miércoles, 28 de diciembre de 2011

el libro del cuervo

Con mis amigos de la isla tengo un dilema que no sé si es saludable que perdure. Los miro como proyecciones familiares. Aunque el pensamiento se posa de vez en cuando sobre un anarquista decimonónico que reniega del pueblo, del Estado y de la familia, la naturaleza sentimental en mi caso borra a menudo esa filosofía y la horfandad de espíritu busca en los amigos lo que quizá ellos no quieran ser.
Desde que estoy en La Maldad la mirada se ha vuelto hacia dentro. Mientras viví en San Andrés, era el entorno exterior lo que más me interesaba. El yo, si existía, me importaba poco. Mi hermano Dr R y mi no novia han descubierto ya tres personas (no necesariamente comulgantes) en eso que llamo "yo". No sé si valdrá la pena seguir investigando si hay más. Si tres son multitud...
En fin, mejor suspender el autoanálisis y ponerme a defender El libro del cuervo, que mi tío Anghel --aunque ahora quiere más a otros sobrinos que a mí-- me regaló el otro día frente a la iglesia del Pilar. Defender su existencia. Con su defectos. Nada de que es el más guapo, el más inteligente y el más rico. Nada de tanta tontería barata que tanto complace a los que son incapaces de oír una línea negativa. Chitoski ama los defectos. Sólo defectos quiere oir. De las virtudes ya hablará Chitoski.
El libro se presenta el próximo día 12 de Enero en la MAC. Si hay suerte, más tarde también en el local del brujo.

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