va a discurrir por los asuntos de la poesía, qué es la poesía en sí misma y en sus efectos. O por lo menos la poesía de José Marrero y Castro, invitado mañana al programa La Puerta, a las seis de la tarde en Radio Unión Tenerife.
*
Soñe que en el mercado del amor me agenciaba con una no novia. Las novias quedan atrás. Ni puedo atenderlas, ni defenderlas, ni invitarlas a comer. Ni pasar por la agonía de tener que atender, defender y que sean ellas las que inviten. Con la no novia no había invitación formal. Comíamos y la comida estaba excelente. Y el vino exquisito. Y su compañia, como ver amanecer después de la noche más larga. Sé que caminábamos a una playa nudista, sin que la exigencia sexual fuese un imperativo necesario. Allí había una orgía. Mi madre, nos asustamos, salimos corriendo. Eso tienen las no novias. Con mi no novia me siento sin obligaciones ni perturbaciones. Entonces me despertó el timbre del teléfono. No lo cogí.

viernes, 16 de diciembre de 2011

lo sencillo y lo complicado

"En las dificultades, si al leer las encuentro, no me desgasto las uñas", escribió Montaigne. Por mi parte, las tengo más que mordidas intentando escribir o decir lo que tengo que decir, y no hallo todavía el modo. "En la simplicidad sin nombre no existe el deseo. Sin deseo es posible la paz y el mundo se ordena por sí mismo", advirtió Lao Tse varios siglos antes. He buscado en más maestros cómo, no decir la dificultad que quiero resolver (decir esa dificultad es sencillo, lo complicado es que dejarla aquí escrita acarreara un mal a alguien. Sólo es aplicable la ley del Talión con los enemigos, pero con los amigos no. No con la gente que, de alguna manera, estimas, aunque intenten golpearte. Claro que procuras defenderte, pero si defenderte puede ocasionar una desgracia, o desvías el ataque y el otro cae por su propio peso y desatino (eso aprendí en clases de judo) o evitas la pelea. No quiero pelear con quien me ha hecho más bien que daño, aunque hoy de un modo torpe, no sé si por maldad o porque se la va la cabeza, quiera hacer daño por la espalda. Por delante la adulación, ay lo mucho que te quiero, y por otro lado sembrando cizaña. En cuanto a mí, poco va a crecer la cizaña. El error con una persona en el pasado ya está casi subsanado legalmente, y en lo emocional si hay rescoldos sólo son cenizas. Delito de injuria, me dice una amiga, es que me llamen maltratador peligroso. Delito de cara a la Ley. Para mí: sólo es una descarga emocional, incluso saludable. Taponar las descargas emocionales puede matar, más que el tabaco. (Si es que es verdad eso de que fumar mata, tanto lo repiten). Que se emplee el anonimato ya no es tan ético. Pero tampoco me interesa mucho la ética. Tantas veces la ética se convierte en un disfraz hipócrita, y es más peligrosa que no tenerla. En fin, el caso es que cuando se implica a otras personas que no tienen que ver con la guerra que se está librando... (Cómo pasa el tiempo, ya sólo tengo cinco minutos de ordenador).

miércoles, 14 de diciembre de 2011

coplas y otras majaderías

Pensaré que
pensar no debo.
Mas ¿dejar de
pensar yo puedo?

Ama los libros
el ilustrado
y ama otra boca
el enamorado.

Ama uno las letras
del abecedario
y el otro sólo
tan sólo unos labios.
*

Dijo Pascal que el amor y la ambición son las dos pasiones que valen la pena, pero que son incompatible. Si te dedicas al amor, olvidate de la ambición. Pero recomendaba el filósofo, que el humano debía vivir las dos pasiones. Amar mientras tiene uno edad de ser juguete en manos de otro, y cultivar la otra pasión cuando a uno ya se le pasa la edad de estar jugando. Cuando llega el momento en que el reloj del amor se para, y uno deja atrás --con cierta pena y cierto respiro-- eso que llaman amor. Pero se puede seguir empleando la palabra aunque sea como eufemismo. ¿Quién no necesita un respiro entre tantas complicaciones del vivir? "A la mar fui por naranjas / cosa que la mar no tiene", escribió Pedro Cabrera (yo, lo siento, prefiero a Alonso Quesada), pero esta, como otras veces --no hay que negarle valor al poeta gomero-- acertó. Buen consejo. A por naranjas hay que ir a Los Naranjeros. Todo lo demás son pamplinas y ganas de sufrir con eso que llaman esperanza.

domingo, 11 de diciembre de 2011

mirándome en un espejo

"Mis ingeniosidades, mis leves bromas y la objetividad estática de que siempre hago gala, fomentaban la animada conversación que ellas se traían". (Diario de un seductor. Sören Kierkegaard)

La Serpiente elude la confrontación frontal a menos que se deje llevar por la necedad de la sinrazón. Por lo demás, sólo en casos de defensa propia (si es que no salgo corriendo), me enfrento de frente al efímero o no tan efímero adversario.
El caso es que cada día que transcurre, los motivos de defensa propia son mínimos. En lo que concierne a mí mismo, ya no me queda casi nada que defender; sólo la fastidiosa logística diaria, ese goteo chino de mantener al día los asuntos alimentarios, monetarios, defensa del territorio y poco más. Por otro lado, critico con la misma alegría á otros que recibo las críticas ajenas. Al contrario que creerme infalible, sí me creo muy criticable, por lo menos en los oficios concétricos en que ahora me tengo enredado. Como escritor, gran parte de lo publicado me incitaría al arrepentimiento (si tuviese esa capacidad de arrepentimiento). Como pintor, es tan largo el camino que hay por delante que aún no he tenido la gracia de cometer errores.
Entretener --en esto estoy con Juan Royo-- es la principal función del arte de la escritura, sea una obra filosófica o sea una novela del oeste. Cómo cada cual quiera entretenerse, eso ya es otro cantar.
En fin, me queda reducida la capacidad de guerra abierta sólo en casos de necedad irracional, trasnsitorios pero que se pagan caro. De esto sólo puedo curarme intentando suplir necedad por inteligencia, si me conceden los sabios que también la irracionalidad puede ser muestra de inteligencia. ¿Cómo se construye la sabiduría irracional? Cuando lo sepa, lo diré. Mientras tanto, no me torturen con interrogatorios y peticiones. No valgo la pena como informante. Informo sólo de lo que me da la gana. No informar, no decir, también es un valor. El valor del secreto. ¿Quieres saber el secreto? No preguntes. Observa y escucha.


El tercer oficio es el de seductor, pero eso merece capítulo aparte.

sábado, 10 de diciembre de 2011

notas sin música

Por fin, el TEA tiene abiertas sus pantallas públicas. Estos tiempos de apagón --no explicados-- son un freno a la alegría del paseo desde La Maldad hasta la zona puente Serrador. En fin, ojalá terminen los apagones o que sean ya definitivos y no estén vacilando con las rutinas de un humilde habitante de esta ciudad de Santa Cruz.

Coincidencia: El Escritor Escondido nombra al conejo, en relación con el último filme editado en Zoo punto cero, dirigido por Dr R. (Algún día sabré cómo enlazarlo a este blog; por lo pronto, se puede acceder a través de El Bosque Quemado blog, donde Ramón Herar despierta después de un largo letargo con cristales rotos, y temibles gatos azules, peor que las velas negras de las brujas). Pues bien, en bajando al Tea, encuentro un papel del Consejo insular de Caza. XXX, en relación con el Parque Nacional del Teide "señala que después de realizados los censos se ha detectado que la población de conejos es baja y considera que no es conveniente introducir la escopeta en el Parque". En otras líneas, se informa de que, en la zona sur, "no ha habido daños excesivos este año por conejos, aunque sí por ratas y que la máquina segadora del Cabildo a día de ayer solo había matado accidentalmente a tres o cuatro conejos en toda la temporada". En fin, ninguna relación con la lejía de una de las técnica pictóricas del CNR en la Academia Chitoski, más acorde con la película que vimos ayer, en este mismo edificio, el Cuervo, una dama amiga (mi temor a María Antonieta me impide revelar nombres de damas, por ahora) y un inseguro servidor. Una película de pintores en Mali, con Barceló en el telón de fondo. Me hizo soñar por la noche con la boda imposible de un negro con una blanca que tuvo que dejar su vestido de novia tirado en medio de un camino de tierra. El sueño contenía vasos de vinos puestos al revés sobre la barra de un bar, sin que el vino que contenía se derramara ni una gota. El sueño terminó con que la parte norte de la isla se oscurecía, dando lugar a una helada noche sin fin, sin que nadie pudiese saber el porqué de ese "eclipse". Hace tiempo que no anoto los sueños. Hubo una época en que me dediqué a escribirlos, nada más despertar, en ese momento en que imágenes y diálogos oníricos están presentes en la memoria. Tal vez me decida a recuperar aquella costumbre, de la que conservo unos diez cuadernos.

--¿Es usted el hombre que roba todos los corazones de las mujeres de esta isla? --dice mi bella amiga del norte.
Se refería a mí (María Antonieta me acusa de seductor peligroso, y mira por dónde, hasta puede que su, en principio, delirante acusación, me reporte, después de viejo, el sabor de buenos conejos isleños, si la ley o las normas estamentales no me lo impiden. La ley no es justa, pero es la ley).

Termino la "novela" de Charlín. La leyenda de Fukaeri. El libro me ha gustado. Historias superpuestas y una visión del escritor y su mundo dignas de atención. Con Fukaeri comienza un "curso" narrativo en esta isla que, profetizo, va a tener una importancia crucial no sólo en lo que llaman "nuestra literatura". Espero con cierta falta de paciencia, no ya la publicación de Libro del Cuervo (como en natural), sino Cucarachas con chanel y Puerto Santo.

Y ahora, hasta otro momento, si el Tea y su sistema lo permiten.

(PD. Sibi, pronto te mandaré la camisa del CNR y los índices de las "lunulas".)

miércoles, 7 de diciembre de 2011

prueba de la lejía

En el TEA cerrados los ordenadores. Pos nada, a pagar, en el locutorio de la calle de Chachán, el último héroe de esta ciudad de Las Colillas.
Sigo con el libro de Antonio Lorenzo Gómez Charlín. La leyenda de Fukaeri. "Puzzle que Charlín armó pacientemente en su pequeño departamento de Playa Paraíso. Es un final de recorrido por la historia de su vida y los rincones de su alma, entre la idealización imposible de la naturaleza o del primer amor y la asfixia moral y física de las grandes ciudades, entre el desarraigo y el retorno al origen, con un lenguaje fascinado tanto por el lirismo como por la podredumbre". (Plagio a Charlín para explicar la obra La leyenda de Fukaeri. )
A mitad del libro descubrí que no es una novela. Como novela es un fracaso. Fukaeri es un libro de cuentos. Cuentos a veces contagiados por el afán del autor de querer ser novelista, cosa absurda ahora en que ser novelista sólo lo defienden retrógrados como Chitoski. Y hablando del viejo indecente (al que Anghel Morales no le da pábulo publicitario, sólo los jovenes y saludables G-21 merecen mención), su propuesta es que esta obra de Charlín sea admitida, y sometida a la prueba de la lejía* de Dr R, en la Academia Chitoski. (Sólo falta la acción de Morgantani para poner en subasta el cuadro de la orgía).
Próxima acción: en Santa Bárbara (Icod de los vinos).

*la prueba de la lejía y el fuego de los mecheros son dos métodos imprescindibles que Dr R ha incorporado a la Academia Chitoski, ubicada en la zona La Maldad del CNR.)

martes, 6 de diciembre de 2011

prolegómeno a una crítica de la última novela de Charlín

Ya llegó a las manos mías la novela de Gómez Charlín, con un nombre japonés que ahora no me acuerdo cómo se escribe. Comienzo interesante de un individuo que se va a un lugar donde reciben un premio cinco escritores de aquí (de Tenerife): José María Lizundia, Alberto Linares, Marcelino R. Marichal , Javier Hernández y un tal Jesús R Castellano. Premio a libros de estos autores incluídos en una colección que se llama Los Hijos Bastardos de Dios. Mientras los más o menos narradores isleños hablan de literatura y de mujeres, con los gastos pagados, una trama criminal los rodea sin que ninguno de los premiados (por lo menos hasta la página 80) esté al tanto de lo que está pasando en la realidad. La realidad de la novela la mueven más bien los japoneses Mishima, H. Murakami y Kawabata. Y en la atmósfera, un criminal arrancacorazones y una criminal que mata con palabras. Cuando llegue al capítulo final, titulado "San Andrés", comentaré con más detalles esta novela de nuestro amigo Charlín.

*

La Luna está creciendo. Hoy no hay programa La Puerta.